Tras la puerta de
cristal
Unos peldaños que
bajan
La barra del bar
desierta
Pero llena de
esperanza.
El camarero muy
amable
El único en acudir,
Alejandro, mi
cuñada, mi hermano y yo
Hablando con la
intención
De que el tiempo pase.
Son las ocho de la
tarde,
Cinco minutos. No
pasa nada
Y media por mi
reloj
No llega nadie
Otro café, por a
ver.
El fondo de la taza
Queda vacio y frio
Como mi alma
Nada se comenta
Para qué.
En el forro del
bolsillo
Una hoja y un bolígrafo
Una poesía sin rima
Una historia sin principio
Un desenlace sin
final
Un folio blanco
como la patena
Ni una imagen
Ni nada que
recordar.
La vista contra un
cristal
Opaco por suciedad
Contra un espejo
desquebrajado
Sin nada que
reflejar
Y una pared solitaria
Y una escarpia inexistente
Donde colgar ese
cuadro
Que pensaba dibujar
Y las ilusiones
rotas
Que son mejor
olvidar
Como decía J. Larralde
Cosas que pasan… no
más
Y regreso a mi
destino
Olvido la realidad
Mis sueños mis
ilusiones
Nada las ha de cambiar
Y seguiré siendo el
mismo
Me quedo con mi
paseo
Por la vereda del Júcar
El subir a las
angustias
Y volver a pisar la
plaza mayor
Con el regresar a
mi casa
Al lado de mi hermano
Sabiendo que allí están
Los que realmente me importan
Que pisí pasá…
están bien
El sentirme estrujado
Por los brazos
De mis padres
El ver a mi hija
Poniendo sus Pies
Sobre la tierra
Que me vio nacer
Y acurrucarme……
Sobre el brazo de mi cuñada
Viendo una serie en
la tele
Poder felicitar a
mi sobrina
El día de su cumpleaños
Con un abrazo real
Sin distancia de
por medio.
Parar a comer a mi
regreso
Y ver a mi primo
Y
achuchar a mi tía
Traer rosquillas de
allí
Y llegar bien a
casa
Y encontrar a mis ángeles
Los dos que aquí
quedaron,
Con los brazos
abiertos
Eso… lo compensa
todo
El resto no importa
nada
Solo son cosas
circunstanciales
Como ya dije antes
Plagiando las
palabras de J. Larralde
Son sentimientos
sin importancia
Que es mejor dejar
A partir de ahora en el olvido
Es pasado….
Otra vez será...
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