miércoles, 31 de diciembre de 2014

Poetisa de palomas

    Poetisa de palomas
Que sueñan con un halcón,
Amores y desamores
Sin viso de solución,
Recuperando momentos
De lo que nunca existió,
Pues creyeron ser amadas
Por lo que las destruyó.
   Sigue derramando el alma
Lágrimas  y sufrimientos,
Sigue el corazón herido,
Sigue la mente latiendo,
Y sus cuerpos sudorosos
Anclados en el recuerdo.
     Sus sabanas impregnadas
Del olor a la traición,
Su habitación solitaria,
Por la ventana escapó
Aquel anhelado amor.
    
        Hoy sin pluma ni papel
El poema más hermoso
Ha escrito tu corazón,
Acercándote a mi hogar,
Poesía de golondrina
Que anida bajo un balcón,
Donde cada primavera
Regresa con ilusión
A recoger los recuerdos
Que el pasado le dejó.
    No lo plasmaré en escritos
Ni compondré una canción
Pero siempre irá tatuado
Dentro de mi corazón.

GRACIAS.




lunes, 29 de diciembre de 2014

De Raquel, a su Mamá

    Querida mamá;
             Hoy en el día de tu cumple,
 Me despertaré más tarde
 Para que puedas descansar.
Todos los días madrugas
Hoy no has de madrugar,
 Te regalaré un abrazo
Y un beso fuerte, muy fuerte,
Que tendrás que imaginar,
Prometo portarme bien
Intentaré no chillar,
Te regalaré sonrisas
Llenas de felicidad.
    En el día de tu cumple
Estaremos muy juntitas,
Y cuando llegue la noche,
Cuando vayas a dormir
Te dedicaré mis sueños
Todos solo para ti.
     Felicidades mamá
De tu pequeña Raquel,
Palabras pone Lucia
El escrito lo hace él,
Y entre los tres deseamos
Al final de dos mil quince
Felicitarte otra vez.

      Te queremos muuuuuuuucho, mamá.



Imagínate mi Amor

Imagínate mi amor
      Y sigue pasando el tiempo
y vamos cumpliendo años,
y aunque aparezcan las canas
seguimos ilusionados.
    Imagínate mi amor
dentro de poquitos años
como dos adolescentes
cogiditos de la mano.
    Paseando en primavera
 amarraditos los dos.
   Tú, con chaqueta de talle
yo en mi derecha un bastón,
tú con porte y altanera
yo orgulloso de tu don.
    Pétalo  aterciopelado
desprendido de una flor,
después de rozar el hombro
en tu solapa quedó,
como broche perfumado
con forma de corazón,
acariciando tu pecho
hasta que al suelo cayó.
    Me arrodillo a recogerlo
del suelo con suavidad.
     Lo coloco sutilmente
y así adornar  tu cabello
ya de color plateado,
sujeto con una horquilla
del más precioso dorado.
      Jamás él pudo soñar
estar en flor tan preciosa,
cuando el viento sin razón
lo apartó de aquella rosa.
      Y seguimos el paseo
lento y pausado, sin prisa.
    Como dos enamorados,
ofreciéndonos miradas,
frases de sensualidad
de gestos acompañadas.
    Un besito tembloroso
a veces nos regalamos.
      Recordando aquel primero,
 ese bello y cauteloso,
en que los labios se unieron
y un prodigio lo hizo todo,
dos corazones heridos
se unieron en uno solo.
     Te imaginas, que precioso,
saber que estaré a tu lado
y tú a mi lado estarás,
cuando nuestros lacios cuerpos
se enreden apasionados
conservando un sentimiento
que nunca quedará atrás.
     El amor, el embeleso
al mirarme en tú mirar,
acurrucaditos,  juntos
rodeados de oscuridad,
 caricias con un hechizo  
que la noche envolverá.
     Mientras en sueños, mi cielo,
rememoras el pasado,
mis manos escribirán,
otros versos inventados
que con palabras distintas
siempre lo mismo dirán:
   Que eres el mayor tesoro
que nunca pude encontrar,
el aro de oro gastado
que mi dedo envolverá,
la inspiración de un poema
que te pueda regalar
el día de tu cumpleaños
para poder observar
siempre tus ojos felices
sus lagrimas derramar.
    Mejor, llorar de alegría,
mejor, llorar de ilusión,
que mientras esto escribía,
también he llorado yo.

