lunes, 31 de diciembre de 2012

GODE.

                Hace años, muchos años, ya ha llovido desde entonces, nuestras vidas se cruzaron en un punto, en el centro de un aspa, con el único nexo que teníamos en común.
       Un vínculo tan fugaz en el espacio como un abrazo, una unión estrecha y vinculante, por la que los dos, seguiríamos apostando por los tiempos de los tiempos, después de proseguir cada uno nuestro camino, poniendo tierra de por medio, al menos físicamente.
       La distancia ha hecho, que cada año, el treinta y uno de Diciembre, antes de que den las campanadas, antes de comer las uvas, a cualquier hora del día, te intente localizar, localizar por teléfono, con la única intención de recordarte, que tu sigues creciendo, al tiempo que yo me voy haciendo mayor.
       El mayor trecho que nos separa, son nueve días, yo nací con luna llena, tú con el cuarto menguante, los astros ni se inmutaron en el extenso universo, en abstracto, cada uno, dibujamos con las manos, en un mismo lienzo la constelación de capricornio.
          Ya suenan los cuatro cuartos, ya preparamos las uvas, al año que viene más, el último día del año, efectuaré una llamada, como siempre tú, me darás las gracias, yo, te repetiré:

FELICIDADES. Al año que viene, más.

sábado, 29 de diciembre de 2012

VIDA

         Después de tanto tiempo trabajando, antes de acabar el año, faltaba por crear lo más importante; entonces Dios dijo: Hágase la luz.

        A punto de completarse el sesenta y seis por ciento del siglo veinte, finales de Diciembre. En un pueblecito del reino de león, cuna del pastor Viriato, cerca de la tierra Lusitana; al atardecer, un ser, regresa agotado tras una larga jornada de trabajo, enfundado de pies a cabeza, parece tener prisa para llegar a casa. Su aliento, hacía bolitas blancas en la bufanda de lana que cubría sus labios y nariz, el frio se metía entre los huesos mientras subía la cuesta, en el trayecto lo acompañaban pinganillos transparentes colgados del borde de las tejas, junto a las paredes, manojitos de escarcha y hierbas intentando dejar su color verde al descubierto, suelo de canto rodado, que cruje en cada pisada que no respeta el surco que por el centro de la calle se adivina, vestigio de otros que la anduvieron antes.
    El cielo raso deja precipitar la helada negra sobre todo lo que se encuentre bajo su manto y el viento suave aruña los rostros mientras su silbido va anunciando la crudeza de esas noches últimas del año.
               Ha pasado Nochebuena, Navidad, San Esteban y San Geraldo, también el día de los inocentes, la noche ya bien entrada, espera a cruzar el cenit y caer al veintinueve, noche larga, noche en vela, antes de llegar el alba, brota el agua a borbotones, antes de que empiece a clarear, se rompen todos los silencios, una, trás otra respiración entrecortada, dan paso a un berrido, un llanto desgarrado, llena de luz y alegría todo el firmamento de aquella habitación. Para Lázaro, Antonia, Amparo y Rosa, ha salido el sol, inundando con sus rayos todo el hogar.  Son las seis de la mañana, allá, a las ocho y media, empezará a nacer el día para todos los demás.

Felicidades...Mi Sol.........
  
     Según Lucía:
                 Estaba acabando el año, y la muchacha, aún no había nacido. Entonces dijo Dios: Que se haga la luz; Tachán…., y Antonia parió.
       Nació Ana, mi madre, y aunque ya está casi rozando los cincuenta, ja,ja,ja, la seguimos queriendo mucho, y cada día más.

Felicidades mamá.

sábado, 22 de diciembre de 2012

navidad 2012

Hoy he recibido esta felicitación de Ferdinando, seguro que os gusta.

lunes, 17 de diciembre de 2012

Don Aurelio (3)


Continuación de Don Aurelio (2)

Publicado el: 10/Dic./2012.


  Andrés llego a la calle donde se encontraba el despacho con tiempo de sobra, localizo el numero y fue hasta la cervecería de la esquina a tomar un café relajado; a menos cinco, se dirigió pausadamente, fumando un cigarrillo hasta el portal, estaba abierto, tiró la colilla al suelo y tras pisarla con la punta de su zapato, encaró las escaleras.

