Envuelta, entre tinieblas,
disimulando tu aspecto
te alojas en sus entrañas,
ocultando con sigilo
esas garras afiladas,
Bicho infame que mancillas
el alma de una sirena,
que a la mar quiere volver
y está varada en la arena.
Para expulsarte muy lejos
exorcismos yo te haría,
pero también estoy preso
atado y amordazado,
de impotencia estoy cautivo
y la rabia me ha cegado.
Te aferras como una lapa
inmunda y cruel sabandija,
creyéndote poderosa
en tu guarida escondida,
pero no he de permitir
que puedas con nuestras vidas,
He de romper las cadenas
y libre volver a ser,
he de gritarle a los cielos,
abrir los ojos y ver,
y arrancarte con mis manos
del pecho de esa mujer.
mi apoyo solidario a todas las poetas colaboradoras en
Mujeres y Plumas III
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