lunes, 10 de junio de 2019

Todo Tengo





   Miro a mi alrededor.
Veo las miradas envidiosas,
las bocas que repiten sin cesar:
     Es muy afortunada.
          Qué más puede pedir.
No lo sé. Pero….

        Cuando llega la noche
y en la casa todos duermen
incluso el que tengo al lado,
no puedo cerrar los ojos
por miedo a la oscuridad
que viene a robarme el tiempo
parado en mi soledad,
la que apaga mis pupilas
sedientas de libertad.


      Y cuando por las mañanas
veo a mis hijos correr,
siento miedo de que caigan
pues ya no están en mi falda.
    Se trasladaron de nido
y el amor de sus amores
ha sido sustituida
por la que llaman su amada.

En el trabajo: Señora.
En la puerta: Pase usted.
En la reunión: Se siente.
Si le digo algo a un chiquillo:
Que pesada, cállese.

Me he hecho mayor y estoy sola
dentro de la multitud,
la cocina es agridulce,
manjar de pan y cebolla
cuando se pone la mesa.
   Vaso de agua las palabras
y el ruido de la cuchara
la conversación espesa.

    Tengo de todo, que envidia
y no necesito nada.
    Me abrazo a la soledad
y cada noche en la cama
tengo envidia de lo negro
que disfruta en libertad
cuando las luces se apagan.












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