sábado, 26 de noviembre de 2016

Dónde Marchaste cap.- 3º


-------- Dónde marchaste ------
----- Capítulo 3º -----

Aún de noche el camión se detuvo bruscamente al pasar por una población.    Uno de los soldados, abrió la lona trasera y les advirtió:
…--- Schweigen oder Leben Abschied
              Aprovecharían para visitar algún local de entrada oscura, olor a alcohol y amor envuelto en medias de rejilla.

      Los esqueletos que allí aguardaban, sin fuerza ni ánimo para intentar liberarse de aquellos grilletes, comenzaron a lucubrar sobre lo que les depararía el destino.
Solo coincidían en una cosa: imposible, peor que lo vivido esos meses.
       
       Los soldados llegaron borrachos, entre carcajadas se le oyó decir:
…--- geneiβen
   Una botella de Jägermeister casi llena, cayó sobre el suelo de madera a través de la lona, eso les haría entrar en calor y conciliar el sueño hasta llegar a cruzar las puertas de otro campo, donde el ladrido de los perros los despertó.

         Un pequeño barracón que parecía recién pintado, los esperaba junto al edificio central.
Estaba acondicionado con literas para dormir, varias mesas con sillas alrededor y hasta tenia ventanas con cristales en la parte superior de las paredes.
  Al momento, llegaron unos soldados y depositaron en  la primera litera suficientes mantas para todos.   Al momento otros con camisas, pantalones y botas.

     Ellos incrédulos sin tocar nada solo hacían que frotarse los ojos, para cerciorarse de que aquello no era un sueño.

        Sobre las mesas, pusieron varios platos con comida y unos chuscos de pan.
   El soldado al salir dijo.- essen, essen
         Dio unos pasos antes de volver la cabeza.- kleidung, kleidung

          Aquel potingue para cerdos, era lo más delicioso que hacía tiempo habían probado.      Después de dejar limpios los platos, sin reparar, se pusieron aquella ropa.    No hacía falta escoger talla, ninguno superaba los cincuenta kilos.
      Un oficial de trato agradable, llamó a la puerta antes de entrar.    Cada uno de ellos se situó delante de una litera en posición de firmes.     En realidad no sabían lo que tenían que hacer, pero ante la duda…
          …---  se presenta el Mayor Fischer encargado de su adiestramiento y supervisión.   Quiero dejar claro, que esta es la única vez que se permitirá hablar en lengua extranjera  traidora al Reihc.
           Con paso firme fue paseando de un lado al otro del barracón.
…---- los hemos escogido por su caligrafía,  se han ganado un sitio de privilegio, aquí tendrán dos raciones de comida diaria, de la misma que comen nuestros soldados, y se les traerá agua y jabón para asearse una vez a la semana.
    Eso sí, no podrán salir de este barracón. Las ventanas son para que entre luz no para asomarse por ellas y se les dotará de papel timbrado junto con plumas y tinta,  para trascribir documentos oficiales que posteriormente serán archivados.
       Alguna pregunta…
.- perdone mayor, ¿y donde haremos nuestras necesidades?
       .- veo que además de culto, eres gracioso.
 (Como queriendo decir: de la que te has librado. Si llegas a dar con otro…)
        Tras esa puerta hay unas letrinas.  Recordad el pueblo alemán premia la valentía, pero odia la insolencia.
       
     En esos momentos, a ellos no les importaba la valentía, ni los ideales por los que supuestamente estaban allí, ni si quiera porqué empezó la guerra, ni cuando terminaría, ni el mañana, ni la semana que viene.    Se habían acostumbrado a pensar que hoy, siempre es el último día.

                  A la mañana siguiente comenzaban a llegar los cuadernos manuscritos.  Diarios estrictos con actividades, peculiaridades y observaciones de cada movimiento en el frente.
       Había que trabajar rápido pero con pulcritud, el papel timbrado llevaba numeración en su parte superior externa y un error, significaba tirar lo hecho a la basura y empezar de nuevo.
             Se aprovechaban todas las horas de luz, por lo que cuando anochecía, comían y cenaban al mismo tiempo.
     Semana tras semana sus tullidos cuerpos empezaban a tener algo más que huesos y piel, su bienestar dependía de que no surgiese ninguna queja de su trabajo en la sala de archivos.

