sábado, 30 de agosto de 2014

Interactiva cap.4º

Interactiva cap. 4º 
            Llamó devolviendo la llamada a ese número:
     .-sí dígame
                (Enseguida le pareció reconocer esa voz por su exagerado acento canario, ¿sería aquella entrañable y confidente?, su fiel “M.A.”  Idaira;     de la que no había vuelto a saber nada desde aquel día.  ¿Pero que querría ahora?
.-hay una llamada perdida en este teléfono
      .-perdón, me pensaba que era el número de Enrique
.-sí, sí.  Este es el móvil de Enrique, ¿quieres le dé algún recado?
      .-si fuera tan amable decirle que este es mi nuevo número, es que me han robado
el móvil y he dado de baja la SIM. 
.- ¿pero de parte de quien?
     .-dígale usted, que soy Idaira
      (Al confirmar su identidad con aquella linda voz de mosquita muerta,  parecieron darle retortijones en la barriga)
.-vale yo se lo digo, perdona que te deje pero como que nos acabamos de duchar y aquí en el comedor desnuda me estoy quedando helada. Adiós.
    Cortó la comunicación con una satisfacción interna.
.-hala maja, ya tienes con que darle a la húmeda.
     Llegó Pipi y le contó lo ocurrido.
      .-eres muy mala tía, mira que si la pobre muchacha estaba interesada en él
.-pues que se joda, seguro que si anda con alguna de mis antiguas amigas, mañana lo ponen al orden
      .- ¿y cómo se te ocurrió decirle lo de que estabas desnuda?
.-de joder, joder a gusto
      .-pero este número, lo conocerán todas
.-ya, y se reirán de mí por decirlo, pero mientras se dan cuenta soy yo quien se ríe de ellas. Pensándolo bien, en cuanto que encuentre trabajo voy a cambiar de número
     .- ¿y por qué no, mañana mismo?
.-porque la factura de este, se la siguen pasando por la cuenta a mi padre
      .-mala, que eres mala
.-pero he hecho una cena que te vas a chupar los dedos
       .- ¡pues traigo un hambre!
.-entonces, ¿te apetece que cenemos ya?, ¿no será algo pronto?
      .-luego nos sentamos tranquilamente a ver una peli hasta la hora de acostarnos
.-pues mira
        Abrió el horno y allí estaban aquellas dos deliciosas berenjenas rellenas con pisto de carne picada, cubiertas con besamel gratinado y dispuestas a ser devoradas.
     .- ¿Olga sabes?, casi que prefiero que no encuentres trabajo, cada día cocinas mejor, voy a tener que tomar medidas y restringirme un poco a la hora de la comida porque me estás cebando
.-ahora sí que estás guapa y no antes que parecías una sílfide de chupada que tenias la cara
      .-ya, pero el culo
.-sigues poniéndote la misma ropa, lo que pasa es que ahora llenas el pantalón
     .-nada, que hoy está la niña graciosa
.-a cenar, que si se enfrían ya no están tan ricas
    .-ummm. Buenísimas
.-gracias
           Al sofá, un ratito de televisión, una copita de vino moscatel para hacer bien la digestión y a la camita para descansar y afrontar el día siguiente.     Día en que Olga recibiría de nuevo un regalo del destino.
     (Y no lo pienso consultar con los lectores)
   Paseando por la ciudad, de pronto se fijó en un bonito edificio, donde reflejaba el sol.    Su fachada acristalada, iluminaba todos los edificios de cemento en la acera de enfrente a los que la sombra volvería opacos de no ser por aquellos haces de luz.
          Eran las oficinas de una empresa de cosméticos y perfumería.       Entró y debía ser su día de suerte; justo cuando Olga acababa de presentar su currículum en el mostrador de recepción, justo, en ese preciso instante, estaba saliendo del ascensor el jefe de personal.
      Su forma de vestir elegante y desenfadada al mismo tiempo, su cabello informal, el maquillaje harmónico en su justa medida y sobre todo esa sutileza al caminar con aquellos tacones que estilizaban aún más su figura, Hizo que ese señor se decidiese a llamar su atención un poco antes de que cruzase de nuevo la puerta del edificio.
         .-perdone señorita
.- ¿es a mí?
         .-sí, ¿le puedo atender en algo?
.-solo he venido a presentar mi currículum
         .-  ¿le importaría esperar un momento por favor?
