jueves, 24 de septiembre de 2015

No Esclavitud. No Maltrato.


--- Cada tarde;
la frustración, abre la puerta,
la apacible compañía de la soledad,
se convierte en tormenta,
estruendos de voz en los oídos,
rayos que como látigos
fustigan su rostro,
expectativas, nuevamente perdidas,
entre nubarrones negros,
que eclipsan la luz de las estrellas.

---Como cada noche;
el hedor del aliento
en la misma almohada,
un cuerpo expandido
ocupando todo el colchón,
emitiendo hasta la saciedad
sonidos impropios de un ser humano.

---Allí, junto al borde;
una estrecha vereda,
donde reposa todo el dolor y sufrimiento,
empapado por  lágrimas de desesperación
y cubierto por la sábana de la impotencia.

---Como cada mañana,
Suena el despertador.
ÉL;
con una sonrisa se levanta,
cariño despierta, le susurra al oído,
sirve el café con leche en las tazas
y prepara unas tostadas….
mientras ELLA;
maquilla el espanto frente al espejo.
Hacen proyectos para la cena,
que nunca llegan a realizarse.
por un momento,  como cada día,
la vida se le parece iluminar
con una ilusión exenta de esperanza.
ELLA;
ejerciendo de fiel compañera
lo acompaña hasta la puerta,
para despedirlo con un beso
y desearle una feliz jornada.

---Pero esa mañana;
allí, en la acera, agazapada,
intentando esconder su negrura
apoyada contra la encalada pared,
espera el final de la despedida
para volver a ponerse en movimiento.

--- De pronto;
la puntera de su bota,
en un movimiento rápido
cae sobre ella como una losa.
CRAK… cruje su armazón,
sus entrañas viscosas
se esparcen y quedan allí,
sus restos…
ni tan siquiera son dignos
de ser recogidos.

---Y esa mañana;
una carcajada sarcástica
y un gesto burlesco
dejan paso a la frase,
que desenmascara una realidad.
     .- Lo siento cucaracha,
cuestión de carácter.

---Tras cerrar la puerta;
ni un segundo que perder.
Cuantas veces hizo la maleta
para volverla a deshacer.
Cuantas dijo: me voy…
y quedó con la mirada perdida
en el horizonte, asomada a la ventana.
Cuantos años, arrodillada en un rincón,
sintiéndose, cual cucaracha,
que tendida quedo en la acera.

---por eso hoy;
sin ropa, sin equipaje,
sin perder ese  minuto,
abre la puerta de par en par.
Crisálida que rompe el primer hueco
en capullo que la tiene presa.
Deja desentumecer sus alas
y al fin se decide a volar.

--- Y hoy;
negros, grises y colores pardos,
ya no serán…
los morados que cubran
su aún tersa y joven piel.
---Hoy, y mañana, y pasado,
y al otro, y al otro, y al otro…
en su vuelo…
los colores vivos de sus mejillas
sembrarán de alegría los tejados,
y en ellos…
renacerá de nuevo la primavera.

---Y hoy, o tal vez mañana, TÚ.
Tú también puedes ser libre.

Tan solo…  de ese minuto depende.


1 comentario:

  1. Triste realidad a combatir desde todos los ámbitos, poeta, y urgente. Ojalá llegue el día en el que no hagan falta estos versos.

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