          El Mayor Fischer, pasaba a diario para ver el avance, sus superiores estaban conformes con la cantidad y calidad de diarios trascritos por jornada, así que sin que se tuviera conocimiento de ello,  como gratificación a modo personal les permitió utilizar las hojas desechadas en la basura, para que escribiesen lo que quisieran, excluyendo, por supuesto, cualquier frase ofensiva al Reich o que dejase entrever su actividad.
     Manuel, solicitó permiso para escribir una obra teatral en castellano.

Mayor.- la silla, la mesa, el papel, la pluma, tu mano y tus escritos, incluso tus pensamientos son propiedad de Reich, que mejor manera que demostrar agradecimiento al Führer que regalando a esa obra el gran privilegio de estar escrita en alemán.
 Manuel.- creo que lo he entendido
Mayor.-  si vales tanto como me imagino, yo mismo me encargaré de que se represente en los mejores teatros de Berlín.
Manuel.- primero hay que escribirla
Mayor.- honra a nuestro Führer y el mundo entero te lo compensará

          En ratos, aprovechando la poca luz que entraba por los ventanucos de los focos del patio,   Manuel comenzó a escribir.   Cada frase para cada uno de los personajes, tenía un doble sentido.  Diálogos que en alemán parecían querer ensalzar al Führer, pero traducida la obra al castellano, con acento andaluz, serviría como burla hacia el tal Adolf Hitler y sus ejércitos.

     Una mañana, el Mayor, entró a exponerles una idea.
     Desde que llegaron el primer día, este siempre les había demostrado respeto, tal vez porque tras el uniforme había un gran enamorado de la cultura.     Consideraba que era el mejor valor que se podía poseer.
Mayor.-  el sábado que viene, cumple mi mujer los años.
          Agradecería que uno de ustedes escribiese un poema para felicitarla.
Manuel.- ¿y luego lo copia?
Mayor.- no, no hay problema. Sabe que mi caligrafía no es excelente y la presentación para este día, requiere una letra con topografía  especial.
Manuel.- si me trajese tintas de varios colores y plumines de diferentes medidas, yo le prepararía un poema con una buena presentación caligráfica adornada con orlas.
Mayor.-  estupenda idea, ustedes no se preocupen, si baja el rendimiento en el trabajo. Es más, si ella queda contenta, a partir de la semana que viene,  podrán parar  al medio día para comer.    Mañana mismo, cuenta con ese material está aquí a tu disposición

         Manuel en ningún momento pensó el sacar beneficio personal de ello.           Todos los de aquel barracón, tenían aprecio a aquel Mayor.      Era el único oficial que los había tratado con dignidad desde ese  fatídico día de su captura y ya no importaba que uniforme llevase.
        Las palabras: miedo, odio y venganza, hacía tiempo se habían extinguido de sus mentes.        Sus manos se habían acostumbrado a copiar lo que leían sus ojos sin pasar por el cerebro, un simple y esencial mecanismo de autodefensa ante la batalla perdida. El sol salía cada día y cada atardecer se volvía a ocultar, eso era lo único relevante de su absurda  existencia.

       Manuel aquella noche escribió un soneto de amor, de aquellos que escribía en Metz para su amado Reinhad.  
Cuando lo leyó el mayor al día siguiente, quedó encantado.

Mayor.- esto es genial, pero tú crees que creerá que estas palabras son mías
Manuel.- no, pero suya es la idea, el sentimiento, yo solo he añadido algunas palabras para darle forma poética y que encuadre mejor en la plantilla caligráfica.
Mayor.- bueno, tan solo por esto, nada de a la semana que viene.  Hoy ya, empiecen a parar para comer al medio día.
       
      Todos esperaban la llegada del medio día, pero no para comer, si no para escuchar los versos que habían dejado al Mayor tan satisfecho.
        




2 comentarios:

  1. Siempre es un honor para mi leerte y agradecida por compartir en mi grupo :)

    ResponderEliminar
  2. Muy interesante capítulo Carlos ! Gracias !!

    ResponderEliminar