domingo, 5 de septiembre de 2021

Ese día.

 


            Hoy es domingo, amanece un día soleado y lleno de alegría, donde los pajaritos cantan melodías en mi ventana. El desayuno está preparado, hasta la habitación llega el aroma de los croissants, recién salidos de la tostadora.   Hoy iremos con los niños al campo a respirar aire puro disfrutando de los juegos en familia.

 

                  ¡Mentira burda mentira!

 

En realidad era martes;

       Hay que joderse, valla mañanita.   Según la jefa de estudios, su hijo llevaba varios días sin aparecer por clase, este trimestre suspendería todas.     En la tarjeta tenía un cargo de una tienda de ropa, superior a la hipoteca de la casa y su hija lo había amenazado con irse de casa si no le permitían salir con su novio (un bandolero de poca monta dedicado al arte de la estafa y la rapiña)

      Terminaba de salir de trabajar y estaba a punto de caer un aguacero de miedo.    Ese día tanto el jefe como los compañeros lo habían sacado de sus casillas, con la puñetera manía de dejar el trabajo para el último día, por lo que habían salido más tarde de lo normal.    

   En otras circunstancias le habría dado lo mismo, pero no, tenía que ser hoy.    Ahora a toda prisa se dirigiría al taller a recoger su coche averiado.   Un vehículo nuevo comprado hace unos meses, para tener un poco de tranquilidad y el trasto va y se para a mitad del trayecto de casa al trabajo, así porque sí, sin motivo aparente.

   No es que quede muy lejos pero… está cayendo agua a cantaros y la parada de taxis más cercana queda más lejos que el propio taller.   Piensa en refugiarse unos minutos en algún portal;  mira el reloj, es imposible, no va a llegar.   Toca correr sobre los charcos y no esperar al verde del paso de peatones en los semáforos.

    Por fin, las puertas del taller permanecen abiertas;  resoplando, agotado, apoya sus manos sobre las rodillas para coger aire. Su coche sigue subido en un elevador al fondo del garaje.  La placa correspondiente a la inyección electrónica en la centralita está colapsada y habrá que pedirla a la casa;   en una semana puede ser que esté reparado.   No lo han llamado por teléfono, porque querían consultarle en persona si ya que estaba en garantía le cambiaban solo la placa o pedían la centralita entera (claro eso tendría un coste adicional de 400€) la calibración de la placa es complicada y suele  provocar una alteración en el consumo.

         Empapado como va mira a los lados haciendo oídos sordos al jefe de taller.    Allí a su derecha hay un montón de ruedas apiladas.     Se dirige hacia ellas y una vez enfrente las usa como saca de boxeo.

           Los operarios con su mono a medias de quitar se abalanzan sobre él para sujetar sus brazos (ya tiene los nudillos de las manos destrozados)

    .-Tranquilos, no pasa nada.    Volvió a respirar hondo…           Hoy es domingo, amanece un día soleado y lleno de alegría, donde los pajaritos cantan melodías en mi ventana. El desayuno está preparado, hasta la habitación llega el aroma de los croissants, recién salidos de la tostadora. Hoy iremos con los niños al campo a respirar aire puro disfrutando de los juegos en familia.

 

Ante la mirada atónita de los allí presentes, se dirigió hacia la puerta andando con tranquilidad.   Una vez fuera, mientras el agua le entraba hasta los huesos,  se dio la vuelta, los miró sonriente y gritó:

 

     ¡Y UNA MIERDA!




 

    

3 comentarios:

  1. Vaya Maestro, que hermoso día, Agitado, Mojado y por encima contrariado. pero con paciencia todo se soluciona.

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  2. ¡¡Joder con el día soleado!!
    Espero que no sea el tuyo ni de lo deseo a nadie. Abrazos.

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    1. La desgracia es que en toda pensada, siempre hay alguien que se identifica...
      lo siento por él.

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