martes, 6 de diciembre de 2016

Relato de una noche de otoño.


.    Tras dar a conocer el último capítulo del relato. Un día por medio y a la carga sin más dilación. (O se volverán a pasar otros diez años)
.      Llega la noche, me siento frente a él.  La ilusión del reencuentro con mi viejo amigo, se mezcla con la incertidumbre de saber cuál será el importe acumulado en esta factura, después de estos años.
.      Los dedos al fin se deciden a posarse sobre él. Las yemas, quieren bailar con gracia entre sus blancas y negras teclas. Los tropezones se suceden. Mi mente intenta atenuar la velocidad para poder pensar en el movimiento de cada articulación, pero las manos se rebelan contra mí.   Quieren volar, recorrer de nuevo ese espacio tantas veces transitado, saltan de un estilo a otro, “bolero, tango, pasodoble” hasta que a codazos, se abre camino un vals.
.     Y me da pena oír la melodía que suena…  nostalgia de los tiempos de luz donde silbaban los vientos, convertidos ahora en nubarrones grises, que simplemente eructan truenos.
.    Dejo a un lado lo establecido, lo ya escrito.  He de contarle tantas cosas.   La coordinación entre la melodía y la armonía, parece revelarse. Demasiados minutos para dar forma a ocho simples compases, los cuales me cuesta repetir.  Mecánicos, sin sentimiento, suenan una y otro vez.
.     Los recuerdos de mi mente se trasladan a aquel fatídico año para hacerme ver la luz de nuevo.  Tras aquel accidente, donde mi amigo me dijo: Ven, yo te ayudaré a lograrlo.  Y si entonces pude, ¿Por qué no lo voy a lograr ahora?
.    Sé que pasará mucho tiempo, que tal vez la edad y la falta de horas, no me permita alcanzar la digitación deseada, pero no me cabe duda, de que él y yo, volveremos a comunicarnos, tal vez con paseos y frases más pausadas.   Habrá que echar mano del bastón y aprovechar el resguardo de los arbustos en ese banco para sentarse  a descansar, dejándose mimar por los suaves rayos de sol que alumbran las tardes de otoño. (Son las cosas que tiene el hacerse mayor)

.   ¿Cuándo podrán escuchar mi nueva composición?
.-     no lo sé
.    Ni si quiera si entenderán lo que pretenda expresar en ella.   Pero sé que para mí, será algo maravilloso, desde que empiece a componerla hasta que termine de gestarla para que vea la luz.  Cuando oiga ese dialogo en el que los dos, aportaremos anécdotas y vivencias de nuestro caminar de la mano.   Entonces, podré sentir, que he recuperado su amistad.




No hay comentarios:

Publicar un comentario