Tengo celos de mis
ojos
pues te miran con
amor,
de mis labios que se
unen
a tus labios en un
beso,
del tic-tac del
corazón
cuando palpita a tu
lado,
de mi pecho junto al
tuyo,
de tu vestido
ajustado.
De mis manos que
acarician
con ternura tú
cabello,
de mi espalda por que
siente
tus dedos como un
destello,
de la ropa que
utilizas
para cubrir tu pudor,
celos de mis largos
brazos
que te intentan
retener
en el cruel atardecer
cuando me dices adiós.
Celoso del firmamento
que te acompaña en la
noche,
de la luna que te
alumbra,
que las galaxias se asomen
al cristal de tu
ventana,
para ver como reposa
tu cara sobre la almohada.
De que sueñes con
estrellas
y caminen por tu
mente,
cantando tus
sentimientos
y que un lucero se
acerque.
También son celos del
alba
porque entra en tu
habitación,
te despierta con
caricias
arrancando una
sonrisa
de tus labios de
algodón.
Cómo no he de tener
celos
si tú eres la más hermosa,
la tierra que en el jardín
germinará las
semillas
que mañana serán
rosas.
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