 
Para Ana:
La flor más hermosa,
 mi media naranja, 
en el día
   de su taitantos 
cumpleaños.
  
                                                                                                                                                             Te Quiero
c.a.r.l.
29 Diciembre 2014


miércoles, 17 de diciembre de 2014

20.-El diario nunca escrito



Reflexión

       Hola, ahora ya me conocéis un poquito más.
        He intentado que entendáis un poco a las personas especiales, al igual que a sus familias.    Sus inquietudes, problemas, los conflictos con los que se encuentran y lo doloroso que llega a ser para ellos, comprender nuestro carácter posesivo y a veces tener que olvidarse de toda insistencia por parte nuestra y poder desconectar unos momentos al día para seguir adelante.
     Hay cosas que no puedo callar, porque me molestan. Porque me parecen definiciones injustas y nos excluyen de vuestra sociedad con apelativos despectivos.
      como dice mi padre, las cosas claras y a la cara, con nombre y apellidos por si alquilen quiere replicar mi opinión.
           Soy Raquel Torrijos Sánchez parálisis cerebral. grado 99%. 
                  pienso y siento. por si alguien lo duda.

       Por suerte se ha dejado de oír la palabra subnormal como forma de describirnos, pero hay palabras que aún con una “definición correcta” se usan a veces como una infravaloración de nuestra mente.   
    ¿Por qué minusválidos? A ver, tú, tú y también tú.
             Empezaremos por ti: nunca valiste para estudiar y eres un zoquete.   Y tú, que después de un montón de veces tuviste que abandonar eso tan ridículo como es el sacarse el carnet de conducir.    ¿Y tú? Que eres un flojo sin  fuerza suficiente para trabajar en una obra, porque no vales ni para cargar sacos. Y de ti, prefiero no hablar,  solo has valido para vivir de tus padres toda tu vida, por no tener las suficientes agallas para encararla solito.
    Pues hay muchos minusválidos que tienen su carrera, conducen, trabajan y son independientes.
     ¿Por qué discapacitados? Tanto como has estudiado, ¿eres capaz de leer en mi mirada? ¿Utilizar tu lenguaje, para conciliar, en vez de para discutir? ¿Serias capaz de hacer lo que yo? Dar todo por nada, regalar mi sonrisa, cuando es lo único que tengo.  Más simple, tú que eres tan capaz ¿Cuántas veces, tus labios han pronunciado la palabra perdón? Demasiado capaz para rebajarte.
        Los discapacitados intentamos dialogar, sabemos el valor enorme de esas cosas que parecen insignificantes, utilizamos unos lenguajes que vosotros no entendéis e intentamos asumir nuestros errores y defectos que son muchos.
   Ja, ja, ja, validos, capaces y una mierda.
Sí, somos distintos, ¿Por qué no?
   Somos especiales, ni mejores, ni peores.
   Tenemos una meta que no entendéis.
   Un sexto sentido que jamás llegareis a tener.
   Unas cualidades que son desconocidas para vosotros.
O tal vez, ¿debería haber dicho extraordinarios?
   Como todos esos a los que llamáis raros. 
   Esos a los que miráis desde lejos, porque os da miedo acercaros y sentiros pequeños.   
   Esos a los que tacháis de locos en toda su vida y luego encumbráis a los “altares” tras pasar cien muertos.
   Esos que su cualidad de genios, lleva implícita vuestra incomprensión.
         Minusválidos y discapacitados sois todos, pero aún peor, también sois hipócritas y nos miráis con pena por no miraros a vosotros mismos.
    Gente especial hay mucha.  ¿Extraordinarios?...   Solo unos cuantos.  ¿Y mis padres?...    Son, eso, del montón,  igual que vosotros.   Pero ellos al menos, como muchos otros  padres, son únicos……..    Sí. Únicos porque les ha tocado aprender a base de palos…  ¿a qué? pues a…..   
  Saber leer lo que no está escrito.
  Escuchar lo que no se oye.
  Dar lo poco que tienen.
  Creer en la nada, para seguir entregando todo.
  Jugar por necesidad y perder por obligación.
    Esos; que con cada lágrima, pierden una gota de vida,  con la sola esperanza de humedecer la semilla para que eche sus primeras hojas.
   Planta que tal vez;  languidezca sin llegar a florecer.
    
