miércoles, 5 de marzo de 2014

Angélica-23.- Vaya nochecita


    El portero, solo tuvo que hacerles un gesto con la cabeza para que se dieran la vuelta y lo acompañasen hasta la mesa en que estaban ya sentados los cuatro.
         .-mire hermana a quien le traigo aquí
           .-no si nosotros ya nos íbamos
   .- ¿pero os ibais a ir sin saludarnos?, ¿yo me pensaba que éramos amigos?
           .-si claro, si somos amigos, pero es que mañana tenemos que madrugar
    .-que chicos más majos y responsables (contestó la superiora)
             .-pues nos vamos, nos alegramos de volverla a ver
  .-esperad, que no os he presentado; mirad, esta es la madre superiora y este el padre de Angélica, se llama José
             .-encantados de conocerles
   .- ¿por cierto, sabéis mi nombre?
         El portero rápidamente se adelantó a sus palabras.
          .-claro que no saben, ¿Cómo era que no me acuerdo?
             .-no, no lo sabemos
         .-ah sí, Sor Collejas
     Los tres se pusieron colorados
  .-si no pasa nada por eso, yo soy Sor Beatriz
              .-un nombre muy bonito
      La madre sin que nadie se la esperase, se puso en pie.
       .- ¿entonces os apetece que bailemos un ratito?
              .-no de verdad, no se lo tome como un desprecio, es que tenemos prisa
  .-os hago un trato
              .-no, yo soy capaz de bailar, invitarles, las llevo luego a casa, lo que quieran, pero tratos con usted no
     .-pobrecitos, venga iros que tenéis que madrugar
          .-pero si estos no han trabajado en su vida
     .-lo que digo, es que tienen que descansar, para que nos acompañen mañana a misa y no dormirse para evitar las collejas
     Los tres se miraron y se pusieron ante ellas de rodillas al mismo tiempo
             .-de acuerdo, reconocemos que somos unos gallinas, que el otro día intentamos vacilar un poco y nos salió mal la jugada, pero el trato lo cumplimos, ¿Qué quieren, que pidamos perdón?, se lo pedimos, pero ya se acabó
   .- ¿pero tan mala persona os parezco?
             .-no decimos que sea mala, pero es que no es de fiar, siempre se las ingenia para salirse con la suya y eso ya cansa
   .-vale os dejo en paz, pero no nos importaría que os quedaseis un ratito con nosotros, sin tratos, pero esa es vuestra opción
              .-nos sentamos con ustedes un poco pero sin pitorreo
      .-si tenéis razón, decídmelo a mí, que la llevo aguantando a diario años y años.  Quienes sí se van a ir, somos nosotras, que ya es tarde y mañana me gustaría levantarme para oír misa. Me ha encantado conoceros, ya era hora de hablar con personas formales y amables, porque llevo una nochecita
   Al salir se despidieron amablemente de ellos y el portero.
        .- ¿me da otro abrazo hermana?
    La madre se quedó mirando.
    .- ¿Cómo que otro abrazo?
    Angélica la cogió del brazo llevándola escaleras arriba
.-perdone madre, un pequeño detalle, que se nos había olvidado
   .-por cierto, ¿cómo se llama?
             .-trátame de tú hermana, me llamo Roberto
   .-nada Roberto, hasta siempre
              .-cuando ustedes quieran
   .-venga ese abrazo
     Seguidamente, Sor Beatriz se cogió del brazo de José y subieron juntos las escaleras, ante la mirada atónita de la superiora por aquella escena.
    Al llegar a la pensión, entraron sin hacer ruido y se fueron a dormir directamente, la madre se había empeñado en ir a misa temprano y no podían decirle que no.
    Se acostaron y apagaron la luz.  Con el calorcito de la manta, Sor Beatriz empezó a resoplar.
   .-madre
     .- ¿Qué quiere hermana?
   .- ¿se imagina un teatro como el del colegio en nuestro convento?
     .-sí, y luego ponemos una carpa en el patio y montamos un circo. Venga a dormir
   .-bueno, ¿pero una furgoneta aunque fuese más pequeña?
      .-cierre los ojos y duérmase, que soñar es gratis
   .-pero una pequeña, nos permitiría poder desplazarnos cuando fuera necesario
       .-claro, y ahora me pongo yo a sacar el carnet de conducir
   .-no es por nada, pero la veo un poco mayor para esos menesteres
      .- ¿y entonces quien?
   .-yo misma
      .-ji, ji, usted con carnet y coche, el convento estaría siempre sin maestra y sin vehículo, no le veríamos el pelo, cada día inventaría alguna escusa para no parar allí
   .-bueno pues Sor Lupe, que se le ve más espabilada
       .-bueno esa candidata, ya me gusta más
   .-usted me discrimina, no confía en mí
       .-y usted es una cansina, ¿porqué no se duerme de una vez?
   .- ¿pero tiene sueño?
      .-no claro, por favor que son las tantas
   .- ¿le molesta si pongo un ratito la tele?
      .-mire hermana, perdóneme, ¿está segura que solo ha tomado refresco de naranja?
   .-bueno le he dicho al padre de Angélica, que con un poquito de algo, pero poco
      .-es usted una mentirosa compulsiva
   .-que no madre, que le estoy diciendo la verdad, si ni se notaba el sabor
      .-preferiría haber dormido en la habitación de Angélica yo solita, por lo menos pegaría ojo
  .-voy a decírselo, coja su ropa y hacemos el cambio
      .-no aguanto más la tontería; ponga la televisión bajita y déjeme dormir
  .-entonces ¿voy a avisarla o no?
      .-NO, ¿Qué quiere que la vea así?
