Cuerdas
negras de guitarra
los dedos acariciaban.
Palmas sordas y un cajón
al quejío acompañaban,
desde lo alto, la luz tenue,
el cortejo iluminaba.
Bata de
cola azabache
por el tablaó se desliza,
manos dibujan al viento
hechizo, que martiriza.
Peineta
negra calada
cubierta por largo velo,
deja imaginar un rostro
repleto de desconsuelo.
Lagrimas
por sus mejillas
rompen con rabia el silencio.
El taconeo en las tablas
convierte su baile en fiero,
la guitarra se desboca
y el quejío; se hace lamento.
Un grito
desesperado
hace de nuevo el silencio,
porque le baila a su padre,
su padre, que ya está muerto.
Gitana
tenía que ser
pá tener aquel talento,
Su padre, hubo de morir...
Gracias Carlos. Al fin puedo ver tu blog. Intente varias veces y no respondía mi compu. Bueno, espero que te haya llegado mi comentario que termine dejándolo en FB en los mensaje para nuestra común amiga Dolores Maldonado. "Flamenco" es una preciosa poesía, pero ademas tiene la cualidad de perfilar en la imaginacion la imagen de la mujer andaluza con todos sus encantos, especialmente como alma del baile flamenco. Me gusto muchísimo. Un saludo.
ResponderEliminarGracias Teodoro, en este blog, voy dejando cosas, esto es como el baul de los recuerdos, gracias,
EliminarSuperior mezcla en la tragedia con el arte de de flamenco, nuy triste y superior a la vez que desearía escucharlo con el sonido de las castañas y los tacones.
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