martes, 24 de febrero de 2015

Color Esperanza




Sentado en su soledad
El folio sobre la mesa,
Una vela que lo alumbra
La pluma ya está sujeta.

Tintero de tinta roja
Para escribir un poema,
Lleno de dolor y sangre
De amarguras y de pena.

Sin quererlo aquel poeta
La pluma se fue directa
Al tintero color verde,
Y escribir a la esperanza
Que es lo que nunca se pierde.

Nadie supo de lo escrito
A nadie se lo contó,
Cerró el botecito rojo
Y en el cajón lo guardó.

Jamás salio de su celda
Hasta que alguien lo encontró,
La tinta estaba reseca
Y ese alguien lo tiró.

Sus poemas desde entonces
Se escribieron color  verde,
El color de la esperanza
Lo  último que se pierde.



imagen de google


sábado, 14 de febrero de 2015

Un canto al desamor



A esos que tanto lucharon
Por regresar con su amada
Y al volver que aquella guerra
La encontraron ya casada

A esa, que se creyó afortunada
Pues lucía blanco vestido,
Y quedó pá vestir santos
En el altar ni un testigo.

A esos que de tanto amar
Cual sensible pajarillo
Se les asfixió el amor,
La jaula quedó vacía
De soledad se llenó,

A quien conoció su  verso
A grito de libertad
Y por ir de flor en flor
Todo quedó en amistad

Al que amó sin ser amado
Al que se ha dejado amar
A quien no dijo palabra
Y a quien no supo callar.

A todos en este día
Yo quiero felicitar,
Para que al año que viene
El día de San Valentín
Ellos puedan celebrar.
Imagen de la red (Google)




miércoles, 11 de febrero de 2015

ALMA MOJADA



Alumbrando calle abajo
Va un farolillo encendido
Junto a un capote de paño
Por unas manos cogido.

Bajada de las Angustias
Hasta el recreo peral
Y luego llegando al puente
A la vereda bajar.

Susurra una melodía
El fresco cortante y frio,
Cuando la luz se aproxima
A reflejarse en el rio.

Con sus aguas se santigua
Después de mojar los dedos,
Rodillas en frio verde
Su cara mirando al suelo.

Cada año en estas fechas
Allí la va a recordar,
Quince años solo tenía
Y dios la mandó llamar.

Le robaron a su niña
Con ella se ahogó su vida,
Nunca encontraron su cuerpo
La virgen, se quedó hundida.

El Júcar se la llevó
Y al Júcar baja a rezarle,
Para que cuide de ella
En su fondo impenetrable.

Deseosa esta su alma
De estar también empapada,
Pero tiene que volver
Otros pequeños aguardan.

Y el farolillo apagado
Porque ya se ha roto el alba
Sube escalones sin tregua
Oculto tras esa capa.

Imagen de la red





lunes, 9 de febrero de 2015

La Malquerida



    Quien te volverá la cara,
Quien renegará tu nombre,
Quien no te tendrá a su lado
Sea mujer o sea hombre.

    Nadie llorará tu ausencia
En sucesos entrañables,
Nadie querrá tu susurro
Ni tu compañía amable.

    Cuando les llegue el momento,
Todos con brazos abiertos
Reclamarán tu consuelo,
Y te contarán sus penas
En las noches de desvelo.

    Y volverán a olvidarte
Sin que les guardes rencor,
 Siempre tú estarás dispuesta
Para brindarles  calor.