  Llamó tímidamente en la puerta entreabierta, mientras asomaba la cabeza

.-buenas tardes

.-adelante

.-venia a ver al abogado

.- ¿tiene cita?

.-sí, soy Andrés, he quedado en venir a las seis

.-un momento;  pase, don Anselmo lo está esperando

.-buenas tardes

.-buenas ¿usted es el señor Andrés?

.-si señor

.-yo soy don Anselmo, (al tiempo que hacia el gesto de incorporarse ligeramente para estrecharle la mano)

.-usted dirá

.-he observado, que tiene un pleito pendiente y todavía no tiene asignado abogado de oficio

.- me dijeron que lo tenía que solicitar

.-sí, pero como también le habrán indicado, debido a sus ingresos brutos anuales, lo normal es que se lo denieguen

.- la verdad, es que... no se

.-ya se lo digo yo. El caso es que usted, necesita un abogado, yo lo soy y tengo un conocido, al que no le importaría hacerse cargo de la minuta, a cambio de un pequeño favorcito

.-no mire, bastantes problemas tengo ya como para meterme en asuntos turbios

.-perdone, de turbios nada, simplemente tendría que darnos una entrevista, en la que valorase de manera personal, a algunos de los enfermeros y psiquiatras del centro donde usted trabaja.   Dar su opinión, que yo sepa no es ningún delito

.- vale, y el truco ¿dónde está?

.-se lo repito no hay truco, es más, no solo no va a cometer ningún delito, sino que además, va a reparar uno ya cometido.

.-bueno, primero dígame que tengo que hacer y luego le digo  sí o no

.-no hace falta que le diga que esto es estrictamente confidencial

.-no se preocupe soy una tumba.

D. Anselmo, le explicó la historia de D. Aurelio, y para que, se le podría necesitar para lo cual, siguieron en el despacho hasta bien caída la tarde.

   Después de un par de días, Andrés aceptó implicarse, en el esclarecimiento de los hechos, en ese mismo momento, se le convocó, para que asistiera a una reunión que se celebraría al día siguiente.

   D. Julián había redactado un acta, para dar fe, de que el único interés que les movía, era el objetivo común de esclarecer el estado en que se encuentra la salud mental de D. Aurelio Vasallo Bastos, basando su sospecha, en unas conversaciones con el propio D. Aurelio, que dejan entre ver, la mala praxis de algunos colegiados, siendo estos maleables a la hora de exponer un diagnóstico pericial ante la justicia, debido a lo cual, el veredicto de incapacidad mental pudiera resultar erróneo. Así mismo, se comprometían a no efectuar ningún tipo de acto delictivo, que pudiera implicar al resto de los asistentes y firmantes de aquel documento.

   Tras leer en voz alta todos los epígrafes, procedieron a rubricar el documento, dejando un espacio en blanco, para la firma de D. Aurelio. Seguidamente, D. Anselmo, se puso en pie, para explicar, que, para no seguir en la ilegalidad, que en ese momento podían estar cometiendo, debían obtener el dictamen, al menos de un doctor, que avalase la capacidad para firmar cualquier documento público y utilizarlo aunque no sea pertinente, para dar validez a los cheques por el firmados, para la retirada de fondos de su cuenta.    Tanto, Andrés, como Luís, se quedaron perplejos, ya no entendían que era legal y que no lo era.  D. Julián prosiguió: legalmente está inhabilitado para hacer cualquier trámite administrativo, por lo que nosotros debemos anteponer una demanda, contra sus familiares, pero si ellos se enteran antes de que toda la documentación esté preparada para entregarla, pueden coordinar alguna argucia, incluso ordenar alguna medicación que lo deje efectivamente imposibilitado.   Luís, ya tenía algo, el crédito del furgón ya estaba pagado y sabía que la mente de D. Aurelio, regía de maravilla; pero Andrés, que no lo tenía tan claro, clavó los puños en la mesa y saltó de la silla como impulsado por un fleje: .- O sea, que ustedes son los que saben de leyes y se llevan el momio, y si algo sale mal, nosotros nos comemos el marrón.  

    Luís, dejando a todos con la palabra en la boca

 .- Calma, calma, vamos a dejar las cosas claritas, con tranquilidad, vamos a poner en orden, lo que cada uno tenemos que hacer para que esto llegue a buen fin, todos estamos aquí por interés, digamos o firmemos lo que queramos, pero pongamos un poquito de amistad y hagámoslo también pensando en D. Aurelio, él, más que nadie, quiere dejar de estar loco.

