Quedose la noche entera
mirando hacia
el firmamento
esperando ver
fugaz estrella
para pedirle
un deseo.
Pensando en la providencia,
la que hiciera
florecer
aquello, que deseaba.
Un regalo de los cielos
que viniese a
rescatar la insolencia
que disfraza
la grandeza y egoísmo
que siempre
creyó arraigada
por derecho de
linaje
y grado en su
posición.
La doncella embelesada
se fijaba en
otros ojos
situados a su
altura.
Se cansó que en su caballo
pasase casi a
diario
sin prestarle
su atención,
sin dedicarle
una frase
ni unos
simples buenos días
mostrando su
admiración.
Siempre esperará la estrella
que nunca verá
brillar.
Con lo sencillo que era
mostrarle sus
intenciones
con las botas
en el suelo.
la cabeza sin
sombrero
que sombreaba
su mirada,
con la sonrisa
radiante
y no con el
gesto altivo
que reflejaba
su cara.
Mañana se ha de casar
la doncella
deseada
por esbelto
señorito.
Que creyó que su linaje
Dios había de
agradecer
tan solo con
una orden
mirando hacia
el infinito.
Ojos de Gata@2024.