      
Cuando veáis mi hora cerca
que nada, os cause pena,
dejadme partir en paz
y romped vuestras cadenas.
Pensad que lo que el señor os dio
también el señor os quita,
que ya bastante habéis hecho
con endulzarme la vida.
Cuando veáis mi desnudez
fría y de color de cera,
sabed que empiezo el camino
y  alguien nuevo me espera.
Que en mi próxima morada
podré saltar y correr,
entenderán mi lenguaje,
y tal vez estudiaré
para cuidar especiales
que no tengan quien les cuide,
y en sus ojos leeré
esos cuentos tan preciosos
que a muchos harán felices,
en los que al final los buenos
siempre comieron las perdices.
Y colorín colorado,
el diario se ha acabado.




martes, 16 de diciembre de 2014

19.-El diario nunca escrito



Por fin otra vez

         Mi hermana que ya tiene quince, se ha echado un medio novio (ese que le gustaba desde que empezó a ir al instituto).  Está medio boba, todos nos alegramos por verla tan feliz, es menos arisca (porque tela con la niña) es hablar de él y se le cae la baba, (aunque a papá no le llena el ojo) le jode que crezca su niña, pero es así.
                 Los traen todo el día de aquí para allá, cuando quieren ir a algún sitio. Los jueves viene a casa para que Lucía le ayude con los estudios, come aquí, estudian por la tarde y luego lo acercamos hasta su casa.   Vive en un pueblo que está aquí el lado.
     Lucía se aprovecha de la situación todo lo que puede y más. Sabe que  ellos intentan que haga y tenga lo que le corresponde y lo que no pude tener y hacer yo.
    La llaman la tía saca, siempre anda inventando algo.
      Pero eso sí, es muy responsable, estudia mucho y les cuenta todo lo que hace, aunque hay cosas que a veces preferirían no oír (mejor que hable).  Lo gracioso es que siempre lo cuenta por separado.   Llega y le dice a papá, te voy a contar una cosa pero no se la digas a mama. Cuando él se va, le dice a mamá, lo mismo, pero que no se lo cuente a papá.   Claro luego ellos hablan y siempre se ríen de la bobada.
     Mi padre se decidió a ir al médico y entre las pastillas (ahora ya solo de mantenimiento),  que me ve a mi bien y puede hacerme perrerías sin causarme dolor y volver a escribir, le ha sentado bien, parece otro.
       Ya hasta confía un poco más en el carcamal ese que va con Lucia;     sobre todo porque ve cuando está aquí, que me gusta que se esté sentado a mi lado y me porto ese día mejor que ninguno.  Si yo no pongo pegas, noto buenas sensaciones y se ve que lo quiero mucho (como él a mí) por algo será.