  El silencio, impregnó la habitación; las miradas se cruzaron parejas, D. Anselmo y Luis, con cara de circunstancias, antes del interés, ya estaba la confianza.  D. Julián y Andrés, indiferentes, uno porque  primero era notario, y después notario, el otro solo pretendía salvarse de la presión de su mujer.  Parece ser,  que D. Anselmo había acertado con la elección del trabajador más idóneo.


CONTINUARÁ

lunes, 10 de diciembre de 2012

Don Aurelio (2)


Continuación de Don Aurelio (1)

Publicado el: 07/Dic./2012.

     En el resto de los días que quedaban de la  semana, D. Anselmo y D. Julián, (notario), se intentaron reunir en varias ocasiones sin exito, para enumerar documentos y su importancia, así como para contrastar informaciones que iban recabando en los círculos que frecuentaban.

   El domingo, antes de dar un paso al frente, D. Julián, estimó oportuno quedar para cenar y concretar ciertos flecos que él no tenía muy claros.    Durante la degustación, se dedicaron a conversar sobre temas “intrascendentes”, llevaban bastante tiempo sin hablar de temas profesionales e interesa, de vez en cuando situar a quien va ganando ó perdiendo peso en el ámbito de la administración de justicia, los dos con el mismo nivel de hipocresía, de perro a perro, con una sonrisa y sin que se vean los dientes.

  Pasados los postres, tomaron café y cada uno de ellos pidió una copa de reserva, posteriormente, se dirigieron al llamado: rincón del mus, en el había una mesita y dos sillones orejeros muy cómodos, lo llamaban así porque allí, se habían echado los mejores órdagos y los más increíbles faroles sin llevar nada de juego.

   Se acomodaron, dieron un sorbo y a continuación se decidió D. Anselmo a romper el hielo.

.- ¿tienes alguna idea de cómo solucionar lo de las firmas?

.-empecemos por el principio, ¿cuánto?

.- tres millones en patrimonio, más el efectivo

.-me he informado y el plazo fijo no se ha tocado en estos años

.-lo que si tocaron los sobrinos, fue la cartilla, de la que sacaron para pagar a los psiquiatras por su informe

.-quiere decir, que con lo que factura la fabrica les llega para darse la gran vida

.-si esto sale bien, podemos hablar de cien, ciento cincuenta mil, para cada uno.

.- ¿no habrá luego problemas?

.-yo sé que no, de hecho yo ya he adelantado siete mil doscientos para Luis el frutero por orden de don Aurelio.

.-nos vemos entonces mañana por la tarde.

  Con una sonrisa burlona, un apretón de manos y una avariciosa mirada, se despidieron.

    Tras el viaje, a media mañana, con toda normalidad, paraba el furgón frente a la caseta del vigilante.

.-buenos días

.-que Luís, hoy traes compañía

.-si, mi tío Julián

.- encantado de conocerlo

.-igualmente

.-así, mientras yo descargo, el echa un parlaó con don Aurelio

.-seguro que lo agradece el hombre.   Dale, que subo la barrera.

  Cerca del muelle, con cara de contrariedad al ver a Luís acompañado espera D. Aurelio.    Aparca marcha atrás, y se baja, haciendo un tímido gesto diciéndole que se acercase.  D. Julián también se ha bajado y espera sentado en el gran escalón de cemento;  viste, pantalón y camisa azul marino, como un currante más, para así pasar inadvertido.

.-buenos días don Aurelio, le presento a mi tío Julián (guiñándole un ojo)

.-o sea, que usted es tío de Luís

.-si señor (baja la voz) y notario

.- y... ¿don Anselmo?

.-al tanto de todo, necesito su firma para un poder notarial, para poder empezar a mover las cosas

.- ¿lo trae ya?

.-ahora en un despiste, aquí mismo lo firma, usted le otorga, poder firmar en su nombre a don Anselmo y Luís firmará junto con migo como testigos.

.-perdone ¿cómo ve usted la cosa?

.- la verdad, difícil, pero hay cosas más complicadas y van adelante

.-por los gastos no se preocupen

.-tranquilo, a partir de ahora yo vendré alguna semana que otra para informarle y que vaya firmando documentos que vayamos necesitando.

