lunes, 6 de febrero de 2023

Gorras en el armario 008

 

 

 

   El tiempo va pasando; pruebas y consultas continuadas hasta determinar el tratamiento adecuado.    Un cúmulo de interrogantes, un aluvión de preguntas preparadas para el doctor Hernández en la próxima cita.

       Día tras día la incertidumbre del siguiente resultado que su inteligencia no les alcanza a entender por mucho que se lo expliquen.  Un amasijo de abreviadas palabras, tecnicismos y parámetros solo aptos para expertos en la materia.

 

   Ese día en la sala de espera faltan dos de los habituales que en la última cita por fin les dieron el alta.     Aquellos padres saliendo por la puerta acompañados por sus hijos era una inyección de esperanza para todos, la ilusión de que ellos también pueden ganar esa guerra, batalla a batalla.  La felicidad al despedirse de esos que siempre habían compartido risas y llantos como el más cercano familiar.

 

Ester.- Jaime y familia, pasar

        El doctor tiene la mesa llena de carpetas abiertas y papeles ordenados.     En silencio los revisa uno a uno.

  Todas las preguntas, todas las dudas quedan silenciadas guardadas en el bolsillo; esperando, expectantes a que el doctor diga la primera palabra.

Doctor.- antes de que digan nada, déjenme hacerles un par de recomendaciones.

       Lo primero que sepan que somos personas además de profesionales.     Sí, tenemos defectos y cometemos errores.   En su caso y para que estén más tranquilos, yo pediría la opinión de otros profesionales.

   Aquí en este disco les tengo todos los resultados de las pruebas y mis conclusiones personales a nivel Médico para que lo entreguen allí, donde ustedes decidan ir a asesorarse.

     No intenten por su cuenta sin un criterio profesional buscar soluciones en libros que no van a entender, ni en sacacuartos que ofrecen pócimas milagrosas; eso solo les hará perder dinero, un tiempo que no les sobra, con esto no quiero decir que haya que ir con prisa,  pero cuanto antes empecemos, más posibilidades hay de llegar a la meta con un final feliz.

 Esto va a ser una carrera de fondo muy larga y donde no se puede uno permitir el lujo de desfallecer en ninguna etapa.

    La opción que yo les aconsejo es que empecemos con las sesiones de quimioterapia, es muy duro, no les voy a mentir, pero juntos lo podemos conseguir.

     Ahora, ustedes dirán

         -El silencio y las miradas detuvieron el tiempo por unos minutos-

Doctor.- no les pido que respondan ahora mismo

Ernesto.- ¿y cuando empezaríamos?

Doctor.- permítame que le hable de tú.

       Nosotros estaremos animando desde la grada, pero quien va a correr en la pista es Jaime, ni tú, ni yo, ni ella, podremos estar en la pista, solo seremos público dando ánimos.

Laura.- ¿y si en la carrera se cae?

Doctor.- se tendrá que levantar el solo y tú estarás ahí para gritarle ¡levanta!

Jaime.- yo quiero estar aquí, con el doctor Jesús

Doctor.- perdonar mis palabras pero yo no os quiero a engañar, no me gusta vender humo, de hecho no fumo. Consultar con otros especialistas y decidir

Jaime.- pero yo no quiero a otro doctor

Doctor.- Jaime, hazme caso, es mejor mirar opciones, no es algo para hacerlo con los ojos cerrados.

  Ahora me podéis hacer las preguntas que queríais, esa cara ya me lo conozco.     Estáis llenos de dudas y es muy natural, aunque hay varias respuestas que ya os digo que desconozco, pero intentaré averiguar.

Ernesto.- ¿donde están los mejores centros de España en esta materia?

Doctor.- Ester, prepárales una lista con los mejores sitios de referencia y mayor porcentaje de éxitos.

Laura.- y aquí  ¿cómo sería la atención?

Doctor.- es un hospital con pocos recursos de una ciudad pequeña pero todo lo que esté en nuestras manos estará a su disposición.    Perdona mi frialdad, pero garantías, ni aquí ni en ningún sitio, esperanzas todas pero si en algún lugar les dicen lo contrario no se lo crean.

Ernesto.- es cuestión de pensarlo, consultar y darle el resultado de lo que decidamos.

Doctor.- me parece estupendo, aquí estoy para lo que necesitéis.  .- Ester, hazles también un par de copias de este disco para que se las lleven.

      Jaime se levantó, estiró su mano y el doctor Jesús se la estrechó con fuerza.

Jaime.- juntos vamos a ganar, esto es un trato entre caballeros  ¿prometido?

