martes, 28 de noviembre de 2017

Aún nos toca esperar





Quise llamar a tu puerta,
pero escondí mis nudillos.
Abrí la mano de nuevo
y la metí en el bolsillo.
Sé que estabas deseosa
del sonar de mi llamada,
pues te vi, como observabas,
detrás de los ventanales
esperando mi llegada.

Tengo demasiadas cosas
todavía por hacer.
Has de esperar unos años
y te podré  complacer.

Alcanzar, el millón de besos
de buenas noches.
Repartir los abrazos,
que nunca se dieron.
Dibujar mi silueta
en cada espejo.
Observar la caricia,
del vuelo de un ángel.
Depositar una melodía
en la línea del horizonte.
Impregnar de amor
las paredes del universo.
Aprender a ver los sonidos
con las yemas de mis dedos.

Entonces podrás llamarme
con tu canto de sirenas.
Y radiante, llena de luz,
como novia engalanada,
del brazo podrás cogerme,
he iremos paseando,
donde los amantes duermen.

Cuantas veces has soñado
con tenerme entre tus brazos.
Las mismas que yo he pensado
en dormir en tu regazo.
Solo una vez nos besamos,
y nos dijimos adiós,
en ese sueño profundo
que siempre recordaremos.
Esperando pase el tiempo
 y al final, nos encontremos.


Imagen de la red






domingo, 26 de noviembre de 2017

Virutas


Tú, que en madera tallaste
las formas más delicadas.
A ese que ha escogido Dios,
para esculpir a los ángeles
sus blancas y largas alas.
Para dar brillo a la cruz
de espejos engalanada,
donde se refleja el rostro
del Cristo de la lanzada.

¿Por qué te ha escogido a ti?

Tantos caminos andados
laberinto de la vida,
que después de tantas vueltas
solo tiene una salida.
Regando están las maderas
torrentes de agua caída,
y de un tronco con la gubia
se extrae un alma partida.

A las alturas ¡Arriba!
Aquí queda el desconsuelo.
El doblar de las campanas
te acompañan en el duelo.
Una rosa y un clavel
en empapado pañuelo,
quedarán junto a mi pecho
poniendo rodilla en suelo
y la mirada en el cielo.

                        
Montada por Javi  Ruiz Sánchez


sábado, 18 de noviembre de 2017

América Santiago

De QUELLY, para ABU.
Y ahora… En estos momentos.
He de sacar la maleta,
la chistera y la barita,
ponerme la pajarita
y hacer que en conejo blanco
aparezca de la nada.
Luego un ramito de flores
para mi querida amiga,
que desde un punto lejano
al otro lado del mar,
nos brinda su compañía
con poemas y canciones ,
en su programa radial
cargadito de ilusiones.
Mi mano acariciará
tu mejilla suavemente.
Con las pestañas, un beso,
dejaré en tu linda frente.
Mi sonrisa sonará,
como caricia en su almohada.
La mirada será el alba,
de una nueva madrugada.
Y así pasaran los días.
Y te esperaré al ocaso
sentada bajo la luna
para contemplar tu voz.
Esperando tu saludo
antes de irme a la cama
y te enviaré un susurro
diciéndote…
… hasta mañana.
F E L I Z C U M P L E A Ñ O S
Fdo…………….. Raquel.


miércoles, 15 de noviembre de 2017

Suspiros



En la cumbre de tus sienes,
quedó el tiempo suspendido,
entre los dedos se escapan,
hojas de un árbol caído.

En la mirada perdida,
se vislumbra el horizonte.
Las huellas hechas en nieve,
una nueva primavera
Las borrará para siempre.

Y nacerán con más fuerza
flores de vivos colores
saliendo de un corazón,
grande como el universo
y más brillante que el sol.




Adivina




---- Adivina, adivinanza; ---


…Rayos de luz sobre el mar
llenándonos de alegría,
que nacen del horizonte
empezando un nuevo día.

…Envoltorio corporal
con apariencia divina,
que protege contra el mal
cuando un ángel ilumina.

…Dulces sueños. Luna llena.
.…..De la tierra colombiana
encantadora princesa,
con rostro de muñequita
que el corazón embelesa.


..Por eso se llama Aura.
…….Magnificencia divina.
¿Aún no habéis adivinado?
…..!Pues la hija de cristina!.

El día de tu cumpleaños
queremos felicitarte,
y como se hace en España
de las orejas tirarte.

F E L I C I D A D E S;
Aura Cristina Millán






Miradas




  Me miraste… Te miré.
      Lloraste…  Lloré.
  Me cobijaste en tu manto
y yo nunca te olvidé.

 Solo te pido un abrazo.
    No me prometas la gloria.
 Tan solo permíteme,
el guardarte en mi memoria.

   En mis sueños estarás
de noche junto a mi almohada,
y te brindaré mis días
cada nueva madrugada.


    Miré…  Miraste.
 Lloré…    y lloraste.
   Nunca te olvidaré…
…Pues Tú.  Nunca me olvidaste.






domingo, 12 de noviembre de 2017

Hace muchos años




    Me he quedado en la soledad del silencio.  Tan solo me acompaña la sonrisa picara de mi acompañante de relatar historietas.  Ella la que con sus gestos aprueba o desaprueba esa nueva frase, que ni siquiera alcanza a leer.

Pues bien;
                 Hace muchos, muchos años.       Cuando en una minúscula poza del río Huecar, situada debajo del puente San Pablo, los niños aún podían bañarse entre renacuajos y algún que otro reptil sin patas, aconteció un suceso que a todos quedo boquiabiertos.

              Un grupo de chicos mayores (muy atrevidos) saltaban la valla del puente y se disponían a bajar  por la columna central agarrándose a los hierros que se entrecruzan entre sí a modo de aspa.
  
