Las hijas tampoco estaban. Esta
vez al personal de servicio, se le había dado el día libre. Las
bandejas con los distintos alimentos estaban situadas en el centro y cada uno
se serviría según le apeteciese.
¿Cómo empezar aquella conversación? El tiempo transcurría y nadie pronunciaba
una palabra. Hasta
que inesperadamente, la señora de la casa se levanto y alzando su copa
dijo: .- por Rogelio
Y antes de que a ninguno le diera tiempo
a levantar la suya, la bebió de un trago y se marchó.
-de nuevo se oyó la voz de la señora
desde el fondo del pasillo-
.- ¿podéis venir un momento?
Los cuatro se dirigieron al encuentro
de aquella voz, bajo la escalera, tras una puerta, un cuchitril amplio, con las
paredes llenas de fotos enmarcadas.
.- entrad y sentaros donde podáis
-ella quedó de pie y D.
Fernando apoyado en el marco de la puerta-
.- este era Rogelio, Guzmán según
vosotros. Tal vez un ladrón, sí, pero
un buen hombre. Nunca utilizó un arma
para ninguna de sus fechorías. Si
supierais… a cuantas familias les quitó el hambre de la boca en su barrio. Cuantos niños llevaban zapatos gracias a él
sin saberlo.
Hasta su última hazaña, nadie conocía ni
su nombre ni su rostro. Las prisas,
por volver al lado de su amor, le hicieron cometer el fatídico descuido y una
cámara lo grabo de frente.
Ese mismo mes iba a dejarlo todo
por fin, era el último golpe antes de su
boda.
Estaba pletórico de felicidad. En la habitación un pequeño hotelucho, su
novia le acababa de comunicar que estaba embarazada, cuando la policía tiró la
puerta abajo. A él le dio tiempo a
saltar por la ventana y huir.
Fue a casa de un buen amigo,
compañero de correrías y le hizo prometer que la cuidaría a ella y a la
criatura como si su vida se tratase.
Cuando cogió el coche para ir a despedirse de sus padres antes de buscar un escondite seguro, varios
agentes que le seguían el rastro lo acribillaron a balazos. A él, solo le quedaron fuerzas para llegar
hasta el puerto y precipitarse con el coche al mar.
La boda se celebró como estaba previsto,
pero Rogelio no pudo pronunciar el sí quiero. En el altar lo sustituyó su mejor amigo.
Al cabo de unos meses, llegaron
noticias suyas y sus intenciones: Seguir
brindando su mano a aquellos que por diversos motivos eran perseguidos por la
justicia y no tenían sitio donde volver.
Mucha gente, más de la que os pensáis, algunos
incluso quitándose el pan de la boca, pusieron su granito de arena para comprar
una chatarra de hierro que hasta hace poco tiempo fue su hogar. Bahamas, el mismo nombre que tenía el
hoelucho, donde su novia la dio la buena nueva.
Se dedicó a lo único que le
proporcionaron. Creó una nueva
familia, pero nunca, nunca jamás olvido la que tenía en tierra. Por
eso cada poco tiempo, aún a riesgo de que se localizase su situación, enviaba algún mensaje por uno u otro medio.
El único que no pintaba nada en aquel
barco eras tú. Sí, tú Samuel. No podía permitir esa vida para ti y tú
mismo diste el argumento para alejarte
de ese cascarón lleno de truhanes. No
quería dejarte solo, por eso se las ingenió para que te acompañase el mejor.
Ya conocéis la historia y a sus
protagonistas. Pero por favor seguir callados. Su buen amigo creo también tiene algo que
deciros.
-la señora se sentó, esperando oír
la propuesta de D. Fernando-
.- se ha acabado el plazo de tres meses
acordado.
A mi esposa y a mí, nos encantaría que
siguieseis con nosotros, pero debéis saber que aunque os prometo que nunca tuve
nada que ver con el “tráfico” que realizaba Guzmán en su barco, ni conocía
sus contactos, en tierra mi negocio tampoco es demasiado limpio. Yo ni vendo ni compro. Solo
hago figuración, provocando una serie de transacciones de banco a banco con unos
conceptos ficticios y que solo sirven como lavadora al dinero de los poderosos.
Vuestra oficina es lo único legal y creo que
con un poco de imaginación de ella podríais vivir holgadamente los tres. Yo únicamente me limitaré a proporcionaros
los nombres de posibles clientes potenciales.
