martes, 23 de noviembre de 2021

Entre los dedos.

 

Noches de manos cogidas

entre sueños de algodón,  

luz de la luna menguante

entrando en la habitación.

 

    Regálame una sonrisa

al acariciar tu frente.

    Al rozar con mis pestañas

tus mejillas blanquecinas,

quiero sentir el aliento

susurrando melodías.

 

   Por una mirada ausente.

        A cambio cierro los ojos

    y que no los veas brillar,

recuérdame sonriente,

tu sueño, no he de turbar.

 

       Yo te ofrezco compañía.

   Pongo la mano en tu pecho

siento tu respiración.

     Con un suspiro entretienes

un balanceo en tic tac,

de los raíles de un tren

que no para de avanzar.

 

      Quien dijo que la lluvia,

no entiende de poesía

      Quien imaginó la frase

de que las nubes no huelen.

     Por qué sol, ha de ser hombre

y la luna ser mujer.

     Porqué la mar y la tierra

no son simplemente playa

donde poderse querer.

   Donde abrazarse en la noche

sin miedo al amanecer

 

       Cristales empañados

en los que no escribir nada.

    La persiana sin rendijas

para que no entre la luz,

abrazados en penumbra

nos recitamos poemas,

nos cantamos las canciones

que nunca, nadie oirá.

       Quedarán para nosotros

en el lento caminar.




 

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