domingo, 3 de abril de 2016

La Hormiga

la hormiga


      Desnuda, sobre la hierba,
 en soledad refugiada,
 tras muros inexpugnables
tan solo por la mirada,
del sol que broncea su piel
dorada por el encuentro,
dejando que le acaricie
cada rincón de su cuerpo.


      No quiso ni abrir los ojos
inmóvil quedó tendida,
sintió como aquel intruso
escalaba su cintura,
pensando que era un amante
quien tocaba con ternura.

     Con lascivos pensamientos
humedece sus entrañas,
manos que agarran sus muslos
y el cuerpo se contonea,
al sentir que esas patitas
sobre aureola pasean.

    De placer muerde sus labios,
de gozo tiemblan sus piernas
apretando las rodillas,
el ansia enjuga su vientre
y el jadeo intensifica,
cuando aquel animalito
recorre su largo cuello
dirigiéndose a la nuca.

     El amante se ha marchado
para seguir su camino,
le ha dejado unas caricias
que jamás había sentido,
pero ella sigue jugando
hasta culminar su idilio.










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