Doblan las póstumas
campanas
en honor a
una extinta trayectoria,
el fuego, reduce
a cenizas la materia
prueba de
la existencia,
y el humo es llevado con suavidad
por
la brisa del olvido.
Sentir el
no sentir
sumergido en
un sueño sin sueños,
en un más
allá imaginario
inventado en el acá,
en la nada,
que ni tan siquiera hay nada.
La ausencia
de paz
es solo
ausencia,
porque hasta
la paz
está ausente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario