Me dijiste; yo te quiero.
Entonces, yo te creí,
pues tus ojos no mentían,
solo, que yo no entendí.
Me dijiste; yo te quiero.
Instinto de posesión
que yo ignorar preferí.
Me querías como esclava
siempre sumisa ante ti.
Para entender, antes de leer nada, hacer una reflexión:...... Lavarle la cabeza a un burro, es perder, agua, tiempo y jabón.
Me dijiste; yo te quiero.
Entonces, yo te creí,
pues tus ojos no mentían,
solo, que yo no entendí.
Me dijiste; yo te quiero.
Instinto de posesión
que yo ignorar preferí.
Me querías como esclava
siempre sumisa ante ti.
Cuatro simples letras, las primeras de mi nombre y las iniciales ordenadas de esta pequeña familia.
Una abreviatura que me sirve como firma en mi nombre y en el de ellas.
Como unas siglas que nos representan, al tiempo que al final de cada escrito me recuerdan que el respeto que quiero para nosotros, debo plasmarlo en las palabras que anteriormente he dirigido a cualquier otro.
Todo un mundo y una vida comprimida en una esquina.
No hay comentarios:
Publicar un comentario