.-ahora no hay nadie mirando

.-firme aquí y aquí.

.-donde usted diga

   Suena el claxon un par de veces.- vamos que nos vamos.

Con cara de esperanza, queda D. Aurelio, junto a la cocina.

   Serafín, se acerca sigilosamente de puntillas.

.-miau, miau

.- ¿qué quieres serafín?

.-ajá, te he visto firmar un papel

.-claro era para el tío del frutero

.-me ayudarás a coger un pez, si no, se lo diré a todo el mundo

.-me da igual, no tengo nada que ocultar, pero si se lo dices a alguien, echaré veneno en el estanque y morirán todos los peces

.- cuidado con el agua, los peces son solo míos (mientras marchaba haciendo fu como el gato)

  El primer paso estaba dado, ahora venia lo complicado, debían de verlo al menos dos psiquiatras que diesen un dictamen favorable, para acompañar el poder.

     D. Julián se comprometió a buscar un procurador; D. Anselmo, se preocuparía de acceder a los datos personales de los trabajadores de la clínica, examinarlos exhaustivamente y escoger al más idóneo para tener alguien dentro de la institución.

   D. Aurelio, quería ingeniárselas, para que el martes siguiente hubiera revuelo en el jardín, para poder hablar sin miedo a que escuchase su conversación, alguna de las trabajadoras de la cocina.

  Toñi, después de estar aislada unos días, ya salía otra vez al patio por las mañanas;  D. Aurelio andaba rondando cerca de Cele esperando a que llegasen con el furgón, una vez que vio que habían pasado la barrera, se acerco y le dijo:

.- Cele, toma este calendario, ¿te gusta la chica? pues si se la vendes a Toñi, que regalo otra con menos ropita.

 A los pocos minutos, cuando ya estaban preparados para descargar, se oyeron voces.-Guarro, más que guarro, Toñi corría detrás de Cele y todos los cuidadores detrás de Toñi; las mujeres de cocina, todas asomadas a la ventana, riendo a carcajadas, viendo la que se estaba montando.

.-atienda don Julián, ahora que todos están distraídos

.-entonces... ¿esto ha sido cosa suya?

.-claro.     Tengo una cuenta de ahorros, de la que nadie sabe de su existencia, dentro del tabaco, va el número, en ella habrá unos treinta mil euros, pida a mi nombre un talonario de cheques y así podrán ir sufragando los gastos que se vayan ocasionando

.- ¿incluyendo el talón que le dio don Anselmo a Luís, hace unas semanas?

.-por su puesto.   Por favor, que Luís no ande apretado, si algún día no puede venir usted, le dan la chequera a Luis y yo lo firmo

.-veo que es usted ocurrente

.-no, pero aquí lo que me sobra es tiempo

.-perdone don Matías, pero aquí es usted mi tío

.- ¡pasajeros al tren, que nos estamos yendo ¡

.-ya voy pesado.   Hasta el próximo día

.- adiós y buen reparto

Entre todos los enfermeros, Andrés, parecía el más vulnerable, tenía hipoteca, tres hijos y estaba en trámites de separación, necesitaba apoyo legal y económico, y ellos se lo podían prestar; después de barajar otras opciones, decidieron ponerse en contacto con él, por medio de una llamada telefónica.

 .-buenas tardes, don Andrés

.-sí, soy yo

.-le llamamos de un despacho de abogados para bríndale la opción de ser representado por nosotros en el pleito de separación y tutela que está en curso en el juzgado número dos

.-bueno, pero ¿cuánto serian sus honorarios?

.- ahora no es momento de preocuparse por el precio, pásese a vernos y concretaremos condiciones

.-no pierdo nada, le parece bien esta tarde?

.-perfecto, a las seis en mi oficina, está en Travesía de las nueces veinticuatro, segundo A

.-de acuerdo, a las seis.

Todo estaba saliendo a la perfección;  el tener el número de cuenta a su disposición, a D. Julián le daba un plus de tranquilidad, el próximo paso deberían ser los informes psiquiátricos. 

