jueves, 1 de junio de 2017

Abismo





         Las piernas colgaban bailando.  Sentado en el borde del tejado, con las manos apoyadas en el viejo canalón que a punto estaba de ser reemplazado, estaba aquel hombre,  a 30 metros del suelo y a un solo paso del cielo.   Echó su cuerpo hacia atrás, dejando apoyar su espalda en las tejas.  Por un momento prefirió pensar que su destino era el infinito algodonado y no la acera de cemento que junto al asfalto lo esperaba.  Suavemente  fue dejando escurrir su cuerpo. El canalón cedió avivando la velocidad y justo  cuando el vacio era su dueño, algo lo detuvo bruscamente.
        Su chaqueta, fue a enganchase en el único saliente de hierro que no estaba carcomido por el oxido, quedando colgado por las axilas.  ¡Ven! – gritó el abismo y  él contesto -
      .- Voy....   . Alzó sus brazos que se escaparon de las mangas y una brisa lo acompañó.



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