jueves, 4 de febrero de 2016

Conciencia



   En bosque oscuro penetré
y me apresaron las ramas,
fondos marinos surqué
encadenado a sus aguas,
en la lengua de  un volcán
me vi cubierto por lava,
en tenebrosa tormenta
un rayo cayó en mi casa,
y pude sentir el cuerpo
consumido por sus llamas.

    Los destellos tempraneros
se asoman a mi ventana,
 el canto alegre del gallo
me despierta en la mañana,
y el agua fresca del pozo
Ilumina mi mirada.

    Por fin, se acabó la noche.
       Con el despunte del  sol
los sueños se difuminan,
un bello abrazo de luz
que llega desde la cima,
otro nuevo amanecer
que me regala La vida.

    Oír cantar al jilguero,
ver volar las mariposas,
sin apartarlas del tallo
poder oler unas rosas,
acariciar a mi perro
con las manos sudorosas,
tras preparar el mantillo
para petunias sedosas,
 y regarlas con cariño
para que nazcan hermosas.

    Estar limpio de conciencia
tiene premio asegurado,
descansar bien por la noche
sin sentirse atormentado,
saber que cada mañana
otro día es regalado,
y al final de la jornada
recoger lo que has sembrado.






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