 

CONTINUARÁ

viernes, 7 de diciembre de 2012

Don Aurelio (1)


     Por los anchos paseos de los jardines,  a media mañana, paseaban Dª. Beatriz  de Rio frio, junto a Dª. Úrsula de Alcolea, ambas descendientes de familia de alta alcurnia;   Siempre con la espalda recta, los hombros erguidos, la frente altanera y ese andar pausado y prepotente.

    Su tema de conversación, era el menú servido como cena, la noche anterior. Vertían quejas del servicio: Que desfachatez, la ternera, era escasa, en la guarnición, predominaban los colores opacos, a la distribución le faltaba homogeneidad en el plato, lo que la hacían poco apetecible.  Sobre el postre, todo eran halagos, su textura, combinación de color y equilibrio en sus cantidades, eran los idóneos para un flan con macedonia, acorde a la majestuosidad de aquella mesa.

    Un empleado, de mantenimiento, hacia ese día la función de jardinero, terminaba de podar unos rosales y se disponía a recoger el ramaje con una carretilla, procedía a enfundarse los guantes de lona para proteger sus manos de las punzantes espinas, cuando….  El menor de los Acuña, a galope de un corcel, casi lo arroya;  él siguió con su tarea sin darle más importancia al incidente.

   Dª. Beatriz, se tapaba los ojos para no ver el desaliñado que parecía se iba a producir, mientras Dª Úrsula, lanzaba improperios a aquel salvaje y sus modales.

    Sentado en un banco, el general de brigada Luis Castelló,  dibujaba en la arena del suelo, con una barita, la estrategia que se llevaría a cavo en la batalla que próximamente, acaecería para la reconquista del fortín de Sigüenza.

  Analizando de cerca el dibujo, se hallaba otro militar de alta graduación, pero del ejército enemigo, por lo que D. Luis, batió enérgicamente de lado a lado, rozando el suelo con la mimbre, dejando hecho unos zorros todo el entramado.

     El estanque, alimentado por el agua que fluía de la fuente que estaba situada en el centro, albergaba unos cuantos peces de colores, cuando estaban todos descuidados, Serafín, sigiloso, se aproximaba para intentar cobrar alguna pieza entre sus garras, finalizando el evento todas las mañanas con el mismo y frustrante resultado, marchándose moviendo la cabeza y relamiéndose como un minino, pensando en que su suerte cambiaría  al día siguiente.

    Desde la zona superior de la escalinata doble, por la que se accedía al edificio principal, oteaba sin pestañear un aguerrido caballero, controlando que nada perturbara la tranquilidad, cazando furtivamente en sus dominios.

      Cele, el “paisa barato” se acercaba a todas las personas para ofrecerles sus productos: alfombras, collares, relojes y gafas de sol, como las que en aquel momento estaba intentado vender a Matías, que sin hacer caso, despistado, sentado en su silla de ruedas, reía al ver semidesnuda, con la ropa hecha jirones a Toñi corriendo entre los arbustos, dando alaridos, puñetazos y patadas al aire,  como poseída por el diablo cada vez que alguno de sus perseguidores conseguía acercarse a ella; había que andar con cuidado, era grande y fuerte, y ya en alguna ocasión, había logrado quedarse con carne entre sus dientes, pues se defendía a base de dentelladas en el forcejeo.

       D. Aurelio, protagonista de esta historia, como cada día, bien aseado, peinado y perfumado, esperaba paciente en la puerta de entrada a que algún familiar se dignase a visitarlo, hace años que su excesivo dinero y lucidez mental, habían hecho que sus familiares cercanos,  sobornasen a unos especialistas para discapacitarlo de por vida,; su pretendida ignorancia de la situación , le valía para no ser medicado y que nadie  prestase el más mínimo interés por su estado, esperando la posibilidad de deshacer el entuerto con la colaboración de alguna persona de las que traían mercancías del exterior.

  Ya había hablado unas cuantas veces con alguno de ellos, esa mañana tenía que venir el frutero, tenía pinta de estar pasando una racha de penurias a causa de la competencia existente en el sector, después de haber oído sus lamentaciones repetidamente, le había dado datos concretos, para que si lo deseaba, se informase y corroborase, que eran ciertos, saldrían los dos beneficiados, uno recobraría su salud mental a los ojos de la justicia, y el otro salvaría su situación económica.

     Entró, y se dirigió con su furgón hasta el muelle de carga próximo a la cocina, antes de terminar de descargar el pedido, D. Aurelio ya estaba esperando junto al portón.

