Empezaré diciendo que me
importa un bledo lo que piensen (si es que alguno piensa) de esta pensada.
Quien se dé por aludido y no le siente bien, pues que se haga una tila,
que es muy buena para la indigestión.
Se nos acercan los días:
31-Oct y 01 y 02-Nov.
Tres días en los que todos los que partieron al más allá tienen cabida
en el recuerdo.
El día 31; recordamos a todos aquellos que se situaron en
el lado oscuro utilizando su capacidad para del cuento y la estafa vendiendo una vida feliz a cualquiera que se cruzase en su
camino, por medio de pócimas que satisfacían sus cuerpos y conjuros que
aplacaban la sed del alma.
Vendedores de ilusiones,
acaparadores de los bienes de egoístas como ellos o desfavorecidos a los que la
vida les negó la paz en abrir y cerrar de ojos, los que ahora se agarran a
cualquier cosa con tal de intentar recuperarla; nada les importa perder pues ya
están perdidos.
El día 01; llamado de los
santos, estos en vez de promesas de mejorar la vida terrenal te ofrecen vida
eterna y a su retribución la llaman limosna o donativo.
Hubo algunos que en su nivel de credibilidad, dicen las lenguas que
llegaron a tal grado que incluso se convirtieron en mártires de la pobreza y la
dedicación a los demás.
Aunque bueno, como pasa siempre…
Una cosa es predicar y otra, dar trigo.
Y llega el día 02; día de
los olvidados, personas genéricas, normales, que pasaron por la vida sin pena ni
gloria. Que supieron vivir y morir sin
aspavientos relevantes. El día
de los difuntos, ósea esos que ya no están, grupo en el que algún día ingresaremos
de pleno derecho y sin que nadie lo remedie la mayoría de nosotros.
El día 03 de noviembre, quedarán apagadas las cenizas de las hogueras y
antorchas que en noche de brujas invocaron al “maligno”.
Persistirá el olor a cera de los cirios encendidos, ofrendados en los
templos a hipótesis de madera subidas en una peana.
En los cementerios, las flores de
plástico y tela engalanarán las tumbas olvidadas 364 días y los grabados con
nombre y fecha, podrán recordarse hasta que de nuevo el viento los distraiga
entre el polvo de sus dedos.
No me importa que critiquen estas letras o
a mi persona.
Bendito aquél, del que algunos hablan mal, pues cuando todos te alaban,
jodido lo tienes.
Eso solo ocurre cuando te
apellidas: D.E.P.
C.a.r.l. (España)