lunes, 21 de octubre de 2019

Minutos de Vida (05)





    Al caer la tarde, la luz del día deja de entrar por las ventanas. Como siempre la penumbra abraza a los residentes con la cara iluminada por el tubo de rayos catódicos hasta la hora de la cena.
       Los fluorescentes se encienden parpadeando,  como señal de que todos se deben de aproximar a las mesas y una vez sentados ponerse el babero. (Prenda imprescindible según la cocinera, para así evitar disgustos).       Una cuidadora, apaga el viejo televisor, única forma de que los más rezagados se levanten de sus asientos (ya se están sirviendo las bandejas).
     Rafael mira la cena con cara de asco.    Otra vez ese pescado que no sabe a nada.     Sabe que hasta que no lo termine no podrá volver a su sillón, así que mejor empezar y terminar con ese calvario lo antes posible.   Hoy le ha tocado el yogur de sabor galleta, al menos se levantará de la mesa con un buen sabor de boca.
                       El aburrimiento le hace cerrar un poco los ojos frente al plato.
   Un escalofrío le recorre la espalda.   Se ha quedado dormido con la barbilla pegada a su pecho.    De nuevo el escalofrío se repite con más intensidad.
.- déjame en paz estoy muy a gusto
Andrea se ríe y vuelve a soplarle en la nuca, esta vez más prolongadamente.
     .- Vamos dormilón, ¿sabes qué hora es?
Rafael abre los ojos, incorpora la cabeza y clava la mirada en la mesa ya vacía.
 Ni se ha percatado que Andrea está detrás de él.   Al momento aparta su vista de ningún sitio.   Esa voz, esa voz no es la de Bella.  ¿Pero quién es? Vuelve la cara y allí está su ángel preferido.
.- hola preciosa. ¿Ya es tarde verdad?
      .- un poco sí
.- me he quedado dormido
     .- un poco, pero para eso estamos aquí, para cuidar vuestros horarios
.- voy para arriba, que seguro que Bella ya está rezongando porque no llego
             Andrea lo mira sonriendo, viendo esa felicidad en sus ojos cada vez que la nombra.
         Sube las escaleras, recorre el pasillo y abre la puerta de la habitación.
 Antes de dar la luz pregunta:
.- ¿estás dormida?
.- me quedé dormido en la silla.   Me desnudo rápido  y me acuesto
.- mira que todas las noches la misma canción con los puños de la camisa
          Se acaba de meter en la cama y alguien llama a la puerta
       .- ¿se puede? Soy yo
.- pasa, pasa
     .- buenas noches Bella. Me ha tocado despertarlo por eso ha llegado tarde
.- ya se lo había dicho yo
      .- acabo de acordarme.    Te has subido a dormir y ni siquiera me has dado las buenas noches
 .- ah perdona. Buenas noches
       .- ya, pero buenas noches, qué
.- ummmm . Buenas noches
       .- Bella, dile a este zoquete como me llamo
     Pasados unos segundos, a Rafael se le dibuja un gesto de satisfacción
.- buenas noches Andrea
      En ese momento Andrea se abalanza sobre la parte de almohada vacía y la abraza con fuerza.
      .- gracias Bella, muchas gracias.    Ya empezaba a pensar que todo era una simple  invención de este vejestorio
     Luego da la vuelta a la cama y abraza a Rafael
           .- que feliz me has hecho
.- pero no llores que te pones muy fea. Mira dice Bella que me puedes abrazar siempre que quieras, que de ti no tiene celos
     .- anda coplero.    Venga a dormir.  Que como se enteren que ando por las habitaciones a estas horas, me van a regañar.
   Como cada noche, se dispone a dormir, pero hoy algo le quita el sueño.
 La luz de la luna llena entra por la ventana recortando la silueta de las ramas de los árboles.
.- gracias Bella.   Gracias por ser lo mejor.    Si no fuera por ti que vigilas mis sueños, el despertar estaría vacío y los días no tendrían sentido.  Mañana no lo recordaré, pero esta alegría que hoy le has dado a ese angelito, tiene más valor que toda una vida de recuerdos, con que cuentan el resto de los mortales.
   Esa cara redonda, blanca y sonriente, acerca sus labios a los de Rafael y con un beso, lo deja dormido.   Ella velará sus sueños e iluminará su amanecer.








1 comentario:

  1. Cuando termine de leer cada capitulo espero volver a leer de manera continua para encontrar la magia de su escritura, Maestro.

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