    Luis: “el frutero”, que no tenía nada que perder, había comprobado que todos los datos eran ciertos.

.- que compañero, ¿Cómo va el negocio?

.-bien, pero tenía usted razón, a partir de ahora puede que vaya mejor

.-yo nunca miento

.- ya me he dado cuenta, todo es tal y como me lo contó

.- ¿te apetece un pitillo?

.- tendrá que apetecerme, hoy ya he terminado el reparto.

.-toma, y quédate con la cajetilla.

   No se podía permitir el lujo de que alguien sospechase nada, siempre había pensado que las paredes oyen y que nadie guarda mejor un secreto que una boca cerrada.

  Dentro de la cajetilla de tabaco estaba una nota con la dirección de un abogado, amigo de toda la vida, del que estaba seguro, no tenía relación alguna con sus parientes, debajo de esta:   Solo acércate y confirma que sigue estando su despacho en el mismo lugar, si no es así, busca su  número de teléfono e infórmate de la nueva dirección.  Cada día te daré un paquete de tabaco con nuevas instrucciones.

   Cada vez que alguien entraba en el recinto para descargar algo, lo habitual, era verlo dirigirse hasta el muelle para hablar un rato y brindar un cigarrillo al repartidor, siempre sin ser pesado, para que nadie se molestase y  que sus acciones pasasen inadvertidas, como una rutina más.

   Llegó de nuevo el martes.

.- ¿Qué?, ¿Cómo va todo?

.- bien, muy bien

.- ¿se acercó a aquel sitio?

.-si, allí sigue todo igual, ¿pero? ¿Cómo puedo saber que se cumple el trato?

.- por lo mismo que yo sé, que no me vas a traicionar.  Toma estos cigarros que me quedan, para que los fumes durante el reparto

   Luis, guardo el paquete en el bolsillo de su camisa y se despidió amablemente;     Ya fuera, un poco alejado, paró en el arcén para leer la nota:

        Ve a hablar con el abogado, hazte pasar por un conocido mío,  que hace mucho que no sabe de mí, y haz caso de tu intuición antes de decirle nada.

  Ya, en el despacho del abogado:

 .-buenos días, ¿está don Anselmo?

.- ¿tiene usted cita?

.-no, solo venia a hacerle una pregunta personal

.- ¿de parte de quien?

.-dígale, que soy un amigo de don Aurelio Barroso

.-un momento por favor

.- pase, don Anselmo lo recibirá ahora.

.-buenos días don Anselmo

.-buenos días, con que amigo de don Aurelio

.- si señor;  hace unos años que no lo he vuelto a ver, y nadie me da señas de su paradero y he pensado que tal vez, usted,

.-yo también hace mucho que no se de él, mis ultimas noticias fueron, que lo habían ingresado en una clínica mental, pero no se en cual

.- ¿En una clínica?, ¿mental?, ¿pero?... si estaba perfectamente

.- eso mismo pensé yo, es más, llegue a pensar que era una treta de los parientes para poder administrar su patrimonio, no hiciera testamento y los dejase en la calle.

.- pues sí señor, eso fue

.- ¿cómo?

.- que tiene usted razón.  Me manda don Aurelio, está ingresado en la clínica santa Eulalia, y me va dando paquetes de tabaco con notas como esta, con instrucciones

.- a ver.   Si esta es su letra.

.-Me ha dicho que no hagamos nada por nuestra cuenta, cree que la familia ha dado orden de que se les informe de cualquier visita que reciba

.-tranquilo, llévele esta nota, para que sepa que estoy enterado de su estado y que me pongo enseguida a recoger información de todo lo ocurrido.

  Al fin, se sentaba en el asiento de su furgón, con la esperanza de que todo se resolviese rápido y así poder aliviar sus preocupaciones.

   En su próximo encuentro, nada más bajarse del vehículo, antes de abrir tan siquiera las puestas traseras, Luis se aproximó a don Aurelio, y le introdujo la nota en un bolsillo de la americana;  terminó de descargar y don Aurelio no aparecía, Luis no podía hacer otra cosa que disimular, se agachó y fue revisando el dibujo de los neumáticos para dar tiempo.   .- uf, menos mal que llega.

   Don Aurelio, dejo caer por la ventanilla disimuladamente el paquete sobre el asiento del conductor y sin mediar palabra continuó caminando cano si nada.

