viernes, 4 de enero de 2019

Memorian.







Quien puso nombre a los huesos
    que amontonados reposan
    cubiertos por blanca cal
    entre alambradas de espinos.

Quien despojó de galones
    los uniformes manchados
    con sangre del enemigo.
También con su propia sangre,
    cuando fueron abatidos.

Quien quemó aquella bandera
    que no cometió delito,
    más allá de ser la enseña
    de los que habían perdido.

Quien amontonó los cuerpos
    con la única intención
    de a un pozo ser ofrecidos.

La  historia se quedó coja.
  Pues solo tienen derecho,
      a escribirla de su puño
      aquellos que la han vivido.

Los que quedaron sin nombre.
    Huesos cubiertos de cal.
        Cuerpos de apellido olvido.







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