No soy raro. Soy diferente tal vez
o tal vez no.
Todo depende de quién esté enfrente; cuestión
de sensibilidades y percepciones de lo que nos rodea. Todo es relativo con los ojos vendados aun
estando en la oscu-ridad. Todo es diferente cuando un abrazo se da con
el pensamiento.
El entendimiento no solo es cuestión de fe,
los pasos no son solo huellas, más bien es un avanzar a un posible encuentro. Por mucho que creamos que el giro de nues-tras
agujas está en sentido inverso, llegaremos a unirnos en algún momento, aunque
sea frágil y efímero, aunque no queramos darnos cuenta, al final nos cruzaremos
en el camino.
No voltees la cabeza; no hace falta que desvíes
la mirada fingiendo que no te percatas de mi presencia.
La falta de sensibilidad no te hace más ausente;
no estás porque no quieres o no te atreves a ver la realidad.
Mañana,
pasado, no sé, tal vez pronto o tal vez tarde.
Quizás demasiado tarde. Abras
los ojos y ya no me verás, no tendrás que preocuparte de que me cruce en tu
caminar y entonces me echarás de menos y mirarás a tu alrededor buscando; pero no estaré.
Te habrás perdido mis abrazos, mis besos,
mis pensa-mientos tan distintos a los tuyos y a la vez tan enrique-cedores de
haberlos tenido en cuenta.
Te empezará a fallar algún que otro sentido;
los años son muescas que vamos esculpiendo en el bastón que nos ha de acompañar
en los últimos días y sí, entonces descubrirás las cabezas que se voltean, las
miradas que se desvían, la ausencia de los ausentes.
Pensarás que eres raro,
diferente tal vez, o tal vez NO.
Carlos Torrijos
C.a.r.l. (España)