viernes, 26 de noviembre de 2021

Hijos del Fuego .- 07

 


 

         Tras las navidades, la nieve cubre los tejados de la ciudad;      algunos miembros de cáritas, salen a prestar ayuda a los mendigos que pernoctan en los rincones de sus calles.

           El hermano Marcos, está rodeado de personas que prestan sus servicios para purgar los pecados del pasado, queriendo lavar culpas ayudando a los que tienen menos que ellos.     Un tazón de sopa caliente y una manta, unas palabras de aliento y un hasta mañana en el aire, con la duda si lo habrá.

             Marcos desde la furgoneta mira en la distancia los pinganillos brillantes colgando de los tejados, mientras revisa los nombres de los censados como callejeros.

    El que al día siguiente falte estará seguramente en el depósito con una etiqueta atada a su pie, a la espera de reunirse con sus compañeros en la fosa común.

     En la iglesia de san Pedro, bajo sus torres mudéjares, se cobijan varias mujeres; entre algunos se comenta con desagrado el que las puertas no estén abiertas.

 

             A un aguerrido bien vestido, se le calienta la boca hablando de la labor de la iglesia.    .- el cura seguro que está bien calentito en su caserón.

 

       El resto se separan del corrillo y siguen con su labor repartiendo los tazones que en el furgón  van llenando; las mujeres se despojan de las bufandas que cubren sus rostros para llevar a su boca algo caliente que les entone el estómago antes de enfrentar la cruda noche.

 

     Todas esas noches de invierno, el mismo recorrido; no hay día que no falte alguno en la lista, por suerte esta no se va incrementando de nuevos nombres.     Siempre, el mismo hombre reniega de Dios al pasar cerca de alguna iglesia y mira sus puertas cerradas con desprecio.    Pero esa noche lo acompaña Marcos portando en el hombro unas cuantas mantas “por si acaso”, aunque ahora todos tienen la suya.

.- perdona, ¿Cómo te llamas?

        .- Fernando ¿por qué?

.- yo me llamo Marcos

       .- me parece bien

.- veo que no eres muy amigo de la iglesia

        .- ni de la iglesia, ni de hábitos y sotanas

.- me gustaría saber porqué tanto resentimiento

      .- pero yo no tengo ganas de hablar con alguien que va disfrazado

.- yo a usted no lo he insultado

        .- ¡ah! que según tú, ¿eso es un insulto? Venga mira déjalo, que hay cosas más importantes que hacer.

                  Marcos no se quedó a gusto con aquel final de conversación y decidió que eso no se había acabado.

     Así que cuando llegaron a san Pedro. Mientras el resto repartían los tazones lo apartó del grupo.

.- Fernando perdona, tienes razón. Esas puertas deberían de estar abiertas y eso hace según tú, que estos hábitos sean un impedimento para hablar conmigo.

       .- pues eso

.- yo puedo prescindir de mi vestimenta, pero no puedo abrir las puertas

      .- ¿quiere que hablemos? Pues a mí, como que no me apetece.

.- quédese aquí en la puerta y espéreme.

               --Marcos fue hasta el furgón  y tras hablar con el conductor, se refugió en un rincón.---

       Fernando vio como el furgón se alejaba junto al resto de los voluntarios, mientras él permanecía de pie junto a la puerta.       Al poco rato apareció Marcos cubierto por unas mantas y allí a sus pies dejó caer su hábito.

.- bien ya me he quitado el disfraz

         .- te vas a quedar helado con este frío

.- no creas ¿te puedo tutear?

