martes, 15 de enero de 2019

Barbecho






     Miro la tierra reseca
con el arado en mis manos,
con que llegar a su entraña
haciendo surcos que sirvan
para sembrar mis palabras.

     Espero caiga la lluvia
que de vida a la simiente.
   Que reverdezca sus hojas
y haga crecer esos tallos
que sustentaran el fruto.

    Resquebrajado barbecho
que en el ayer fue trigal
envuelto con amapolas.
     Que me dio felicidad
vestido con diadema verde
con sus piedrecitas rojas.

      Y no se me ocurre nada.
   En mis manos no hay semillas
para ofrecer a la tierra.
    Para qué quiero el arado.
       Para qué sirven los surcos
que nunca serán regados.













1 comentario:

  1. El sembrador deja caer la semilla para que el agua de un invierno no importando su intensidad haga un día germinar la semilla. No toda siembra es estéril siempre hay una tierra donde esta da frutos.

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