     Se acercó al mostrador y la empleada le dio la hoja recién registrada.  Después de leerla atentamente, se dirigió de nuevo hacia ella.
        .-licenciada en arte;   máster en estilismo, diseño y publicidad.   Justo es usted; la persona que estábamos buscando,      ¿Tendría algún inconveniente en trabajar como agente de ventas y visitar a nuestros clientes para presentarles nuestras novedades?
.-estaría encantada
        .-es un trabajo duro y hay que desplazarse
.-yo no tengo coche, aunque sí carnet de conducir
       .-eso no es problema, para eso están los vehículos de la empresa, por su puesto de alta gama
.-vale (con cara de sorpresa y sin saber que contestar)
        .- ¿le parece si cenamos esta noche?
                (Eso empezó a olerle a chamusquina)
.-lo tendré que consultar
       .-puede venir acompañada por su pareja, esto solo es una entrevista de trabajo, no pretendo tontear con usted; de hecho acostumbro a ir siempre con mi esposa
.-entonces de acuerdo
        .-bien; en el restaurante  “El Sombrero” a las nueve en punto, está en la calle Jorge de ciénaga, esquina con Adoratrices;  verá que agradable es el dueño.
.-lo conozco, allí estaremos
          .-un punto más a su favor
           Tanto en el camino de vuelta en el autobús, como haciendo la comida, no podía parar de reírse, pensando en cómo se tomaría Pipi, el que la presentara en la cena como su pareja.  Era la mejor forma de evitar un posible amago de acoso laboral en el futuro.
.-Pipi, que bien que has llegado
       .- ¿Qué pasa?
.- he encontrado un trabajo magnífico
       .-que bien
.-esta noche tengo una entrevista, todavía no hay nada cerrado
      .-qué raro, ¿por la noche?
.-sí, pero hay un problema
       .- ¿Cuál?
.-que tú tienes que venir a cenar con migo
      .- ¿y eso?
.-eres mi pareja sentimental
      .- ¿Cómo?
.-que he quedado en ir a cenar esta noche con el jefe de personal, pero le he dicho que yo iría con mi pareja
      .-estás loca, ya puedes darte por despedida antes de empezar
.- ¡eh! Y que no se te ocurra contarle nada de esto a mi padre
      .-le haría gracia
.-pues no seas graciosa, hoy cuando salgas te vienes nos arreglamos y a cenar
      .- ¿me tendrás que dar algún piquito en la cena?
.-tú estás chiflada
      .-tendremos que practicar.  Bésame
.-y un jamón
       .-anda tonta, dame un besito en la boca
.-si lo sé no te digo nada; vale, pero solo uno
       .-venga ya, ¿y te creerías que iba en serio?
.-joder tía, no me pongas más nerviosa de lo que estoy
      .-ja, ja, voy poniendo la mesa; vete y lávate con agua fría, a ver si se te quita esa cara de susto
          A las nueve, las dos de punta en blanco y cogiditas de la mano, entraban al restaurante.
.-allí está, en aquella mesa
        .-su esposa no está mal, ¿y si hacemos intercambio de parejas?
.-vete a la mierda
                .-buenas noches, les presento a mi esposa Marta, ellas son Olga y su pareja
.- ella es, Pipi para los amigos y él es el jefe de personal, ¿pero cómo debo llamarlo?
                 .-Julián a secas, en la empresa me quité el don hace mucho tiempo, me resultaba algo cursi
             .-tranquila, él es así, le gusta tener una relación directa con todos los empleados
     Él, se mostraba sorprendido por el sexo de su pareja, su esposa, estaba encantada;   le aliviaba que fuera así, el mejor modo de no sentirse celosa de aquella lozana preciosidad trabajando  bajo las ordenes de su marido.
       La casualidad quiso que cerca de ellos en otra mesa, cerca de ellas, estuviesen también cenando otro par de parejas de la urbanización que vivían casualmente en la calle de sus padres.            Según Julián les presentaba la propuesta de trabajo, ellas tenían unidas sus manos por debajo de la mesa.
     Les hablo del sueldo, comisiones por ventas, horarios de trabajo, dietas por desplazamiento, etc.
           Cada vez que Pipi apretaba con fuerza la mano de Olga, era una manera de decirle ¡BIEN!
