jueves, 17 de octubre de 2019

Minutos de Vida (03)




       La procesión va formando sus filas entre la algarabía.  A algunos les gusta mucho que llegue el día de hacer ejercicio, pero a otros no les hace demasiada ilusión (entre los que se encuentra Rafael)
           .- vamos Rafael, no te hagas el remolón
.- espérese un rato conmigo señor. No aguanto esas voces
--- Se echa las manos a la cara tapándose los oídos con gesto de dolor ---
.- es insoportable, no pueden estar callados. Sobre todo esa que tiene un grito que se mete hasta los hígados.
           .- yo tengo que ir con ellos.     Así que tú quédate aquí sentado y luego, vengo a buscarte
.- gracias, gracias señor.

      Las voces se van perdiendo a lo lejos. Pasillo adelante se abren las puertas.
     Todos entran en tropel (solo hay dos bicicletas ancladas al suelo y son para quienes lleguen los primeros) las puertas se cierran y el silencio es un alivio.
.- ¿ya estamos con la de siempre? –Que sí, que tienes razón, vale que tenía que haber  ido con ellos – que sí pesada, que ahora voy. Pero espera a que venga el señor a buscarme – vale voy yo solo, que pesadez de mujer.
       Al entrar al gimnasio un señor está sentado junto a la pared con la mirada clavada en el suelo.
.- buenas tardes  -  eh, oiga, usted, señor.
         .- déjame en paz
.- a mí tampoco me gusta venir aquí ¿quiere ser mi amigo?
          .- no, estoy muy bien así
.- pero no se enfade. – me sentaré a su lado
Rafael se sienta en el suelo y se queda mirándolo fijamente durante unos minutos. Callado, sin hacer el mínimo movimiento.
.- ¿sabes? A ti te gustaría jugar con mi perro
          .- jolín que tío más pesado
.- me lo regalaron no sé, pero se ha debido de escapar a ver a sus amigos y dar una vuelta, porque no está. Qué bien si viniera, seguro que se dejaba acariciar su pelo largo, porque sabe, tiene el pelo largo y suave. Suave y marrón. Pero… Mire que ahora no me acuerdo de que marca es.
         .- Pues mientras se acuerda, me voy a la colchoneta
.- espere que voy con usted
          .- mejor vaya a buscar a su perro. Buf, que plasta
.- no si seguro que luego viene. Vamos que le sigo contando
          .- PERO NO HAY NADIE QUE SE LLEVE A ESTE PELMA (en voz alta)
.- pelma, ¿pelma? No, pelma no es la raza de mi perro
          .- ya, eso ya me lo imaginaba
.- pero le digo. Es súper listo y sabe muchas cosas. Cuando está feliz (bueno yo no lo he visto nunca) pero me dijeron que movía el rabo. Fíjese que cosas puede llegar hacer. Esconde comida en la tierra haciendo agujeros y luego se acuerda del escondite.
         .- pues sí. Sí que es listo. Pero le importaría ir a contárselo a aquel de allí que parece se está aburriendo
.- yo no quiero que te enfades, eres mi amigo y antes estabas enfadado
         .- vale. Ya no estoy enfadado
.- claro, porque va a venir mi perro
              Arturo que lleva ya un rato dándose cuenta de la situación se acerca riendo a echar un capote.
                 .- ¿Qué pasa Rafael?
.- nada, ya ves, el amigo que estaba enfadado y estamos esperando a que llegue mi perro para que lo acaricie
                           .- ¡ah! Pero tienes perro
      .- por favor lléveselo y no le dé más carrete que aburre
.- si pero no sabemos de qué raza es. Claro él no puede saberlo
            .- vamos déjalo que tiene que hacer ejercicio. ¿Qué te apetece hacer?
.- bueno vale, pues nos sentamos a esperar a mi perro
      Que jodío, el caso es retirarse de la zona de colchonetas.   Eso del ejercicio no va con él.   Lo de cansarse no es cosa de su agrado.
.- oye y tú ¿cómo te llamas?
         .- ¿pero no te acuerdas? me llamo Arturo
.- yo también
        .- no, tú te llamas Rafael ¿y tu perro?
.- ¿mi perro?  No lo sé, no sé de qué marca es
       .- ¿pero habrá que ponerle un nombre?
.- mira, mira, por ahí viene
        .- espera no me líes
.- y viene contento, porque viene moviendo el rabo
          .- para un momento que luego la psicóloga me echa la bronca a mi
.- qué bonito, que pelo más largo y más suave
          .- tú descríbeme a tu perro y así le escogemos un nombre adecuado
.- ¿pero no lo ves?
            .- no se lo digas a nadie.   Resulta que de pequeño me caí y me di un golpe. Desde entonces no puedo ver a los perros, pero que no se enteren
.- vale puedes confiar en mí, soy como una tumba
       .- bueno yo te iré preguntando cosas de él y así luego hago un dibujo para la psicóloga.
.- qué bonito que es y que simpático
          .- para, para. ¿De qué color es?
.- marrón, marrón… un poco clarito
           .- bien. Y ¿Cómo es de grande?
.- pues… como un perro
           .- a ver. Acaríciale la cabeza
  --- Rafael alzó su mano y se puso a acariciarlo ---
          .- vale, ahora ya se su altura ¿y de largo? Ponle una mano en el morro y la otra en el principio del rabo
.- ¿así?
        .- no, no me engañes, has medido rabo y todo
.- tú si lo ves
         .- no lo veo pero tu cara te ha delatado
.- me gusta hablar contigo, eres buena gente
      .- ahora dime como tiene las orejas, el morro, los ojos.    Quiero que me digas como es su cabeza
.- el morro es largo, los ojos grandes y alegres, las orejas caídas con mucho pelo ondulado
        .- es muy guapa – dijo Arturo --
.- ¿guapa? Espera
     --- Rafael metió la mano entre sus patas traseras ---
.- de guapa nada, este es guapo
    --- Los dos se echaron a reír a carcajadas ---
         .- se nos ha pasado el tiempo volando. Vamos Rafael que ya estará la merienda esperando
.- ¿qué hacemos con el perro?
           .-el perro se tiene que quedar aquí, que la enfermera nos echa la bronca







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