jueves, 9 de abril de 2020

PARCHÍS (06)




     Por sorpresa papá se presentó a la hora de comer. Habían terminado de subir unos muebles cerca de allí y ya que era la hora de comer, aprovecharon para hacer una parada y luego se volverían a reunir en otro domicilio donde dejar cargado otro camión para llevar el día siguiente.

-Arturo.- hola familia ¿qué hay de comida?
-Sara.- mamá, mamá, que ha venío papá
-Berta.- ¿pero muy pronto habéis terminado?
-Arturo.- hemos parado para comer y como nos quedaba cerca, pues qué sitio mejor que en casa
-Berta.- pues venga a poner la mesa
-Arturo.- ¿fuiste a comprar? ¿Qué le compraste a la mona esta?
- Berta.- ¿a comprar? Menuda mañana hemos tenido
-Arturo.- ¿Qué pasa? ¿Ha pasado algo?
-Berta.- nada de importancia
-Sara.- sí papá, que Pachis, es listo
-Berta.- no, no le hagas caso, vamos a comer
-Arturo.- cuenta, cuenta.
     
           Sara se puso a contarle lo sucedido. Entre las gesticulaciones, su media lengua y el querer contarle todo rápidamente, no se le entendía nada de nada.  Arturo se limitaba a mirarla fijamente con los brazos cruzados esperando a que terminase, a ver si hilvanando palabras, podía componer alguna frase con un mínimo sentido reconocible.
-Sara.- ¿a que teno lazón?
    Arturo quedó sin palabras, no sabía qué contestar, su mente estaba en una especie de nube confusión.
-Sara.- papá, depieta, e que no ecuchas
-Arturo.- yo es que creo que me lo tendría que explicar mamá
-Sara.- no, epera
   --- Cogió a Parchís y lo puso sobre la mesa ---
-Sara.- Pachís, epicaselo tú
-Arturo.- me doy por vencido, vamos a comer, a la noche lo hablamos todos juntos, que yo tengo que volver al trabajo.

Por la tarde bajaron a la tienda, dieron un paseo por el parque, pasaron por el kiosco a comprar una chocolatina de esas que tanto gustaban a Sara; el caso era mantener su mente distraída e intentar pasar página lo más rápidamente posible, aunque eso fuese una misión imposible. Sara aprovechaba cualquier instante para sacar la conversación y Berta a cada intento, respondía con una nueva actividad que realizar.
-Berta.- nos iremos a casa, ya es hora de hacer la cena
-Sara.- ti, ya lega ponto papá.

Mientras mamá pelaba unas patatas, a Sara se le ocurrió una brillante idea.  Sacó del cajón una caja llena de cubos, en los cuales, en cada cara había dibujada una letra y los esparció por la alfombra. Se sentó entre ellos, se puso a pensar letras al azar y a buscar en que dado estaba. 
          ---  De pronto se oyó la puerta ---.
-Sara.- Papá, papá, mia lo que toy acendo
-Arturo.- Buenas noches…  a ver, a ver, enséñamelo
-Sara.- dime una leta
-Arturo.- la…. Zeta
      Sara fue mirando cubo por cubo, lado por lado hasta que la encontró
-Sara.- e eta, di ota
       Así estuvieron jugando un rato. La madre los miraba en silencio apoyada en el marco de la puerta del comedor y Parchís desde una esquina de la alfombra miraba con curiosidad sus movimientos.
-Berta.- vamos chicos, la última que hay que poner la mesa
-Arturo.- buscaremos la eme de Mamá; a ver quien la encuentra antes
      Papá recorría con su mirada todos los cubos, Sara juntando la cabeza a la alfombra miraba las letras de los lados  y mamá se impacientaba ante tanta tardanza.
   De pronto Parchís, se abalanzó sobre uno de de los dados y con su patita le dio la vuelta, dejando la “M” al descubierto, los miró y sin darse importancia dijo.- Miau.
  Mamá directamente se echó la mano a la frente y se fue a la cocina; papá se quedo con cara de no entender nada; Sara estaba segura de que aquello no podía ser una casualidad y el gato se fue a su rincón preferido sin dar importancia a lo sucedido.






3 comentarios:

  1. ...Oye un gato inteligente, hasta ahora he visto un gatillo que decía mamá para pedir la comida.

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  2. Un gatito inteligente.

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