             Una vez terminada la cena y estando de acuerdo por ambas partes en las condiciones;  convinieron verse a los dos días para formalizar el contrato de trabajo en el despacho del director.    De aquella velada, los cuatro habían salido encantados.        Antes de llegar a casa, los teléfonos de la urbanización, echaban humo.     Tanto el divorcio de Pipi;    así como la negativa de Olga el día de su boda, se debía a su relación lésbica, seguramente ya desde hacía tiempo atrás, pero aquel secreto ahora se había descubierto.
              A la mañana siguiente, todos estaban enterados y como no (sin querer queriendo) antes de medio día ya había llegado el rumor a oídos de su familia
 

miércoles, 27 de agosto de 2014

Interactiva cap. 3º


Interactiva cap. 3º

            Olga, llegó a la puerta de la casa de sus padres, (bueno en realidad de su abuela) hizo sonar el timbre tres veces, era su manía;    enseguida abrió la puerta su padre, con una mezcla de expresiones en su rostro:
Contrariado por lo sucedido el día anterior, preocupado por donde habría pasado la noche y alegría de volverla a ver sana y salva.
       .-hija, ¿tú sabes el disgusto que me has dado?  (Él se refería al no saber nada de ella en toda la noche)
.-lo siento padre pero......
     La abuela y la madre, salieron a recibirla como fieras.
           .- ¿dónde está el vestido?
.-aquí en la bolsa
           .-tráelo ahora mismo, no lo deshonres más
                 .-mejor será que te marches de esta casa y no vuelvas
    .-bueno a eso tendré también que decir algo yo
          .-mientras esta sea mi casa, la puerta está bien abierta para quien quiera marchar
.-déjalo padre, voy a por la ropa y ya nos veremos fuera de este nido de víboras
             .-aquí no hay nada tuyo
    .-perdona, pero esa ropa, sí la he pagado yo
.-cuando puedas la metes en una maleta y la llevas a la calle la liebre 6, no te pondrán ninguna pega para poder guardarla allí unos días, dile a Pipi (la dueña) que llevas las cosas de Olga.
        Volvió a casa de Pipi, todos los esquemas familiares se le habían roto, no entendía a ninguno de los tres, era como si en una sola noche, se hubiese intercambiado el carácter de los tres.      Iba pensando en la bronca de su padre, el apoyo de su abuela y esa neutralidad típica de su madre;  ahora ya solo tenía un barullo mental que no conseguía desenredar; lo allí ocurrido no tenía ni pies ni cabeza.
      .- ¿ya estás de vuelta?, ¿qué ha pasado?
.-te lo cuento y no te lo crees.    Espero que esta tarde o mañana, venga mi padre a traer mis cosas, claro si no te molesta que las tenga aquí unos días, mientras llamo a alguna amiga y encuentro un sitio donde guardarlas
      .- ¿como que alguna amiga?, ¿y yo que soy?
.-perdona, pero ahora mismo no lo sé
     .-bueno maja, pues a partir de ahora, considera esta tu casa, me vendrá bien la compañía y una aportación económica para compartir gastos
.-entonces ya me puedo ir, no tengo trabajo.    Como no venda la ropa de marca en algún mercadillo de segunda mano
     .-tampoco va a pasar nada por un mes o dos
.-que no, que no quiero abusar
     .- ¿si el destino hizo que nos conociéramos?, ¿sería por algo?
.- ¿tal vez tengas razón?, pero no te puedo responder hasta que mi padre, traiga mis cosas y hable con él
    .-por lo pronto hoy cenas y duermes aquí y mañana dios dirá.      Vamos a ponerle sabanas a la cama de tu habitación ya verás que chula
.-que chulada
      .- ¿te gusta?
.-me encanta
      .-es que mi hermana pequeña, estuvo viviendo aquí con nosotros un año, mientras terminaba la carrera y la dejé tal y como ella la había decorado
.-jolín, es que no le falta un detalle
     .-ves, el destino es sabio y sabía que te iba a gustar
         Hacía mucho tiempo que Pipi, no pasaba una tarde tan genial en su casa, aquella persona le había caído del cielo y pondría todo de su parte para conservarla como amiga a su lado.
           Eso había que celebrarlo y que mejor manera que hacerlo cenando en casa.   Por fin una noche, con otra persona compartiendo la mesa, luego un rato de charla viendo una peli y a dormir a pierna suelta. Todo un lujo para su rutinaria vida y un motivo perfecto para no salir a aburrirse y emborracharse por no tener otra cosa que hacer de mayor interés.
