jueves, 29 de diciembre de 2011

Felicidad

     He empezado de nuevo a componer después de tantos años. Como bien sabes, estoy por la labor de hacer el (seres queridos 2).
     Hay mucha gente, que no estaba representada en el 1º, y de la cual no me olvido, pero este primer tema, tenía que servir como introducción y guía, por lo que solo podía ser para ti.
     Hace tan solo unos días, a Lucía, no parecía convencerle mucho esta melodía; no dijo nada cuando le dije que escuchase los primeros compases, pero sus labios se torcieron y solo soltaron un simple bueno.
     Su opinión para mí, era muy importante, por lo que me puse a variar sonidos y estructuras de acompañamiento, sabía que sus gestos iban a ser mi mejor corrector, día a día, paso a paso, han ido cambiando, y por fin, sin preguntarle, dijo: me gusta.
     Luego se lo he puesto a Raquel, la expresividad de su cara me lo ha dicho todo, era la confirmación que esperaba, el momento de ponerse a hacer el trabajo informático para subirla al blog y dejar todo preparado para el día señalado.
    Tal vez las prisas por terminarlo a tiempo para el día de tu cumpleaños, no me haya dejado pulirlo lo suficiente en su aspecto físico, pero su alma, para mí, es lo que cuenta en este momento.
     He tenido que acostumbrarme de nuevo a poner las manos sobre el teclado, a escribir partituras y pasarlas al ordenador con el maldito ratón que mueve la flecha demasiado rápido, a volver a entender ese dichoso programa, en una versión diferente y para más coña en inglés, pero al final ha sido sencillo, simplemente he tenido que pensar en ti, en la palabra felicidad, unirlo dentro de mi ser y exteriorizar mis sentimientos; de repente salió esto.
     No sé si estará bien hecho armónicamente, no sé si el cambio tan radical de estructuras será agradable al oído, me es igual, tampoco he tenido tiempo de analizarlo, sólo sé que a mi tambien me gusta y espero que tú seas de nuestra misma opinión, que cuando lo he escuchado con los brazos cruzados sentado frente al ordenador, con los auriculares bajitos, dándole el ultimo repaso a la partitura, en la soledad de la noche, cuando las tres dormíais, me ha dicho lo que te quería decir, he cerrado los ojos y ahí estabas, radiante, feliz, con eso, me doy por satisfecho.
                    Queridísima Ana: Gracias por tu FELICIDAD.

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