martes, 10 de julio de 2018

Recordando a Flavio








                          Sobre unos pocos cartones robados a un contenedor de reciclaje, descansaba cada noche en los cajeros automáticos envuelto en un abrigo de paño y la cabeza cubierta por un pasamontañas que solo dejaba ver sus ojos cerrados.

   Considerado como una temeridad por los clientes de las entidades bancarias que pretendía hacer uso de su tarjeta de crédito, se veía obligado a cambiar varias veces su ubicación cada noche, ante la presencia de la policía local para su desalojo.

        El cartón de vino, su único equipaje.
        Un balbuceo.- ya me voy- sus únicas palabras.
        Cinco pares de calcetines superpuestos, el único acompañante de sus pasos.
         El frio en sus huesos, la única pertenencia.

    Pero esa noche, todo había cambiado para él.
Oyó abrirse la puerta, pero ningún uniforme apareció.
      El cajero era utilizado con normalidad – como si él no estuviera – tras recoger la cantidad solicitada y la tarjeta guardada, el cliente volvió a salir.
     Al poco tiempo otro cliente repite la misma operación sin impedimento ninguno.
   La tercera persona en entrar es una mujer.      
      – Tal vez esta se asustará o tendrá algún reparo-
           No, ni tan siquiera dirigió la mirada hacia el rincón.

Por fin una noche sin ser desalojado de su único hogar, un simple cajero automático.

          A las nueve de la mañana unas voces perturban su sueño.
             .-  ¿Qué tenemos hoy aquí?
    Desde las 22:00h del día anterior, permanecía tumbado sobre una plancha de acero inoxidable, esperando la firma del forense.
     Ni su identidad, ni las causas importaban. El número de expediente, su única documentación.
               Felices Sueños Flavio.

137/2001







1 comentario:

  1. Conmovedora historia que se da mucho en la realidad en cualquier parte del mundo, y que triste saber que la sociedad es más indolente cada día. Gracias Carlos por esta bella obra literaria, un tributo a los olvidados y marginados. Un beso. America Santiago.

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