           Pipi, se levantaría como siempre a los ocho para arreglarse e ir a trabajar como dependienta en aquella tienda de artículos de diseño;  Olga invertiría el tiempo de la mañana, en darle una limpieza a fondo a la casa, (una cosa nueva que aprender a su edad) y tener la comida hecha para cuando volviese, (rebuscaría por la nevera a ver qué inventaba).
      Pipi, no se lo podía creer, los almohadones del sofá colocados, las camas hechas y todo olía a limpio.   Aquel revuelto de fiambre, queso y huevos, tenía una fachada asquerosa, pero un exquisito sabor;  o tal vez,  el comer acompañada engañaba sus papilas gustativas.
      No habían terminado de recoger la cocina, cuando sonó el timbre tres veces.
.-este fijo que es mi padre
     .-espera que ya le abro yo
           .-perdone que le moleste ¿Pipi?
    .-si, ¿que desea?
          .-traigo las cosas de Olga, me dijo que las dejase aquí.   Usted por casualidad, ¿no sabrá dónde la puedo encontrar?
    .-pase, está en la cocina, siéntase como en la  casa de su hija, aquí siempre será bienvenido
        .-gracias
.-hola, papi.  Ya ves la primera vez que me ves fregando los cacharros
     .-tiene una hija maravillosa, mientras esté aquí, no tiene de que preocuparse
.-de eso tenía yo que hablar con tigo: podrías hasta que encuentre trabajo adelantarme quinientos euros para los gastos de la casa
         .-parece que te ha hecho la boca un fraile, vengo a verte y ya estás pidiendo
.-bueno, ya me las apañaré
        .-Estás tonta, pues claro que te doy el dinero
   .-no hace falta, esta niña es tonta
.- ¿me has traído el móvil? tendré que llamar a la gente y a las amigas
        .- ¿a qué gente, a qué amigas?, ¿a las que te llevan despellejando desde antes de ayer?
.-tampoco será para tanto
         .-te dejo el móvil, luego borras todos los contactos y esperas a ver quién te llama preocupándose por ti
.-tienes razón, tendré que acostumbrarme a mi nueva vida
       .-aquí te dejo este par bártulos, que parecía que no tenias nada maja y mañana si puedo te traigo otro viaje
.-pues te espero y tomamos un café, pero déjame algo para hacer la compra al menos
         .-eres la tía saca.   Y tú, por favor cuídala
     .-ni ella es tan niña como usted se cree, ni yo tan madura como se piensa
.-vamos, que esta tiene que entrar a trabajar
      .-si os apetece, hay café en el armario de arriba y la cafetera en dónde las cazuelas
           .-gracias, pero mejor mañana, que hoy tengo que hacer unas cosas
.-pues quedamos así, mañana tomamos café los tres.   ¿No se te olvida nada?
         .-toma, no llevo más encima
     .-pero además, si tengo yo el dinero que te guardé la  otra noche
             Todos los días, Olga, una vez hechas las camas y darle un repaso al polvo, salía a presentar su currículum estudiantil (ya que experiencia laboral no tenía) en todo comercio por el que pasaba. Luego al  volver, preparaba la comida y después tomaban un café y chalaban con su padre un ratito.
        Pasados diez días:
     .-oiga, con usted, me parece que tengo que hablar yo muy seriamente
.- ¿qué pasa ahora?
     .-pues que ayer por la tarde, han aparecido encima de la mesa del comedor tres billetes de cien euros, así por arte de magia
          .-es una aportación a los gastos de la casa
     .-pero no se da cuenta que la independencia de Olga, empieza por buscarse la vida
         .-y yo se que está buscando trabajo, pero mientras tanto, habrá que echar una mano
    .-no le voy a negar que nos viene de perlas
.-pues por eso lo hace, porque sabe que andamos a dos velas y nos quiere dar un empujoncillo
     .-pero en cuanto trabaje Olga este dinero se le da; lo consideramos un adelanto
          .-como tú digas, si así te quedas más agusto, pero sabes que no os lo voy a coger
      .-estos padres, o se pasan de estrictos o de tiernos y permisivos, no encuentran un término medio
          .-como se nota que no tienes hijos
      Antes de finalizar el mes, sonaba por primera vez el teléfono de Olga.  Ella, que estaba en el cuarto de baño y no lo escuchó, cuando llegó al salón, se encontró con una llamada perdida;  el número de la pantalla parecía conocerlo, pero no estaba segura.   Así que pensó: ¡va!; Ya llamaré más tarde.

