Con la camisa
planchada
y la falda
almidonada.
Con el cabello
peinado
y la cara bien lavada.
Cojo en mis manos
la cruz
que un día me fue regalada.
En la
barandilla espero
las tulipas encendidas
que van detrás del pendón.
Ya se escuchan las
cornetas,
ya resuenan los
tambores
que anuncian
la procesión.
Ya se acercan las horquillas
crepitando
contra el suelo.
Ya se distingue la oliva
bailando sobre
los hombros.
Ya se acerca el balanceo
que envuelve
todo en silencio.
Ya se aprietan junto al pecho
la respiración
profunda
Bello poema, Carlos
ResponderEliminarFelicidades!🤗🤗
Graciñas....
Eliminar