        Los niños salieron corriendo del agua: unos para distanciarse y así poder ver mejor la heroicidad desde más lejos.     Otros por miedo a que alguno les cállese encima y el resto por el impulso irracional de hacer lo que los demás hacían.
    Desde allí, sentados en  las piedras que daban forma a la fuente del Porlan.   Observaban la hazaña llenos de asombro y pensando en que cuando crecieran un poco más, ellos también lo harían.

   A medio camino tres de ellos volvieron a subir, con el miedo entre los pantalones, agarrándose fuertemente a la estructura y sin mirar hacia abajo.    Cada tramo que recorrían, duraba una eternidad, sin duda, por temor a que un resbalón, diese con sus huesos contra el suelo.

            Tan solo uno de aquellos intrépidos mozalbetes continuaba empeñado en conseguir su objetivo.
           Por fin llegó a la base de piedra.
     Aún quedaban unos metros para llegar a la orilla del riachuelo.
           Aquella última parte no tenía ningún sitio donde agarrarse.     ¿Cómo salir de aquel atolladero, sin tener que deshacer de nuevo todo lo conseguido?

      Se lanzaría de pies a la poza y aunque esta no fuera muy profunda, flexionaría las rodillas al contactar con el fondo, para amortiguar el golpe.

         Los niños averiguaron sus intenciones y corrieron con todas sus ganas.
            -(Aquello había que verlo de cerca)

    El mozo de pie, erguido, con la espalada apoyada en los hierros y con su brazo izquierdo sujetándose con fuerza,  alzó la mirada al cielo.     Con su mano derecha se santiguo tres veces y cerrando los ojos… se impulsó para no caer en la tierra.

    Los amigos desde lo alto gritaron.- ¡NOOOO!!!

            Asombrosamente, los niños pudieron ver como el agua del riachuelo se desplazaba corriente arriba, haciendo subir el nivel de la poza. Aquellos renacuajos parecían tejer una red tupida en la superficie y de entre ellos una culebrilla alada, ascendía y lo circundaba por debajo de los brazos, haciendo su caída se ralentizase, hasta el punto que parecía estar flotando en el aire.

     El muchacho, quedó tumbado en el agua que volvió a seguir su curso natural. Los renacuajos asustados se dispersaron, escondiéndose entre en verdín y  hierbas de las orillas y los niños a su lado, perplejos agacharon la cabeza en señal de luto.

       Él después de un instante se puso de pie, miró de nuevo al cielo y gritó: ¡CONSEGUIDO! 
           - La chiquillería se puso a aplaudir -
    Luego el medio hombre, bajó la mirada y susurró…  Nunca más.







sábado, 11 de noviembre de 2017

En aquel pupitre






  Lo único interesante en aquella clase
se encontraba de pie,
explicando a Kelvin
y el teorema de los fluidos.


 En aquella silla Sentado,
 emulaba en sueños
 los dulces momentos
 inexistentes en su existencia.


Las uñas adornadas
con florecillas violetas
acariciaban sus labios.

Pestañas curvadas
cubiertas de rímel
se deslizaban por su mejilla.

El cálido aliento,
 se dejaba sentir sobre su piel.

Aquello que escondía bajo la blusa
se oprimía contra su pecho,
al ser rodeado por sus brazos.

Y de entre sus labios,
brotaba la humedad
de un beso.



Siguió hablando
mientras recorría el pasillo
entre los pupitres .
Al ver sus ojos cerrados,
los dedos de la sinrazón
jugaron con su  pelo.

Jamás un sueño,
 tuvo mejor despertar.














miércoles, 1 de noviembre de 2017

Acordeón dormida





     En la noche que no hay luna
por el fuego iluminada,
verbena que entre las tumbas
se ameniza con queimada.

     Las bruxas con sus escobas
dan vueltas a la tinaja,
donde cuecen las culebras,
lagartos, sapos y ranas.

     La santa compaña en fila
se acerca por la arboleda,
con hábito de capucha
y sus candiles de cera.

    El negro del cielo raso
y las campanas de duelo,
armonizan el silencio
sobre las hojas del suelo.

      Una mano abre la verja
pues es noche de difuntos
y se dirige a los nichos
a llamar al tío Raimundo.

--¡Despertarse perezosos!--
Que ha de comenzar el baile.
       .- allí en la tercera fila
creo que duerme el trompeta.
  --¡Despierta ya dormilón!--
 y chifla lo más que puedas
que los músicos levanten
para empezar la verbena.

     Uno a uno se incorporan.
Mateo con los platillos,
Rodolfo y su saxofón,
Eustaquio que toca el bombo.
  .-¿Dónde está el del acordeón?
         .-¿Que se ha quedado dormido?
eso no tiene perdón.
     .- vamos dale al redoblante
que salga del panteón.
           .-Siempre fue muy señorito
                  .- ya te lo decía yo.

     Por fin, formada la orquesta
las ánimas en tropel
da igual hombres que mujeres
ancianos o mozalbetes
salen de sus sepulturas.
    Bailan juntos en un corro
con los huesos dislocados.
     Los ricos junto a los pobres.
         Ladrones y policías.
             La beata y la pilingui.
     El que se cubría con Mitra,
 que se ha abrazado a un travesti.
     Y hasta la monja clarisa,
que apenas sabe bailar
pues solo cantaba en misa.

   Es una fiesta tremenda
que dura hasta amanecer.
    Antes de romper el alba
de nuevo los tristes bronces
volverán a resonar
con su crepitar a muerto,
y el cementerio en silencio
lucirá con esplendor.
     Ya es el día de los Santos.
           Todos han llevado flores
que un año habrán de durar.
     Los muertos están dormidos.
           La queimada hizo su efecto,
dejémoslos descansar.