Doctor.- prometido

 

                 Salieron de la consulta con todas las preguntas sin contestar, con las mismas dudas y una decisión que tomar.           Pensamientos que se contradecían.

      Donde consultar y a quién hacer caso.  Jaime lo tenía muy claro todo su apoyo y confianza estaba en el doctor Jesús.

 

    Esa noticia la tenían que compartir con Raúl y Patri.

 En esos momentos no se veían con suficiente lucidez como para decidir ellos solos y quien mejor que esos amigos, para asesorarlos.

 

             Llegaron al bar, era ya casi la hora de comer.

         Sin pensarlo dos veces, una vez hablaron con ellos, Raúl salió y cerró la trapa    (hasta la hora del café nadie iba a venir y quien viniese, estaba cerrado)

        Mientras comían, hablaron y hablaron, miraron los sitios donde ir      ¿Por qué no preguntar en un par de sitios?  En los hospitales más grandes seguro habría más recursos y avances.

      Vueltas y vueltas a lo mismo sin terminar de decidir nada (tampoco era algo para tomarlo a la ligera)

 

Raúl.- esperar un momento, si no os molesta voy a llamar a alguien

Ernesto.- a quien vas a llamar

Raúl.- a casa de Claudio

Laura.- como haya estado de noche, lo mismo estará dormido

Patricia.- llama a ver si te lo coge, que venga que para comer siempre habrá

 

Claudio.- sí, ¿Quién es?

Raúl.- perdona si te he despertado, soy Raúl

Claudio.- ¿pasa algo? Me visto y voy para allá ahora mismo

Raúl.- despacio, están aquí con nosotros: Laura, Ernesto y Jaime, queríamos pedir tu opinión y si vienes te invita Patri a comer.

Claudio.- ¿cómo no voy a ir?  Dile que vaya poniendo un plato para mí

Ernesto.- ¿Qué dice?

Raúl.- que ya viene

Patricia.- voy a prepararle algo rico y apropiado para un recién levantado.

 

       Esperan a ese nuevo amigo que entró en sus vidas la noche de urgencias y que ya es como de la familia.

   Seguro que él sabe más de estos temas o al menos más contactos donde informarse.  Están demasiado perdidos, les gustaría consultar alguna opción diferente, pero en su interior saben que el dictamen está bien fundado.

 

Claudio.- ya estoy aquí, reunión familiar, a ver qué pasa.

Ernesto.- siéntate, que tenemos un jaleo en la cabeza

Claudio.- eso es normal

Ernesto.- nos ha dado el doctor Hernández esta lista de hospitales, para que pidamos distintas opiniones.

Patricia.- te he hecho un plato combinado de lujo para que comas mientras hablamos

Claudio.- ¿y vosotros?

Raúl.- a nosotros nos queda el café, ya terminamos de comer hace rato

Claudio.- pero para que te has molestado si no tengo apenas hambre;   dónde vas con tanta exageración

Patricia.- no quiero ver que queda nada en el plato

 

      De la lista, todos son buenos hospitales; el mejor sin duda un hospital infantil que por su tamaño tiene los últimos avances en todo, aunque la distancia acarreará gastos difíciles de soportar para una familia normal.

     Horas de viaje, tiempo de ingreso cada poco y mucha soledad en la habitación de una pensión.

 

Claudio.-  yo os daría un consejo a nivel personal, pero prefiero que os lo de un profesional cualificado.

Laura.- pero dime, cual

Claudio.- mañana por la mañana, cojo información y os digo, para no dar vueltas y vueltas.       Sobre las ocho y media  paso por aquí antes de ir al hospital.

    Laura y Claudio quedan solos en la mesa mientras Raúl se acerca a la barra a por los cafés, Parti se lleva el plato vacio y el vaso a la cocina y Ernesto con Jaime distraen el tiempo viendo un TBO que han comprado.

 

Laura.- pero ¿tú qué harías?

      

          - A Claudio se le entristece la mirada, coge las manos de Laura y acerca su boca al oído.-

Claudio.- rezar Laura, pero ya no me acuerdo

 

       Los dos quedan callados, los ojos de Laura llenos de preguntas sin repuesta.  Bajo las pestañas de Claudio se amontonan los recuerdos que nunca se gritaron a punto de desbordarse.

 

   Es hora de ir al cole, de volver a abrir el bar, de acudir al trabajo y hacer de lo cotidiano un breve pasatiempo, un crucigrama en que encajen las palabras, ahí dónde lo vertical y lo horizontal conformen una solución.

 


 

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