Coraza impenetrable.
Verja de hierro
que cubre el
rincón.
Luminosa armadura,
reflejo de
espejo
que empaña la
flor.
La copa caída
derrama su
vino.
Los platos
dan las buenas
noches.
La vela se apaga
y en la
oscuridad
la vida se
escapa.
El alba se fue
al mundo de
otros.
El sol no se asoma
tras esos
cristales.
La puerta cerrada,
bisagras
calladas.
Ni se sale, ni se entra,
la llave está
echada.
Mudo quedó el gallo
y hasta se detuvo el viento.
El tiempo dormido
con ojos
ciegos
y oídos sordos
paró el
aliento.
Telarañas, dueñas del techo
y ratones
hambrientos
moradores del
silencio.
El último rescoldo
se apago hace
tiempo.
Hasta el frío decidió
No seguir
viviendo.
Y llamo a la puerta,
y nadie
contesta.
Y tras los cristales
Ni un alma se
mueve.
Mano temblorosa
sujeta la
piedra,
antes de
lanzarla
contra la ventana.
Ruido de cristales rotos
que hacen eco
en el pasillo
que conduce
hasta el salón.
Y el quejido de una silla
al ver un rayo
de luz,
despierta a la
bella dama
que duerme en
la habitación.
Han pasado tantos años
desde que su
alma vendió,
a un apuesto
caballero
que luego la
abandonó.
Se marchó a buscar fortuna
y ya nunca
regresó.
El reflejo del espejo
ha hecho se
abra el capullo
dando
esplendor a una flor.
la juventud marchitada,
Rostro lacio, pelo cano,
manos vacías y
viejas,
con el fracaso
en las uñas.
En su macuto gastado
tan solo queda
su amor,
pues nunca
encontró fortuna.
Balcones de
par en par
muestran la
cama desnuda
y unos cuerpos
en la alfombra
abrazados como
entonces,
bajo la luz de
la luna.
Profúndamente bonito, me ha encantado.
ResponderEliminarTan intenso y emotivo. Bello versar caro amigo . Abrazo de luz
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