El amor como martirio
abrazando la
inconsciencia.
La que llamamos paciencia
sabiendo que
nada cambia
sin pretender
admitirlo.
Siempre pensando en mañana
como día
deseado.
Y viendo
que no ha llegado
se espera
ese nuevo día
tejido en
tela de araña.
El crucigrama de miedos
nunca llega
a resolverse.
Cuando el silencio enmudece
el frío de
la habitación
convierte la
sangre en hielo
Sufriendo la realidad
siguen pasando
los meses.
Me matas cuando apareces,
resucito con
tu ausencia,
muriendo cuando
no estás.
Ojos de Gata@2024.
¡Qué fuerte y qué real en muchos casos!
ResponderEliminarLa inconsistencia del ser. Qué gran verdad, a veces.
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