sábado, 29 de julio de 2023

Excentricidad

 

 

       Se fue la complicidad

que albergaban nuestros gestos.

      Se alojó la indiferencia

en aquella habitación.

    Se perdieron los deseos

susurrados al oído,

evaporando los sueños

convertidos en argón.

 

      Perdimos la confianza

haciendo de la mentira

nuestra frase cotidiana.

 

     Se marcharon las lecturas

de las cómplices miradas.

      Los “te quiero” se olvidaron.

            Los horarios distanciados.

      El no juntar nuestros cuerpos

durmiendo en distinta cama.

 

     Se perdió la sensatez

empujando hacia otros brazos

la lujuria en desenfreno.

 

     Perdimos la dignidad

faltándonos al respeto

comiendo el fruto prohibido.

     Dormimos en lecho ajeno

buscando lo que faltaba,

hurgando en la novedad

y nunca encontramos nada.

 

     Qué más podemos perder.

         Retomemos los paseos

de la mano junto al río.

      Hablemos bajo la luna

reconstruyendo los días

de aquello que pudo ser.

     Amanezcamos dormidos

en la hierba de ese parque

con la botella vacía,

el alcohol en nuestras venas

y la juventud perdida.

 

      Recuperemos colchón

donde coger nuestras manos

en noches de lluvia y truenos.

 

      El beso de buenas noches,

 aunque sea en la mejilla.

      El compartir ese almohada

donde los sueños afloran.

        El despertar a la luz,

tras esa noche que llora.

 

    Intentémoslo de nuevo.

      Que a la última morada

nos llevemos el recuerdo

de los momentos felices.

 

        Intentémoslo de nuevo.

   La vida nos ha enfrentado

para poder renacer.

   La excentricidad espera.

         Qué más podemos perder.

 

 

Ojos de GATA

@2023


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

sábado, 15 de julio de 2023

Creencias

 


 

¿Que son para mí los ángeles?

           .- presencias o entes inmateriales creados externa o internamente, como beneficiosos para nuestra salud, tanto física como mental.

           Gracias a ellos podemos conseguir el nexo con las fuerzas del universo, acompasando nuestras vibraciones con aquello que anhelamos, creando suave conjunción entre la realidad y la ficción donde la línea de distinción entre ambas queda anulada hasta el punto en que esa amalgama se desarrolla logrando algo infinito  a  lo que nuestra propia idiosincrasia terminará poniendo nombre, color, aspecto e incluso alas.

        Por cuestión de educación e historias escuchadas de nuestros antepasados, lo “divino” se asocia con la luz, es decir, eso que nos saca de la oscuridad;  las perversiones que se crean en nuestro cerebro, hacen que se debiliten los mecanismos de defensa y por tanto sí,  necesitamos creer en algo que nos proporcione el poder de sugestión para encarar ciertas dificultades.

      Ahí, en ese punto es donde se empiezan a engendrar nuestras creencias;  aliados, que nada tienen que ver con lo físico, alojándolos en un plano astral donde tenerlos a nuestro alcance, sin que nadie nos lo pueda arrebatar.

         Para sentirlos más cerca de nosotros, necesitamos materializarlos en algún ser querido, para estar seguros de que nos están cuidando, poder sentir que entienden nuestras palabras y llorar sin vergüenza ante ellos.

            Las visiones se repiten e incluso a veces se hacen persistentes, hasta tal punto que la vida terrenal, parece alargarse hasta una dimensión desconocida, allí donde se encuentra una estadía que relacionamos con lo que no sé, quizás denominamos “paz”.

       Como aliados, como creencia, (que no tiene porqué tener similitud con otras) sabemos que afectan como el mejor placebo ante nuestras dificultades, tanto mentales como físicas;        las comparaciones nunca llegarán a ser realizadas con las personas de nuestro entorno físico.

 Unas veces por vergüenza a qué pensarán de nosotros y nuestro estado mental, otras en cambio puede que sea incluso por egoísmo, por ese miedo a compartir algo tan nuestro, que solo nosotros hemos creado y conocemos.

        De todas formas, los ángeles existen.

      Se pueden ver con los ojos cerrados en la oscuridad, escuchar el movimiento de sus alas cuando el silencio tiene sabor dulce y olor a hierba fresca,  sentir como se deslizan por nuestros dedos hasta nuestras palmas de las manos abiertas.

         Nos sorprenden en ese momento inesperado con un escalofrío que recorre nuestra espalda y nos acompañan en nuestros sueños, dejando caricias en nuestra mejilla, como alas de mariposa que susurran un beso.

 

Carlos Torrijos
C.a.r.l. (España)


 

martes, 11 de julio de 2023

Pachamama

 

    Inti, Killa, oscilantes,

con los sutiles azules

la selva verde regada,

exuberante reflejo

transparentado en el agua.