       .- si claro, así sí, de tú a tú

.- aunque no lo creas, dan más calor estas mantas que mis desgastados hábitos

      .- vístete anda, hay un sitio que conozco y que está abierto, donde podremos tener una conversación algo tranquila junto a una taza de café

.- está bien, espero que no sea un sitio inadecuado

.- hombre, monjes no  creo yo que se vaya a encontrar muchos

      --- volvió a vestir sus ropas y extendió esas mantas sobre los cuerpos de aquellas personas que se apiñaban en un rincón---

        A unas calles de allí una taberna con un par de luces encendidas acogía entre sus paredes a eruditos del arte, pensadores, bohemios y gentes de la farándula, que allí entre el condensado humo de los cigarrillos y el olor a alcohol mantenían sus tertulias hasta el amanecer.

      .- pasa, le diremos que nos hagan una buena taza de café con un chorro de coñac, para exorcizar esta helada que hace crujir los huesos.

.- pero aquí no hay quien respire, hay mucho humo

      .- aquí lo que hay es mucha cultura.  Mira ahí hay una mesa libre, siéntate

        Solo unos cuantos volvieron la cabeza para ver quien entraba, pero nadie le dio importancia a sus hábitos.

                  -Llegó Fernando con las tazas y se sentó-

          .- bueno y ¿cómo fue que te decidiste por esa vida de monje?

.- ¿sinceramente? Y yo que sé, en el monasterio tenía su sentido pero ahora creo que da igual como vaya vestido

      .- yo creo en las personas, no en las sotanas, bueno creo que ya te has dado cuenta

.- pero ¿porqué reniegas y blasfemias contra Dios?

    .- eso es una manera de expresar mi descontento, sin más, tampoco es que tenga nada en contra suya

.- está claro que no eres creyente

     .- estás equivocado, yo salgo todas las noches a pasar frío porque creo en lo que estoy haciendo, pero hace ya años que aprendí a diferenciar entre iglesia y Dios

.- no se puede generalizar al hablar de la iglesia

     .- tampoco se puede utilizar el nombre de Dios para hablar de la iglesia

.- pero de todos los compañeros eres el único que parece se le remueve el estomago cada vez que pasamos cerca de un templo.

         .- hipócritas de mierda, la mayoría solo creen en la puta pensión que les dan como limosna y piensan que el alma se lava solo con agachar las orejas ante el régimen. Estómagos agradecidos, ellos son los tenían que estar en esos soportales, donde están muchos que no tendrían que estar.

.- mucho resentimiento veo en tus palabras

     .- cosas de la guerra, vagos recuerdos de la muerte de mi padre y personas a las que reconozco y porque tengo familia. No me merece la pena.

.- a su padre lo mataron los republicanos

      .-No, murió en la cárcel tras acabar la guerra, vendido por aquellos que se cambiaron de bando cuando vieron que la cosa se ponía fea.

.- lo siento

     .- y yo, desde entonces cada vez que paso por delante de la puerta de una iglesia es por obligación, ojala y se cayesen todas

.- pero las iglesias… no tienen la culpa de lo que hicieron aquellos hombres

      .-Mira Marcos, te lo voy a contar:    Mi padre era muy creyente al tiempo que antimonárquico, e impidió varias veces, el que fuera quemada la iglesia del pueblo cuando entraron los republicanos, sí, e incluso una vez con el cura dentro.   Pero cuando  se pidieron los informes para liberarlo, el cura, solo dijo que rezaría por su alma.

.- bueno vamos a tomar el café que se enfría.

        .- sí, mejor tomemos el café y que tú Dios me siga dando paciencia y saliva que tragar

 

-A los pocos días un voluntario faltaba a la hora de salir hacer la ronda-

                  .---- ¿alguien sabe dónde está el señor pablo?

                    .--- ese ya no volverá, lo han encontrado esta mañana ahogado en el río

          .- Satanás lo tenga en su seno

.- no parece que te entristezca su muerte

        .- ¿señor Pablo? Por los cojones

.- ¿lo conocías bien?

      .- demasiado bien, él fue uno de los que vendió a mi padre para seguir como alférez en el otro bando

.- que Dios acoja su alma

     .- por palabras como esas, también reniego de tu Dios.

 

       


 

 

 

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