   Se montó tranquilo, arranco el motor al tiempo que retiraba hacia un lado con sus pies la cajetilla para no pisarla y se dispuso a seguir la ruta.

   Esta vez, la impaciencia, le hizo parar nada más sobrepasar la primera curva.   Aparte de un par de cigarrillos, el paquete contenía una carta cerrada para don Anselmo, Que desilusión, hasta el día siguiente, no sabría cual era el próximo paso.

   Había terminado el reparto, no hacía más que pensar en la dichosa carta, y teniendo en cuenta que aun faltaba un rato largo antes de la hora de comer, se dirigió hasta el despacho del abogado, llegó en el mismo instante que este salía por la puerta.

.- perdone don Anselmo

.- ¿como tú por aquí? no te esperaba hasta mañana

.- la verdad, es que don Aurelio, me ha dado un sobre cerrado para usted, y la intriga me lleva atenazando el estomago toda la mañana, perdone mi curiosidad, pero seguro que no iba a ser capaz de dormir y no me quería arriesgar a traer la carta abierta.

.-pues sí, has hecho bien en venir, vamos a tomar un vermut con una tapita y vemos que dice la carta.

  Entraron en una cervecería que había en la esquina, al fondo de la barra, un biombo escondía un par de mesas a modo de reservado;  se acercó al camarero y le dijo que por favor nos llevase dos rioja y una ración especial de la casa, que resultó ser  ensaladilla rusa con patatas fritas alrededor, nos sentamos, el abrió la carta de tal manera que yo no viese la que ponía, cuando termino de leerla alzó la vista.

.-bueno qué, que dice

.-don Aurelio siempre fue un buen pagador, así que por orden suya, mañana a primera hora, me traes un documento donde se exprese la cuantía necesaria para finiquitar el crédito del furgón, te doy un talón y al medio día el furgón ya es tuyo.

.-don Anselmo, la verdad es que no sé como agradecérselo

.-a mí no me tienes que agradecer nada, ya llegará el día en que sea don Aurelio quien te acompañe al bar, para tomar un vino y poder arreglar cuentas.

   A Luis se le salía el corazón del pecho y su mano temblorosa, no podía acercar la copa de vino a su boca.

.-Tranquilo, que no pasa nada

.- es que…. No se…

.-no tienes por qué saber, tranquilízate y disfruta hoy de este vino

.-es que…. Yo nunca había pensado que me pudra pasar esto a mí

.- pues ya ves, puede pasar, y a partir de ahora, preocúpate de traer y llevar las notas y sobre todo de no levantar sospechas.   Para cualquier duda, toma mi tarjeta, en el reverso llevas apuntado mi número de móvil privado.

   D. Anselmo, estaba preocupado, para llevar a cavo su estrategia legal, necesitaría como primer paso, un poder notarial, pero claro, tendría que firmarlo en presencia del notario.

    Llamó a un notario de confianza, esa misma tarde se reunirían para redactar el poder, hacer una lista con todos los documentos que necesitarían, que deberían estar listos antes de que el caso, salga a la luz pública.

 .- a ver Anselmo ¿qué es eso que te tiene tan preocupado?

.- ¿necesito un poder notarial de una persona que está en una clínica mental ingresado, para poder firmar en su nombre, pero legalmente está incapacitado y además la firma sería sin tu presencia.

.- ¿Cuándo fue la última vez que estuviste con él?

.-yo no lo he visto, tenemos contacto por medio de un tercero, que va allí a dejar fruta.

.- por lo menos, me podrás decir de quien se trata

.-por supuesto, es un antiguo amigo, don Aurelio Barroso.

.-coño, don Aurelio…., ya sé quién es, yo también lo conocía, aunque solo de compartir aficiones deportivas, y en alguna que otra cena del club compartimos mesa

.-entonces ¿cómo lo ves?

.- lo primero es el poder notarial, pero sin un dictamen psiquiátrico favorable que lo acompañe, va a valer de muy poco

.- si pudiésemos estar con él, sin que se enterase la familia

.-bueno, espera, llamas a ese contacto

.- si a Luis

.- ¿Qué día va a verlo?

.- el martes

.- pues queda con él, el lunes por la tarde, que algo se me ocurrirá.

 
CONTINUARÁ