sábado, 24 de noviembre de 2018

Okupa


--- Okupa ---


    Se insertó en la mente como un inquilino que ocupa un espacio deshabitado.  Había quedado un pequeño hueco abierto, un resquicio por donde sigilosamente entró, se acomodó y quedó dormido, esperando una buena ocasión para apropiarse de todo.
  Los problemas se solucionaron, el estrés se relajó, la actividad frenética dio paso a un descanso sin medida.   Nada era urgente, nada tenía la premura inminente de la prisa.
         El nuevo inquilino fue conversando una a una con las neuronas que allí habitaban hasta convencerlas de que la desidia era una buena opción.
              A la apatía no se le dio importancia “bien merecidas eran aquellas vacaciones” vacaciones que no se dan por terminadas.  El cerebro ya enquistado no quiere trabajar, solo dormir, ni tan siquiera soñar.  No hay cirugía para la DEPRESIÓN.

Carlos Torrijos
C.a.r.l. (España) 04/09/2018.



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