sábado, 23 de agosto de 2014

Interactiva cap. 2º


   Contestó.........levantándose el velo y mirando a los ojos de Enrique:
.- ¿tú me quieres?
    .-mucho; ¿lo dudas?
.-pues en nombre de ese amor tengo que decir NO
     Su rostro palideció y  sus ojos empezaron a vidriarse; el shock detuvo su mente durante unos segundos;    los pómulos se le enrojecían,  sus mandíbulas se apretaban entre si, según sus ojos se secaban, para dar paso a una excéntrica mirada de ira, que resaltaba las venitas rojas, queriéndose salir de sus globos aculares.
    .- ¿por amor?, haz lo que quieras, a partir de hoy para mí, es como si estuvieras muerta
      Su padre se abalanzó sobre ella, como una fiera para pedirle explicaciones sin hallar contestación.
      El cuerpo de su madre semiinconsciente en el banco apoyado en el pecho de su abuela se empapó en sudor y se llenó vergüenza.
          Ella, se volvió a bajar el velo y con paso marcial y la cabeza alta, se dirigía hacia la puerta por el estrecho pasillo.  Entre aquel murmullo intenso lleno de palabras (algunas mal sonantes), predominaba desquebrajada la voz de su padre:
           .-eres la desondra de la familia;   ni pienses volver a pisar mi casa;  a partir de ahora que te mantenga otro
   Se paró de repente y se dio media vuelta:
.-señoras, señores, todos estáis invitados a la comida, al fin y al cabo ya está pagada;    ¡ah! y brindar con la copa alzada por la libertad de mi padre;   parece que con esta boda lo que pretendía era que me mantuviese otro.      Y tú.  Sí tú;  disfruta del viaje al Caribe, diviértete y ojalá que vuelvas con algún bicho que no te llevas.
       Otra media vuelta y ya todos callados, pudieron oír claramente el chirriar de las bisagras al abrir la puerta y el portazo al cerrarla de golpe
     La iglesia se quedó vacía en un momento. En ningún momento nadie prestó atención al sacerdote, que allí, frente al sagrario de rodillas, solicitaba a su señor,  una respuesta a sus contradictorios sentimientos.
          Olga, daba paseos por la calle sin rumbo fijo. Lucía su precioso vestido de novia ante la expectación atónita de los transeúntes que simplemente  observaban como deambulaba por las calles.  Nadie la podía reconocer sin ver su rostro gracias al velo; nadie podía imaginar aquel estado anímico sin apreciar la sonrisa que dibujaban sus labios y la sensación de libertad que proyectaba su bella y tranquila mirada.   Durante un momento, recordó con rabia las palabras despreciables de su padre y también pensó arrepentida en las que salieron de su boca hacia aquella persona que a esas horas ya sería su marido, si el sacerdote no hubiera pronunciado aquellas simples dos primeras palabras antes de la pregunta y su moral sincera no hubiese modificado el desenlace previsto.
       Al final de la tarde, unas luces llamaron su atención; era un bar de copas; por suerte recordó, que su madre le había puesto doblado, sujeto por su liga de la pierna derecha un billete de doscientos euros, como amuleto de buena fortuna.
         El sitio no estaba mal;   pero la música era infame y estaba a un volumen desproporcionado.      Se dirigió al extremo final de la barra, se sentó en un taburete junto a la pared, acto seguido se arrancó el velo y lo dejó caer al suelo; con un gesto avisó al camarero, (señor de pelo canoso y aspecto de profesional experimentado).
.-por favor, póngame un coñac en vaso de tuvo
          .- ¿desea usted alguno en especial?
.-Torres diez, por favor sin hielo
       Un joven apuesto se acercó y cogió el velo del suelo.
               .-perdone, ¿es suyo esto señora? Bueno o tal vez señorita (con una sonrisa maliciosa en sus palabras)
.-como prefiera caballero, pero sin cachondeo, si no quieres llevarte una ostia
              .-menos ostias ¡eh!
.- ¿si lo prefieres?     Digamos un rodillazo en los huevos por listillo
             .-anda y que te den por culo tía
.-gracias. Y a ti con la misma herramienta que te operen de anginas
         .-aquí tiene su coñac, tómeselo y pase de buscarse problemas
.-no se preocupe, no era mi intención
           Uno, otro, otro más, el tiempo pasaba y los coñac iban haciendo efecto en su cuerpo.