      Me gusta mucho sentarme al lado de mi padre en el ordenador mientras escribe.    No sé leer en la pantalla, pero siempre sé de lo que está escribiendo.   Hay veces que se le saltan unas lagrimillas  (porque es un llorón);  pero es porque en ese momento está haciendo algo para mí o para mi hermana.
           A mami le duele mucho la espalda y al final la han convencido para que se mire.    Le han dicho que es una lumbalgia aguda y le han recetado mucho reposo y que no coja pesos, unas pastillas para el dolor, que son muy fuertes, para el estomago un protector y otra relajante para por la noche.  Después de probar si atontaban o te dejaban grogui en ella, han decidido darme el relajante nuevo a mí también, en vez del otro que tomaba.
    Me sientan bien y papá dice que debo soñar tonterías porque suelto risotadas a media noche.
        Antes siempre me levantaba y me acostaba mamá, pero ahora la hace papá, porque subir y bajar escaleras con migo en brazos es mucho peso, ya le han dicho que ahora no es “nada” pero que si no se cuida puede ser la cosa más seria.
          Estoy deseando de que mamá me de la leche cada noche, para llamarlo a gritos.     Mientras papá me sube a la cama ella va detrás por las escaleras y me parto de que hace como que me coge las piernas y no llega.  
  Papá, que es un bestia, me zarandea todo el rato. Ella siempre anda haciendo bobadas para que me ría.
            He de reconocer que me he vuelto muy egoísta y posesiva.  Solo quiero que estén con migo y si se ponen a hablar entre ellos o con mi hermana me enfado.
      Me da igual cual de los tres esté con migo, pero uno solo, nadie más.
          No entienden que cuando terminan de comer, me ponga a chillar.    Veo que comen el postre y quiero que me den aunque yo ya haya comido.  Igual que el perro a la misma hora siempre se acerca con la pelota para que se la lancen por el pasillo, pero se ponen a cascar entre ellos de sus cosas y el perro y yo, no estamos.
      Claro al final terminamos todos enfadados, pero que conste que es culpa suya.
  Cuando alguien viene a casa también chillo y mi madre sobre todo se pone de los nervios.     Con lo sencillo que es que me metan en la conversación, que le digan a esa persona que venga:    mira, tú las cosas se las cuentas a Raquel, que yo te oigo igual y todo arreglado; pues no. Bueno pues sigo chillando, a ver si así de una vez puede ser que se enteren y me hagan caso.
         Yo se que intentan comprenderme y que hay veces que me paso. Para un rato al medio día que estamos los cuatro juntos, yo podía ser un poco más permisiva.
     Lo siento mucho, pero me pierde el carácter.

