miércoles, 30 de marzo de 2022

Te permito

 

 

Serendipia,

que cruzó nuestros caminos

sin saber muy bien porqué.

Tú no pusiste objeción.

Yo te quise poseer.

 

Te permito me acompañes

en esas noches de enero,

cuando la luna en menguante

incita  a lujuria y celo.

 

Del pecho, prolapsen los latidos,

escurriéndose hasta el vientre

mientras perlongas despacio

el contorno de mi cuerpo.

 

A mi negro y suave pelo,

proporciones las caricias,

que me hagan cerrar los ojos

colmándome de delicias.

 

Hasta permito que intentes

introducirte en mis sueños.

Permito te creas mi amante,

mas nunca… serás mi dueño.

 

 


 

 

 

 

 

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