Hace muchos, muchos años,
caminaba por la calle
una linda jovencita,
jugando a la adolescencia
esa que nunca se olvida.
Su mimbreada figura
y risueña gentileza
le hacían la más preciada
de todo aquel ramillete,
bellezas que sin igual
turbaban los corazones
de todos los mozalbetes.
Aquel que la pretendía
haciendo que no hacía nada,
al final terminó siendo
quien se llevo el gato al agua.
El valiente caballero
que le demostró su amor,
sin descanso día y noche
fue quien consiguió esa flor.
De su boca las palabras,
sentir de su corazón,
admiración de su alma,
aunque esto lo escriba yo.
------ ------ ------ ------ ------- ------ ------
Araceli, mí adorada,
el rosal más codiciado,
del que han nacido las flores
que con amor has criado.
María nació primero,
Riansares la pequeña,
y yo, ya no pinto nada
será que tenga que ser
la cosa de esta manera.
Sé que te querré por siempre,
en la tierra eres mi cielo,
de mi casa la señora
y tu ausencia el desconsuelo.
Nos conocimos de niños
soñamos la juventud,
de recompensa las joyas
que escondía aquel tesoro,
el tesoro que eres tú.
Yo soy de pocas palabras
y por eso lo he encargado,
felicidades mi reina
que siempre estés a mi lado.
caminaba por la calle
una linda jovencita,
jugando a la adolescencia
esa que nunca se olvida.
Su mimbreada figura
y risueña gentileza
le hacían la más preciada
de todo aquel ramillete,
bellezas que sin igual
turbaban los corazones
de todos los mozalbetes.
Aquel que la pretendía
haciendo que no hacía nada,
al final terminó siendo
quien se llevo el gato al agua.
El valiente caballero
que le demostró su amor,
sin descanso día y noche
fue quien consiguió esa flor.
De su boca las palabras,
sentir de su corazón,
admiración de su alma,
aunque esto lo escriba yo.
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Araceli, mí adorada,
el rosal más codiciado,
del que han nacido las flores
que con amor has criado.
María nació primero,
Riansares la pequeña,
y yo, ya no pinto nada
será que tenga que ser
la cosa de esta manera.
Sé que te querré por siempre,
en la tierra eres mi cielo,
de mi casa la señora
y tu ausencia el desconsuelo.
Nos conocimos de niños
soñamos la juventud,
de recompensa las joyas
que escondía aquel tesoro,
el tesoro que eres tú.
Yo soy de pocas palabras
y por eso lo he encargado,
felicidades mi reina
que siempre estés a mi lado.
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