sábado, 13 de octubre de 2018

Niebla







   Olvide el gris de las riscas,
el correr del agua clara
escapando entre mis dedos.
   Olor a lavanda fresca,
el sabor a pan de horno
y el canto de los jilgueros.

   Dejé la niñez a un lado
porque me pensé mayor
y emprendí un nuevo camino.
   Las suelas de mis zapatos,
me llevaron a otros mundos
que serían mi destino.

   Tras maridar unas claves
y emulsionar varias notas,
maceraron los silencios.
   Aroma a tierra mojada.
       Luces que a orillas del río
que vigilan el paseo.
   Entre la niebla del tiempo,
junto la ausencia de luz,
bajo el sueño del deseo.









1 comentario:

  1. Precioso poema que cautiva con sus aires nostálgicos. Mucha gracias por compartir querido amigo Carlos. America Santiago.

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