Tan solo una vez al año
ese
momento esperado
antes
de irme a dormir
al
cuarto de la azotea,
paso
por su habitación
para
compartir con ella
minutos
inolvidables
acurrucado
a su vera.
Sé que me estaba esperando
mi
cuñada, mi teresa,
la
que me brinda su hombro
para
apoyar la cabeza,
confidencias personales
recuerdos
de esa, mi infancia,
junto
a vuestra juventud,
la
diferencia de edad,
solo
fue un punto de encuentro,
que
aportó felicidad.
Un niño que llega solo
buscando la compañía,
a
un sito impropio de él,
es
una peluquería,
y
allí mientras llega ella
habla
con las dos Marías.
Quien le iba a decir entonces
que
en la distancia del tiempo
hablarían
de esas cosas,
comentándose
experiencias
unas
negras y otras rosas,
empujando
hacia delante
en
los momentos adversos,
que
por desgracia los hay
pero
no para estos versos.
Y…hoy cumple taytantos años
mi
Teresa, mi cuñada,
y
a mí me queda muy lejos
el
poder felicitarla,
por
eso escribo un poema
que
le alegre el corazón
y
atrapado entre sus brazos
vuelvo
a ser un niño yo.
Que tengas buenos momentos
hasta
que vuelva a tu lado,
y
apoyada mi cabeza
en
tu brazo cariñoso,
volvamos
a recodar
que
nada es blanco ni negro
que
los grises son hermosos.
Y esperar que pase otro año
para
volver a estar juntos,
para
sentirnos dichosos,
que
un año pasa muy pronto
y
tú estarás esperando
que
suba a tu habitación,
a
decirte buenas noches
y
darte conversación.
Llegó la hora de dormir,
recordado
lo vivido,
llega
Pablo…. ala majos,
cada
machuelo, a su olivo.
Feliz, cumpleaños feliz
Teresa Delgado
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