   Rosas, rojizos que encarnan

de los frutos madurez.

junto a esa cara, la entraña,

repleta de su preñez.

 

    Agua, tierra, sol y luna,

en la divina fusión,

abrazan la Madre tierra

la luna, el agua y el sol.

    El brío de las montañas

temblando en su palpitar,

imagen de Pachamama

durmiendo en su soledad.

 

Texto insperado en esta imagen:



Autora: María Alejandra Montilla






viernes, 7 de julio de 2023

Duodécimo aniversario

 

Para la celebración del XII Aniversario de Americavisión.

 

     Estimados oyentes, reciban un saludo desde España de su compañero Carlos Torrijos.

Encuentro = Felicidad

¿Coincidencia? = Felicidad

¿Un Café? = Felicidad

Poemas = Felicidad

Duetos = Felicidad

La radio = Felicidad

¿Un sueño? = Felicidad

Un libro  = Felicidad

Un abrazo = Felicidad

¡Un beso! = Felicidad

Pero un beso en la mejilla

símbolo de la amistad.

 

         Sí, felicidad estimada oyente, porque Americavisión y Radiosatelitevisión en todas sus franjas culturales…

Le invita a ser feliz

Gracias por su atención

          Muchas gracias por su amabilidad

              Gracias, muchísimas gracias por su amistad.

   Felicidad, mucha felicidad en este, su:

Duodécimo aniversario

A su lado, a nuestro lado.



 

Carlos Torrijos
C.a.r.l. (España)

 

jueves, 6 de julio de 2023

Alegría por la mañana

 

 

 

    Desperté por la mañana

asomándome al balcón.

    Los niños correteaban.

       En el tejado de enfrente

tenía un nido un gorrión

con un trío de pajaritos,

que con los picos abiertos

me llamaban la atención.

 

        Llamé a mi amigo Missy.

    Desayunásemos juntos

fué mi primera intención.

    Yo lo esperaba impaciente

lavándome las legañas,

para estar apuesta y guapa

en aquella reunión.

 

     Lo vi venir a los lejos

andando por los tejados

listo para la ocasión.

    Pero al pasar junto al nido

se paró, saco las uñas,

y él solo se los comió.

 

     No lo volveré a invitar

 a desayunar conmigo.

     Con amigos como ese,

 me sobran los enemigos.

 

OJOS de GATA.

 Me han dicho unas lectoras que siempre escribo cosas tristes (aunque tengan un final feliz)
Bueno, he intentado cambiar el orden de factores.

 


 

miércoles, 5 de julio de 2023

Cuatro pares de brazos

 


 Una de mis rarezas.

OCHO estrofas compuestas de OCHO versos de OCHO sílabas; 

 

    La pequeña habitación

que me ofrecía soledad,

donde reinaba la paz

en cárcel se convirtió,

muros de desolación

en lúgubre oscuridad

donde se oye el crepitar

del fuego en el exterior.

 

     Allí solo me acompañan

recuerdos que en su rugir

intentan la puerta abrir

para abrazarme en su llama,

enredando la maraña

de cosas sin solución,

guardadas en el cajón

quedando para mañana.

 

     Por la pequeña rendija

de la puerta hacia el pasillo

se va colando el humillo

que hace que mi alma se aflija.

   Mi cuerpo se Desbalija

en gritos pidiendo auxilio,

con mi dios me reconcilio

dejando el destino elija.

 

       Ocho manos me elevaron

mientras ocho ojos miraban

con lágrimas que brotaban,

con las que mi sed calmaron,

dando gracias  suspiraron

al ver que aún respiraba,

que mi inconsciencia abrigaba

el esfuerzo que dejaron.

 

      Sin saber a dónde ir

más de un mes entero en calma

para encomendar mi alma

pensando a quien recurrir,

por fin de nuevo sentir

que alguien cogía mi mano,

alguien, para mí un extraño

me invitaba a revivir.

 

    Semanas para empezar,

para abandonar el lecho

dejar de mirar al techo

empezando a tropezar.

     Aprendiendo a caminar

sujeto en unas muletas

con la esperanza en la meta

de mis brazos levantar.

 

     Ocho meses de calvario

para volver a mi casa

donde solo queda brasa

y las hojas de un diario

donde se hacía inventario

de lo que quedó olvidado,

recuerdo salvaguardado

como muestra de mal fario.

 

Cerca esperaban sentados

mi visita recibir.

Así su sueño cumplir

de sentirse afortunados

del trabajo realizado

contra las llamas luchando,

y mi cuerpo rescatando

creyéndolo achicharrado.

 


 

Ca.r.l. (España)
Ojos de Gata.