  
Y después del largo invierno
comenzó la primavera,
y han empezado a crecer
las flores en la pradera.
Los capullos en las ramas
de ese bonito rosal
que hay plantado en esa puerta
la entrada de nuestro hogar.
Han salido ya sus flores
en forma de juego y risas,
todo ha vuelto a ser hermoso
y la tormenta caricia.
Ha entrado de nuevo el sol
dando luz a  la alegría,
y ya resuenan en casa
esas carcajadas mías.
Olvidaremos los ratos,
grises sin ningún color,
el miedo incluso a tocarme
por no causarme dolor.
Gracias te damos mamá
por arrastrar tanto peso,
solo podemos pagarte
con un simple y dulce beso.
Con la dulzura que coge
el néctar un colibrí
de una flor llena de amor
el que sentimos por ti.






18.-El diario nunca escrito


Mayor de edad

   A mi padre se lo está comiendo la depresión, se sienta a mi lado y habla solo; se encuentra mal; dice, que todo es una mierda, que está arto, enfadado con sigo mismo.
   Él se debe creer que no sé lo que está diciendo y que no me duele verlo así.      Después, se pone a contarme algo, me pide perdón por estar así, se pone a hacer las tareas, y empieza a disimular su estado como hace con las demás.
    Cuando me pone al lado del piano, se sienta frente a él.    Sus dedos parecen pesarle;  como engarrotados y sus melodías suenan tristes. 
Algunas veces abre los ojos y para mirar a las dos fotos que tiene en la pared: una de un Cristo y otra mía.   Es como si yo no estuviese allí.   Pasado un buen rato me mira.  Yo le regalo mi mejor sonrisa y entonces parece como si sus manos flotasen sobre el teclado, las notas empiezan a hablar de vida, es tanta la diferencia en el sentimiento que nadie diría que es la misma persona la que está tocando.
   Todos los días cuando deja de tocar dice:      mañana cuando me levante se acabó, pero ese mañana nunca llega.
       Yo se lo digo, pero él no parece escucharme.  Tengo ganas de oírlo decir:    Desde ahora mismo se acabó, sin esperar el día siguiente y que vuelva a ser el mismo que era.
     Estoy a punto de cumplir dieciocho años. La columna la tengo cada vez más curvada. La cadera que estaba en su sitio se me ha salido y cada vez está más arriba.
      Me han comprado una cama nueva de estas que son eléctricas, con un colchón especial y se nota cantidad.
        De todas formas mi madre me rodea de almohadas para que esté centrada, no me vaya a caer, en caso que me mueva soñando a media noche.
   En el cole todo sigue igual, pero no saben cómo hacer para cogerme sin hacerme daño.
           A cuenta de esta situación se me está agriando el carácter y protesto por todo, nadie da crédito a que sea así, siempre he sido una niña agradecida y sonriente.
  Mis padres llevan unos meses buscando remedios, por que se niegan a que pase por otra operación (hombre si no hay más remedio). 
        Después de discurrir mucho, aplicando la lógica a la situación, ya están consiguiendo evitarme los dolores y que me encuentre relajada en la cama.
   Me dan un calmante por la mañana, que sin ser fuerte me hace mucho efecto, y en tranquilizante antes de ir a dormir para que duerma bien.
    Lo bueno de estas dos pastillitas que han encontrado tras leer un montón de prospectos en internet, es que ni el calmante me atonta, ni el relajante me adormece.
            Con este tratamiento que ellos me han prescrito, llevo ya unos meses y vuelvo a ser quien era antes. “No tengo dolores” y ahora toca empezar otro invento, algo para que me encuentre cómoda sentada y perfeccionar lo ya hecho hasta ahora.
      Ha pasado el verano y empieza de nuevo el curso en el colegio.   Cuando me han visto llegar tan contenta, se han alegrado mucho, ahora ya no me da miedo que me toquen.
    Debido a que el fémur está por encima de la cadera y la columna la tengo doblada hacia ese lado, iba todo el rato presionándome  las costillas (ya las tengo bastante   hundidas) a mi madre, muy listica ella, se le ha ocurrido ponerme sujetas con el pañal, un par de compresas de las gordas en el hueco y no veáis lo que se agradece.
    También me ha vuelto a hacer otra funda nueva para la silla, una tela con muchos peces de colores y también ha enfundado, todas las adaptaciones de sujeción de la misma tela;   pero metiéndole esponja dentro para que no me rocen y estén blanditas.        También, en vez del
chaleco, con el que me caía toda, le ha cosido a la altura del pecho, un belcro muy ancho a cada lado y una goma para ajustarlo.      Así voy más recta sin tener que tensar los tirantes que me rozaban.     Se me olvidaba.  Para las piernas, un levantador también con otro belcro puesto, para que la pierna “loca” no se me ande cayendo fuera todo el rato.

   
   
Tastos años recorridos
por este camino incierto,
sin ilusión de futuro
ni de crear movimientos.
Sabiendo que el nuevo día
no cambiara mi postura,
que el tiempo solo traerá
luxaciones, contracturas
y mi cuerpo acogerá
alguna nueva fractura.
Tan solo pido que ellos,
mis doctores personales,
me eviten esos dolores
insufribles y letales.
Que puedan jugar con migo
sin miedo a daño causar,
y no perder la sonrisa
que les he de regalar.