   .-si ya hemos dormido más veces en la misma habitación
      .-me refiero a que la vea borracha
   .-si no estoy borracha
      .-déjeme en paz, ya hablaremos usted y yo, cuando esté en condiciones
   .-entonces, pongo la tele sin volumen, usted duérmase
      (Con la iluminación de la pantalla del televisor).
   .-madre, ¿no se duerme?
       .-si ahora, estoy rezando por usted
   .-perdone, tiene razón, apagaré la tele y a dormir
       .-a ver si puede ser y se calla
   .-yo también voy a rezar un poquito. Hasta mañana
       .-adiós
       A las siete y cuarto, el padre de Angélica llamaba suave a la puerta de la habitación.
          .-es hora de levantarse, son más de las siete
      .-ya vamos
          .-voy a despertar a Angélica
      Entró en su cuarto y empezó a despertarla con besos, y luego haciéndole cosquillas
.-estas bobo
            .-si, pero te gusta, vamos levanta y lávate la cara para despejarte
      .-hermana a vestirse, que ya es hora
   .-ahora mismo
      .-que, ¿ahora tiene sueño?
   .-no madre, me vino muy bien rezar. He descansado como si hubiese dormido doce horas
       .-ya ve, encima tiene suerte la tonta del bote (en voz bajita)
   .- ¿Qué dice madre?
      .-nada, estoy hablando sola
    Salieron con cuidado de no despertar a nadie, llegaron a la iglesia y se sentaron en la zona central.
   Ya empezada la misa, se oyó como alguien abría la puerta y entraba; sus pasos hacían crujir las viejas tablas del suelo. Allí en el banco situado delante del que ellas ocupaban, se sentaron los tres colegas y Roberto.
    Las incondicionales feligresas de esa hora y el párroco, no perdían detalle de aquella zona; pero esa mañana no sonó ninguna colleja.
    .-que alegría nos habéis dado con venir
             .-era lo menos que podíamos hacer
   .-bonito regalo de despedida
             .-no hermana, si solo hemos venido para desearle suerte a la madre superiora
        .-gracias, ¿pero porqué?
            .-para que dios le de la suficiente paciencia para seguir aguantando a Sor Beatriz por muchos años
      Los tres rompieron a reír y se fueron diciéndoles adiós con la mano.
             .-perdónelos hermana, pero también tienen derecho a la revancha, hay que tomárselo con humor; aparte del esfuerzo que han hecho, toda la noche de tranquis, para no dormirse en misa, (aunque a alguien le fastidie)
    .-Roberto, ¿y tú lo sabías? claro, ¿y te ha hecho gracia?
              .-pues sí, para que negarlo
      Se acercó a él y se puso de puntillas estirando el brazo. Zas, colleja.
   .- traidor. ahora vas y te ríes
             .-bueno hermana, ve,  ya me llevo un recuerdo suyo
  .-anda bobo dame un abrazo y espero que sigas pasándote por esta u otra iglesia de vez en cuando
            .- de eso puede estar segura, (dándose con la mano derecha unos golpecitos en el lado del corazón)
     Volvieron a la pensión a desayunar, después el padre de Angélica pago la cuenta y se ofreció a llevarlas al convento.
        .-eso no lo podemos consentir, le toca ir, volver y luego otras dos horas de viaje.  Nosotras nos cogemos un taxi como siempre y arreglado
            .-que no es ninguna molestia
         .-lo que tiene que hacer es darme el número de cuenta donde ingresarle estos gastos y marchar para casa
             .-esto es cuenta mía; la próxima vez paga usted
     Angélica entraría la última en el taxi para despedirse de su padre.
     Esta vez, José se tomó la licencia de despedirse de ellas con un abrazo y dos besos.
         .-pase usted primero hermana
      Según se agacho para entrar: zas. Ay.
         .-esto para que no se le olvide relatar los abrazos y la nochecita que me has dado por pimplar
       Después de unas risas, Angélica cogió del brazo a su padre y lo alejó unos metros.
.-papá, que te quiero mucho, mucho
             .-y yo a ti, mi pequeña
.-bueno, nos tenemos que ir
              .-espera. Por favor no cometas el mismo error que cometí yo;  piensa que ella, siempre será tu madre, con sus defectos y sus virtudes, cuando puedas y te apetezca, llámala e intenta hablar con ella y si no sale bien la primera vez, espera un tiempo y vuelve a intentarlo, ¿me lo prometes?
.-no, me ha hecho mucho daño, pero lo pensaré
              .-con eso me es suficiente, piénsalo, pero no tardes demasiado.
   Cuando montó Angélica, tenía los ojos llorosos.
       .-vamos, ya pasó, dentro de poco hacemos otra escapada y lo llamamos para que venga a verte sin que se entere nadie
   .-buena idea madre
       .-me refería a nosotras dos, que tú tienes mucho peligro
.- ¿y por qué no las tres?
        .-pues ninguna, ya está bien, entre la hermana collejas y la mocosa siempre me estáis liando
   .-que mal ha sonado eso
        .-pero se ha entendido
.-que suerte tengo de tenerlas a ustedes (echando su cuerpo sobre sus piernas)
   .- ¿y ahora porque lloras de nuevo?
.-porque tengo un padre que no me lo merezco
   .-qué casualidad, eso mismo piensa él de ti
    Entre la hermana y la madre, comenzaron a recordar cosas graciosas de aquel breve viaje y riendo las tres se les hizo más corto el resto del camino.

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