         Allá, a las mil y monas tan solo quedaban en el bar: el camarero y dos mujeres con signos de embriaguez, o mejor dicho borrachas; apoyadas sujetando la pared, a ambos extremos de la barra.
         La música apagada y dos luces encendidas sobre la barra por no dejarlas a oscuras.
          .-perdonen, pero si no les importa voy a cerrar ya
      .-otra media copa y me voy
.-yo también
          .-de acuerdo pero rapidita, que ya es muy tarde y tampoco es que anden demasiado sobradas de lucidez
        Las dos se juntaron en el centro de la barra.
          .-sus copas y si me permiten, a estas las invito yo
.-gracias son dos minutos
     .- ¿qué celebras?, ¿te han dejado plantada?
.-no; he sido yo la que lo ha dejado en el altar, a última hora he dicho no
    .-si señor, con dos ovarios
.- ¿y tú?
    .-hace tiempo que me enteré que mi marido, estaba liado con una zorra de su oficina, diez años más pelleja que él y hoy por fin he recibido los papeles del divorcio, ya estoy soltera
.- ¿y tenéis hijos?
    .-por suerte no
.-mejor, menos problemas
    .-vámonos a casa, este señor quiere cerrar
.-yo no tengo casa, mi padre me ha echado
    .- ¿qué pasa, ibais a vivir con tus padres?
.-peor, hasta encontrar un piso a su gusto (en fin, es un poquitín pijo) viviríamos con los suyos
   .-pues yo, vivo sola y cada noche cuando llego, se me cae la casa encima
    .-caballero, perdone usted, ya nos vamos
          .-gracias y cuidado, que no lleváis el cuerpo para ir con prisas
.-guárdame este dinero, que no he traído bolso
     .-es que me vienes con unas pintas
.-por no cambiarme.      ¡Coño, que se me olvida el velo!
         Cogiditas del brazo salieron a la calle y en el primer sitio que encontraron (un rectángulo de granito, puesto en la acera como adorno urbano) se sentaron apoyadas espalda contra espalda.
.- ¿dónde vives?
    .-en la urbanización “los pinares”
.-lo mismo que yo
    .-en la calle la liebre
.-justo al lado en la del gamo
    .- ¿a que imbécil se le ocurriría esa idea de ponerle nombre de animales a todas las calles?
.-pues a alguien que esa noche estaría tan jodido como estamos nosotras ahora
     .-entonces vamos a seguir la fiesta; yo aún no pienso en chorradas tan absurdas
.-yo, ya no puedo con el alma
     .-habrá que llamar a un taxi, estamos algo lejos
.-mejor vamos andadito y que nos dé el aire
      Con los zapatos de tacón en la mano e intercalando sus apoyos entres paredes, farolas y bancos, escaparon del centro de la urbe.
    Un kilometro o así de carretera y llegarían de nuevo a una zona bien iluminada.  Ahora ya, no hacía falta la luz artificial, cuando llegaron el sol empezaba a asomar por el horizonte.
    .-por cierto ¿cómo te llamas?
.-yo Olga, ¿y tú?
    .-Josefa, pero todos me llaman Pipi
.-o sea, en vez de Pepi, Pipi
    .-en realidad es porque era medio pelirroja de cría y mi madre tenía la manía de hacerme coletas
.- ¡ah! ya me acuerdo, aquella que tenía un caballo de lunares
    .-entonces, te vienes a dormir a casa y cuando nos levantemos, ya pensarás que hacer
.-Gracias porque no pensaba dormir en ningún sitio, lo que menos a estas horas es dar a nadie explicaciones y andar con broncas
    Soltaron los zapatos de la mano, nada más cruzar la puerta; subieron al dormitorio, y se dejaron caer sobre aquella enorme cama.  Ni siquiera les dio tiempo antes de cerrar los ojos a decirse ni hasta luego.
       Cuando despertaron a media tarde y fueron al aseo, el espejo les recordó la cruda realidad de lo que había pasado el día anterior. 
.-perdona Pipi, ¿te importaría que me diese una ducha?
     .-creo que es algo necesario para las dos; mientras te saco algo de ropa decente, ayer ya diste bastante cante con ese vestido
    Por suerte gastaban la misma talla. El pantalón, la blusa y los zapatos, le quedaban perfectos.
.-bueno Pipi, voy a casa a ver cómo está el patio
   .-espera Olga; si te hago falta para algo, aquí estoy
.-lo tendré en cuenta.