Le prometí contarle el eclipse a mi querida amiga
(Cristina Eugenia Pantoja Morales)
de Colombia.
Te cuento
que;
Al mirar el horizonte
vi salir
triste la luna,
teñida estaba
de sangre
cubierta de
desconsuelo
se había
ocultado su amado
tras ese
planeta azul.
Triste la mira el poeta
con las
pestañas cerradas,
rodeada de
magnolias
que forman
esa diadema
con que
cubre sus cabellos,
y un velo
de tul rosado
oculta el
rostro afligido
pues no ve
a su enamorado.
Tras jugar al escondite
el astro
asoma su rostro.
La luna sigue enfadada
y no lo
quiere mirar,
sigue oculta
tras su velo
su orgullo
no le permite
que Marte
la vea llorar.
La sonrisa va asomando,
las lágrimas
ya se secan
y va
mostrando su cara
asomándose al
balcón.
La luna ya se ve llena,
las estrellitas
aplauden
un reencuentro
que se plasma
en su bello
resplandor.
Por fin escribe el poeta
a ese cielo
iluminado,
que permaneció
en penumbra
por cosas
del corazón.
Hermosísima manera de contarlo, C.A.R.L.
ResponderEliminarEs una belleza de poesía.
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