domingo, 20 de marzo de 2022

Penumbra

 


 

       Teclas quemadas.

   Pavesas de un cigarro

que a ritmo de bolero,

acompañan a los dedos

de uñas amarillentas.

 

      Notas de rabia.

   Melodías repetidas

que hacen vibrar el alcohol

disimulado  en un vaso

que a sorbos se va aliviando.

 

      Humo, sudor, deseo,

risas, lágrimas, bostezos,

horas junto a una copa

pidiendo a gritos un beso,

una caricia, una mirada.

   Minutos que siguen pasando,

esperan la madrugada.

 

      Antro, vicio, perdición.

   El camarero en la barra,

la rubia que mata el tiempo

en la mesa del rincón.

     Noctambulo empedernido

sentado junto a la barra

pide otra consumición.

 

     Los dedos siguen tocando

siempre la misma canción,

repetida noche a noche

como se repite todo

al final de la función.

 

     Nunca faltan a la cita

el pianista aburrido

con su pitillo en la boca,

las canas del camarero

diciendo que se acabó,

el borracho adormilado

siempre apoyado en la barra,

la rubia, noche tras noche

en la mesa del rincón.

 

 

 


 

 

 

 

 

2 comentarios:

  1. Que belleza de poema!¡ creo que me lo llevo...Entre el ritmo del bolero ... Felicitaciones

    ResponderEliminar