    Soledad en soledad
Soledad en compañía,
Quien negará conocerte,
Soledad del alma mía.
imagen de: Carlos Morcillo (Cuenca)


jueves, 5 de febrero de 2015

Aventura extramatrimonial



       Ese tipo de relación esporádica, sería la primera vez para ambos; los cincuentones, tenían un trabajo, pareja estable, hijos, buena sintonía familiar y en el dormitorio  sexualmente satisfechos.
           Aquella aventura, pretendía romper la monotonía por una sola tarde y después seguir con su vida.
      Cada uno, se buscó una excusa, pera no ir a comer  y no regresar a casa hasta la hora de la cena.
        Al salir del trabajo, ella, pasó por un par de tiendas, antes de ir a un centro de estética y peluquería.
       Él, recogió a los niños y los llevó a casa de su madre, ya que su mujer no podía encargarse de ellos esa tarde. Luego también, a comprarse ropa nueva y hacerse un cambio de imagen más juvenil.
            A las cinco y media, ponía sus pies en el vestíbulo de aquel hostal y se encaminaba a recepción para pedir una habitación.
    Solicitó: total discreción, una botella de champán con dos copas y que decorasen las paredes con unas flores.  Para las seis aproximadamente.
       Llegará una señora preguntando por él. Por favor le dijese que estaba esperando en el solitario bar que  se hallaba contiguo a aquel mostrador.
       Una vez acomodado en una mesa pequeña, discreta por su posición, escribió un escueto mensaje, dando el nombre del hostal y recordando la hora prevista: 18.00.
     Justo a la hora, aparecía una bella mujer. Su corte de pelo, hacia que su cutis pareciera más resplandeciente.  Aquel vestido blanco estampado con tonos azul claro y entallado dibujaba una excepcional silueta y los zapatos de tacón (manteniendo sobre ellos, totalmente rectas sus piernas al andar),  hacían realmente sublime aquella imagen que estaban viendo sus ojos.
       Él, (una persona de traje y corbata), vestía  pantalón vaquero, camiseta negra que le marcaba los pectorales y una chaqueta de pana marrón claro con coderas más oscuras.  El nuevo corte de pelo y unos cuantos  reflejos de un castaño más claro, le daban aspecto interesante.
        Ya en la habitación,  se sentaron tranquilamente en un diván junto a una mesita donde estaba la cubitera y las copas.  Brindaron casi sin mediar palabra.  Caricias, besitos distraídos, miradas sugerentes, fueron poco a poco acercando sus cuerpos;  con paciencia, sin forzar situaciones incomodas.
           Por el sonido ambiental, empezó a sonar un tema romántico.    Él, se desprendió de la chaqueta;   con una sonrisa amable la cogió de la mano y la invitó a bailar.
          Allí unidos, entre las paredes decoradas con rosas, acariciaba el delgado cuello con los labios y masajeaba dulcemente desde las cervicales hasta la cintura toda su espalda.
     El femenino cuerpo relajado,  se fue tornando en una excitación progresiva hasta que inocentemente suspiró, lo abrazo con fuerza y clavó las afiladas uñas, a la altura de los omóplatos.
            Ella se dejo caer en la cama; el tiempo parecía no avanzar, se fueron desnudando el uno al otro, con cruel lentitud, utilizando los labios y dientes para despojarse de todo aquello que no fuera carne.
       Todo parecía ser, un deslizarse por un sueño idílico, aderezado por la pasión escalofriante de la infidelidad.  Sus pechos se movían apasionados, mientras a su vulva empapada parecía faltarle la respiración; mientras él susurraba palabras de gozo y con sus manos la sujetaba por su delicada cintura.
     La aventura terminó, cuando salían de la habitación dejando tras aquella puerta las rosas de la pared, como únicas testigos de aquel momento, las agujas del reloj marcaban las diez.
      Ella volvió a casa a preparar la cena.         Él se acerco hasta casa de su madre a por sus hijos, allí se cambio de ropa y también regreso a casa.
      Ambos, después de cenar, acostar a los niños y subir al dormitorio con la intención de dormir en silencio.  Se miraron y sonrieron al recordar la mirada indignante de estupefacción que había puesto el recepcionista que la conocía a ella de verla sin saber si estaba casada o con quien y la sorpresa de la camarera del bar;     que justo esa misma mañana había estado en la oficina donde él trabajaba, para tramitar unos documentos.
  …….-cariño, esto habrá que repetirlo.
…………-estoy de acuerdo.

imagen de la red