martes, 7 de agosto de 2018

El Mago





       Un matrimonio, ambos recién jubilados, paseaban en esa mañana de verano sin casi ninguna cosa que hacer y mucho tiempo que entretener.
          Un anciano desastroso en su vestimenta, se acercó a ellos extendiendo su mano con la palma hacia arriba.
    .- espere caballero, voy a ver que aparece por estos bolsillos.  Alguna moneda digo yo que habrá.
        .- muchas gracias y que Dios se lo pague
   .- pero que no me entere yo que es para vino
        .- bien le digo yo que esto se va a convertir en un buen bocadillo en la tienda de la esquina
    .-Eso me parece muy bien
          .- lo dicho, gracias y que les sea grato el paseo.

            El matrimonio siguió con el paseo comentando lo agradable que siempre había sido ese señor. Recordaban tiempos pasados, cuando cerraron la fábrica de cerámica y muchos como él, quedaron en la calle.  Unos con mejor suerte y otros que ya no lo cuentan.

-Un joven con traje y chistera se interpuso en su camino-
 .- Caballero por favor, piense usted un deseo.
-Él quedó pensativo-
.- por favor le he dicho un deseo no un milagro
         -volvió a pensar-
.- ¿está usted seguro?
      .- vale, ahora sí.
      Sacó de su chistera una baraja de cartas y lo mandó cortar varias veces, dejando un naipe de cada vez sobre su manga.
  .- ¿ha visto bien estas cartas? Pues recuerde el número formado en su orden
    Luego pasando su mano por la nuca de la señora, sacó una nueva carta, esta con unos números puestos al azar. 1160.      Él los miró de mayor a menor  6110.    No supo porqué, pero aquello le pareció un acto egoísta, así que su mente los ordeno en manera inversa 0116.

.-muy bien, ahora doble esta carta y guárdela hasta que yo se la vuelva a pedir.
        Nada más doblar la carta y guardarla el mago volvió a preguntar: 
.- ¿recuerda las cartas que antes han salido?
    .- si claro, el 76.352
.- pues recuerde bien este número y con esto hemos terminado. Que pasen un buen día
    .- ¿pero y esta otra carta?
.- como le dije: guárdela hasta que yo se la pida
         Sin entender nada, siguieron con el paseo. .-Vaya un truco más sin sentido (replicó la señora)

                  A los pocos días, dando otro de sus paseos, ella se paró de golpe frente a un kiosco de calle.

.- oye ¿te acuerdas de las cartas del mago?
       .- Sí
.- pues creo que ese era el número
      -allí solitario en una esquina del cristal estaba el cupón 76352-
     .- buenos días ¿me da ese cupón?
            .- ¿Cuál quiere?
      .- este el de la esquina que termina en dos
            .-pues aquí tiene, es el que me queda. A primera hora vino en joven y me compró los otros nueve y luego me dijo que este lo pusiese bien a la vista que seguro, un matrimonio vendría a buscarlo.
      .- bueno, pues hemos llegado a tiempo
               .- mucha suerte, a ver si toca

          Por la noche, el matrimonio esperaba a que por la radio dieran el resultado de los cupones premiados en el sorteo.   Demasiado sencillo para ser cierto. Por no tocar, no tenían ni el reintegro.
   .- bueno, que se le va hacer. Otra vez será.  

El tiempo fue pasando y llegado el momento se volvieron a cruzar con aquel anciano.

     .- caballero, hacía mucho que no se dejaba ver
.- por suerte me han recogido y ahora tengo al menos un sitio donde comer y dormir
             .- si señor, me alegro mucho y bien limpio que va
.- sí, al final me sonrió un poco la suerte
       .- vamos, hoy si le invito a un vino y una tapa
.- no, no señor, ese vicio nunca lo tuve, pero un refresco no me vendría mal
       .- lo que usted pida
     -en un bar cercano, entraron y sentados en una mesa charlaron un rato de los tiempos pasados-

      Tras despedirse siguieron calle adelante. Tranquilos, como desde hace tiempo las prisas no eran su inquietud.
     Un poco más adelante, volvió a situarse frente a ellos el joven mago.
.- buenos días, ¿Qué tal les va la vida?
     .- ya ve, como siempre, que no es poco
                -con una sonrisa en su rostro, la mujer dijo:
            .- el truco no dio resultado, no se cumplió el deseo
.- ¿Qué deseo?
              .- el que pensó mi marido
.- perdone, pero el deseo si está cumplido.  Demasiado fácil de realizar
               -Ella lo miró extrañada-
.- perdón, ¿conserva aún la carta que le di?
       .- sí, ya me he acostumbrado a llevarla siempre en el bolsillo
.- ¿le importaría dármela?
           .- no por su puesto, mire aquí está
.- si señor y si ordenamos estos números sale el 1610, la fecha de hoy
         .- y eso ¿Qué quiere decir?
.- que hoy nos volveríamos a ver y que para que su deseo sea permanente, me debe de dar usted 15 Euros
       -La señora alucinaba con la geta del joven, mientras el marido echaba mano a la cartera para dárselos con cara de satisfacción-
                  .- ¿y se los vas a dar?
         .- claro, para que el deseo se siga cumpliendo
                  .- tú estás tonto
.- no señora, él sabe lo que quiere
                 .- anda y ¿cuál es ese deseo?
.- eso no se puede decir, es un deseo
                         -poniendo cara de enfadada-
                 .- bueno allá vosotros, pero no entiendo nada

   Al día siguiente, la noticia ocupaba la portada del periódico local:
           
               Ayer tarde, una persona anónima, depositó un sobre que contenía diez cupones del nº.-  76.352,  en el buzón de la casa de la misericordia.  Por suerte este ha resultado premiado en el sorteo realizado en la noche de ayer, por lo que las obras pendientes de realizar en sus instalaciones,   (pospuestas tantas veces)    podrán ejecutarse totalmente para el disfrute y bienestar de los allí acogidos por su falta de recursos económicos.

      -La mujer llamó inmediatamente al marido-
         .- mira, mira, es nuestro número
.- ¿tú eres feliz?
          .- te digo que eres tonto
.- puede ser.



          




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