Personas a las que no les importa
pagar una buena cantidad de dinero por cualquier
información bien gestionada y una vez se conoce a los que quieren vender o
quieren comprar, solo hay que cruzarlos entre ellos, quedando un porcentaje a
quien está entre ambos.
Pero tranquilos, tenéis un tiempo para
pensarlo.
Ricardo, mañana llevaremos a estos dos al
aeropuerto, se van de viaje una semana y
luego a su regreso, en el plazo de diez
días, tras hablarlo entre vosotros deberéis darme la respuesta.
Antes de subir al avión, D. Frenando
les entregó un sobre en el que había un mapa.
En él, con una cruz, una aldea
marinera marcada. Allí se deberían
dirigir.
Nada más encontrarse de
frente al puentecillo que cruzaba el riachuelo, Samuel lo reconoció al instante.
Era como si todo hubiese
ocurrido ayer.
Se tuvo que sentar en el
pequeño muro de piedra y respirar profundamente.
Con paso firme se dirigió hacia la casa
que lo había visto nacer.
Llamó a la puerta y una anciana de poco
lustre, con la cara surcada por dobleces de desgracia la abrió con brío.
.- ¡no compro nada!
.- madre que soy yo
Ella
se quedó muda, parada, lo miró de arriba-abajo.
.- No, señor no me
hagas esto
Temiendo que solo fuera una mera ilusión, estiró su
temblorosa mano hasta tocar su cara. Bajó la cabeza, respiró hondo y en segundos,
sin previo aviso, enderezó la espalda y
soltó una sonora bofetada.
.- ¿Dónde has estado? A ver, ¿tú que te has
creído? ¡Pasa que te vas a enterar!
Acto
seguido, se abalanzó sobre él abrazándolo y besándolo. Él, le echo mano por la espalda y las corvas
y en brazos la llevó para depositarla en su vieja silla junto a la ventana.
.-
ay hijo mío, estás vivo. Decían que
estaba loca, pero algo me decía que te volvería a ver y no en el cielo.
.- ¡que despiste! Espera madre
Samuel salió corriendo a la
calle. Weza sentado en una piedra esperaba paciente
pensando en ya nada sería lo mismo.
.- vamos pasa, tienes que conocer a nuestra madre
Esas palabras le
llenaron los ojos de lágrimas, tras frotárselos y tragar saliva, se
levantó para entrar
.- madre, este es mi hermano, tu hijo
Ella se acercó y lo
abrazó por la cintura apoyando la cara en su pecho. Cerró los ojos para poder escuchar la nobleza
de los latidos de su gran corazón.
Luego alzó la mirada y con una sonrisa de satisfacción, lo miró a los
ojos.
.- ¿la puedo llamar Madre?
.- ¿pues como me piensas llamar si no? Vamos, vamos sentaros hijos míos que tendréis
hambre.
Enseguida sacó una hogaza de pan y un buen
cacho de longaniza.
.- ya ves, la mar me robó a mi padre, a mi marido,
hasta el alma me robó y ahora en compensación, por fin me ha regalado
algo. Un nuevo hijo grande y negro
-Tras unos segundos de
silencio replicó-
.- Pero que feo eres jodío.
F I N (se acabó)
Ya he terminado de leer lo que has escrito. Me he entusiasmado y lo leí de una , bueno es mi ansiedad y entusiasmo de leer el desenlace. La verdad que me ha entretenido conocer la cotidianidad de una embarcación como el Bahamas, y esos negocios non-santos que en nada difieren de la realidad actual, las empresas fantasmas donde se lava dinero mal habido del narcotráfico y tráfico de armas. Tu historia es emotiva,realista , dinámica, e interactiva .. ficción y realidad se entrelazan en la trama , un esperado y deseado final, por lo menos para mi . Enhorabuena ! Gracias ! Abrazo de luz
ResponderEliminarLo fui publicando en cachitos demasiado cortos, pero, para eso está la opción de leerlos de seguido,,, ja, ja, ja,
ResponderEliminarHay días que no puedo leer nada por falta de tiempo. Prefiero leer toda la historia sin perderme detalle, cuando dispongo de tiempo. Es un muy buen relato Carlos y te felicito amigo !!
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