sábado, 24 de noviembre de 2018

Reino de Dios


--- Reino de Dios ---

    Los muros y columnas de piedra contaban la historia con palabras mudas en aquel sitio donde imperaba el voto de silencio.
          Durante tantos años – desde que ingresó como novicia en la orden – sus labios parecían cosidos y su lengua aletargada. El paladar deformado y sus cuerdas vocales entumecidas.
          Tumbada con los ojos abiertos, sus últimos suspiros fueron de agradecimiento a su Dios.
       Con el alma herida por romper su voto en los últimos instantes, entreabrió su boca para con voz entrecortada y ronca pronunciar su única frase en años:
     Señor, en tus manos encomiendo mi espíritu.

Carlos Torrijos
C.a.r.l. (España) 02/09/2018.



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