17.-El diario nunca escrito



Va pasando el tiempo

    Los días, semanas, meses, todo está cambiando.
   El sitio donde trabajaba mi madre ha cerrado.
       Mi padre, ha dejado la carretera y con ella la música a un lado.
            Han alquilado un local grande en la zona antigua, al lado de la plaza mayor porque se jubila la que estaba allí. También es kiosco, con billares, futbolines y ciber.
     Ya no me quedo por la tarde en el cole, aunque sigo comiendo allí. 
Mamá va por la mañana, me deja y se va a abrir. Luego cuando cierra baja a recogerme y nos vamos al pueblo (han decidido cerrar al medio día) comen juntos y luego papá va por la tarde hasta la hora de cerrar.
         Tenemos un perrichaco que se llama DIVO, es una cagarruta, pero muy simpático.   Le gusta subirse en mis piernas y hacer monerías, pero si mi madre, ve que me chupa.   ¡Zas!, ya cobró.
    Mi hermana ahora va al instituto.  Ella va y vuelve en el autobús de los estudiantes que va recogiéndolos por los pueblos.      Le toca levantarse muy temprano, pero ella prefiere ir y volver con sus amigas.
           La cosa parece que se va enderezando, al tiempo que mi columna se tuerce hacia la derecha.   Dentro de poco voy a parecer una circunferencia, ja, ja.
          Paso todas las tardes con mi madre y le ayudamos entre las dos a Lucia con los deberes.        Nos seguimos riendo con ella,  porque ahora a la mocosa le hace tilín un chico que la tiene loquita, pero andan como el perro y el gato.     Cuando nos lo cuenta no se entera de nada, está como ensimismada y cuando ve que nos estamos riendo se enfurruña y se sube a su habitación.
              Los sábados por la mañana como no tengo cole, estoy con papá.  Él aprovecha cuando se va mi hermana con las amigas y estamos solos para llevarme orilla del piano y tocar (otro que está en Babia) de vez en cuando me mira, nos sonreímos y sigue tocando.       Yo no sé lo que toca;    para mí, que se lo inventa en ese momento, pero suena bien y me gusta.
     Los domingos han decidido cerrar por la mañana, ese día nos levantamos a desayunar las tres juntas, pero mi padre que es un perrazo, se levanta a las tantas.
   Lucía, hoy ha llegado muy nerviosa.  Nos ha dicho que le ha pegado a otra chica en el pasillo del colegio.    Mis padres, se han quedado boquiabiertos (pero si es capaz de dejarse pegar, antes de levantarle la mano a nadie).
         Resulta que la estaban insultando y ella se hacia la sorda para no tener bronca;  de repente una de ellas ha terminado una frase diciendo: …...Como la penosa de tu hermana.
           Sin pensarlo dos veces se ha dado la vuelta y le ha preguntado:  ¿Qué has dicho de mi hermana?  Antes de que nadie abriera la boca, del primer puñetazo estaba sentada en el suelo y luego se ha tirado encima de ella para seguir dando.
     Entre los chavales que había allí, han tardado un rato en separarla y algunos de ellos, se ha llevado algún que otro golpe.
     Después la han llamado al despacho del director; ella iba cagada, se pensaba que la iban a expulsar.    Cuando ha contado lo sucedido, el director no le podía aplaudir y decir que había hecho bien. Solo le ha dicho:   .-bueno no ha pasado nada, está olvidado.
      Mi padre ha sido más rotundo:   .-la próxima vez que ocurra, le rompes la boca entera;    que lo que cueste la factura del dentista lo pago yo. 
       Entonces se ha tranquilizado y ha cambiado la cara de circunstancias, por un gesto de sentirse orgullosa de haberme defendido.     Ella sabe que para hablar de mí, antes se tienen que lavar la boca con lejía.
    Ahora han comprado un conejo blanco y lo tienen en una jaula. Lo sacan para que lo acaricie, es muy suave y se llama Merlín. También lo ponen delante de Divo, así intentan que se acostumbre a no hacerle nada.
             La cocina es un escándalo, sueltan al conejo y el perro corre detrás de él, pero no le hace nada y cuando se esconde detrás del cubo de la basura lo saca dándole con el morro; en cuanto que sale, otra vez las carreras.

Qué bonito que es estar
dejando pasar las horas
con la gente que te quiere
y tus pequeñas mascotas.
cuatro niños pequeñitos
sin diferencia de edad,
unidos como una piña
viendo la vida pasar,
jugando a ninguna cosa,
riendo sin saber de qué,
mirando hacia el  horizonte
sin esperar nada ver.
Tan solo juntos muy juntos
un minuto interminable,
el más precioso momento
y jamás inolvidable.