sábado, 25 de junio de 2016

Luna nueva


Mujer...
    Que asaltaste mi morada
bajo la luna azabache,
ocultando en la penumbra
de un vestido de satén,
la ropa interior de seda
maquillando la intención,
de hacerme preso en la jaula
con barrotes de pasión.

     Inexperto corazón
que arrastrado por delirios,
hincó la rodilla en tierra
para besarte los pies,
y cuando alzó la mirada
para contemplar tu rostro,
vio un desprecio de arrogancia,
amargo, sabor de hiel.

    Sonrisa hipócrita en gesto,
uñas rasgando en el alma,
tristes coágulos de sangre
llorando quedan la cama.

     Ventana tapiada al día,
puerta con cerrojo echado,
muerto queda de dolor
el que confundió pasión
con estar enamorado.





Imagen de la red





2 comentarios:

  1. Intenso, hermoso y a la vez dramático poema. Inicio con destellos fulgurantes de amor y pasión dando luego un giro tormentoso, con amarga decepción. Aplausos...porque la poesía llega al alma del lector. Un abrazo querido amigo y poeta Carlos Torrijos.

    ResponderEliminar
  2. ¡Es inmenso Carlos, cierro los ojos y veo esa mirada de arrogancia!

    ResponderEliminar