sábado, 5 de marzo de 2016

LA DUDA



Comienza el viaje a ninguna parte.

      La apatía sujeta el volante sin fuerza, mientras la triste mirada,  se pierde en las pocas líneas que desquebrajadas, quedan en el asfalto.
           El humo de un cigarrillo da densidad al aire, el habitáculo acristalado subyace envuelto por el murmullo de una suave música, solo interrumpida por una sintetizada voz de mujer, sonoridad lineal que anuncia la próxima rotonda y la salida que se debe coger, hacía el destino programado.

    Tal vez, el aburrimiento, la soledad, hace que la mente se relaje y sumerja en pensamientos de los llamados insanos, que no por eso menos ciertos.

Una gran recta entre los girasoles discurre ante su vista, prolongándose hasta alcanzar el horizonte.

        La pantalla del GPS, muestra una frase escrita en mayúsculas.

ESTA VIDA ES
UNA MIERDA

     Y la voz avisa;
                        .- Vía de segunda, velocidad máxima permitida, noventa kilómetros hora.
     La pantalla, vuelve a mostrar el mismo cartel.

ESTA VIDA ES
UNA MIERDA

        La retrospectiva de lo ya vivido, da la razón al inhumano mensaje.       El pie derecho incrementa la presión sobre el pedal del acelerador.   La aguja del cuentakilómetros, se desliza paulatinamente a valores elevados poco seguros y  recomendables.

La voz vuelve a avisar;
                          Su velocidad, es de ciento cuarenta kilómetros hora.  Reduzca su velocidad.
       Y acto seguido la pantalla vuelve a mostrar:

ESTA VIDA ES
UNA MIERDA

     El final de la recta, aún no se divisa claramente, la presión de aceleración se sigue incrementando, la velocidad aumenta considerablemente y ahora la mente atenúa los reflejos, dejándose llevar por la desidia.
                Conoce esa ruta, sabe que al final, allá al fondo, una vieja cantera abandonada esculpe un precipicio descarnado, un infinito y sereno  vacío, alfombrado por la niebla baja que atrapa el valle en los amaneceres de primavera.

     La voz insiste;
                           Su velocidad, es de ciento ochenta kilómetros hora.  Reduzca su velocidad.
      Y  la pantalla sigue mostrando:

ESTA VIDA ES
UNA MIERDA

          Al fondo unas flechas de direccionalidad, se perciben a cada instante con más precisión.
  Se desabrocha el cinturón de seguridad, y agarra ( ahora sí ) con fuerza el volante, manteniendo el pedal del acelerador pegado a la alfombrilla.

La voz no deja espacio entre mansaje y mensaje;
       .- velocidad máxima setenta kilómetros hora.
        .-  curva peligrosa a la izquierda
     .- velocidad máxima cuarenta kilómetros hora.

En el despegue, Cuando las ruedas sienten perder contacto con el asfalto, sus necias pupilas quedan ancladas en la pantalla…   Entonces, cuando ya no hay remedio, esta parpadea….
    
ESTA VIDA ES
UNA MIERDA

¿Y LA OTRA?

ESTA VIDA ES
UNA MIERDA

¿Y LA OTRA?

ESTA VIDA ES
UNA MIERDA

¿Y LA OTRA?



2 comentarios:

  1. Loca me has dejado Carlos. Que esta vidita tiene lo suyo, lo sabemos, pero ahora no haré más que pensar...... y la otra?

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