sábado, 10 de septiembre de 2022

El Ocaso Cap. 05

 

 

 

 

           Esa noche, Luna se cayó mientras corría y el dolor le hizo llorar.

           -Tago la cogió en sus fuertes brazos para llevarla-

Alynka.- a ver ¿qué te ha pasado?

Luna.- me duele mucho

Alynka.- pero por esto no se llora

Tago.- sí, se llora cuando duele

Alynka.- no, las únicas lágrimas que se deben derramar son las de alegría, el resto no merece la pena

Tago.- de alegría se ríe, pero no se llora

Alynca.- de alegría, de emoción, de felicidad también se puede llorar.    Yo las llamo lágrimas blancas

Luna.- pero estas también son blancas y son de dolor

Alynka.- puses entonces llámalas lágrimas buenas

Luna.-  y tú ¿has llorado alguna vez?

Alynka.- sí, pero hace ya mucho tiempo

 

           A la noche siguiente y tras haber comprobado que aquello no era más que un rasguño de nada en la piel, se ataviaron para protegerse del frío y se adentraron en la gruta que conducía al inframundo.

               Descendieron y descendieron hasta llegar abajo.

     Como la última vez, los dos se apostaron en el saliente de rodillas;     Alynka  tras quitarse la ropa se colocó en el hueco en forma de aspa.

Alynca.- haced lo que os diga y prepararos para llorar de emoción

Luna.- pero ¿nos va a doler?

Tago.- yo no quiero llorar

Alynka.- no seáis tontos, ya veréis que bonito es llorar esas  lágrimas blancas

                Les pidió que cogiesen cada uno una piedra y la mantuviesen en su mano.   Empezó a agitar sus alas muy lentamente y cuando todo estuvo iluminado, mandó que dejasen caer las piedras al vacío.

-Alýnka volteó el cuello para no perderse el espectáculo-

           Cuando las piedras tocaron el agua del fondo, esta empezó a hacer ondas circulares que no paraban hasta llegar a las orillas.

      El reflejo de la luz sobre ellas, creaban formas en las paredes con las que las raíces parecían bailar y todos los animales corrían de un lado a otro, provocando sonidos como si fuera una melodía.

        Tago y Luna, lloraron y lloraron de emoción ante tal majestuosidad.

         Tal fue la belleza que los ojos de Alynca derramaron un par de lágrimas.

          Estas caían lentamente como plumas que flotaban en el aire y cuando tocaron el agua la luz se intensificó.

           El haz verdoso recorrió la grieta hasta el exterior y siguió propagándose hasta el universo.

    Desde allí, los maestros y resto de ángeles gozaron de su plenitud.   

 

Luna.- ¿podemos repetirlo?

Alynka.- no hija, no hay que molestar a los que viven en armonía

Tago.- ahora si me gusta llorar, así sí

      

         Regresaron a casa. Durante el camino Luna y Tago no dejaban de hablar, estaban emocionados, repetían una y otra vez lo sentido en ese momento y la emoción les hacía volver a derramar lágrimas blancas.

Alynka.-  Bueno vale ya, que me vais hacer llorar a mí

Luna.- vamos, llora mamá

Alynka.- callar bobos y andadito deprisa los dos

 

              A partir de aquel día Tago y Luna, empezaron a experimentar los sueños.      De dormidos sentían estar viviendo cosas distintas, cosas imposibles.    Sus cuerpos parecían vivir en las aventuras que Alynka les contaba y así pudieron volar como aves surcando los cielos, nadar bajo las aguas con forma de pez y alzar sus brazos al sol en forma de ramas y rodeaos de hojas sentir como sus manos se abrían dando lugar a unas esplendorosas flores de mil formas y colores.

                 Se sintieron lluvia y edificaron grandes arco iris, como blanca nieve descansaron en la cumbre más alta, admirando la inmensidad hasta el horizonte en un bonito atardecer de primavera.

 

Tago.- oye, ¿soñar es malo?

Luna.- es mentira

Tago.- pues a mí me parece verdad

 Alynka.- no tiene por qué ser malo

Luna.- pero es mentira, solo es un sueño    

Alynka.- no lo sé.  A ver, si cuando sueñas eres feliz, por qué preocuparse si es verdad o mentira

Tago.- a mí me gustan los sueños, pero…

Alynka.- pero qué

Tago.- Hay sueños que no me gustan

Luna.- pero bueno como son mentira, te desiertas de golpe y ya está

Alynka.- eso no son sueños

Tago.- entonces, ¿esos son verdad?  -con cara de susto-

Alynka.- eso son pesadillas

Tago.- Ah, pero no son verdad

Luna.- pues lo que yo digo

Alynka.- los sueños son ilusiones, cosas que nos gustarían pero que no siempre están a nuestro alcance, entonces aprovechamos ese tiempo dormidos para realizarlas, así sentirnos bien viviendo en otros espacios, sintiendo esas sensaciones imposibles si no fuera gracias a ellos

Tago.- pero yo hay sueños que no me gustan

Alynka.-  eso son las pesadillas, el gran reflejo de nuestros temores;   una representación del mal que llevamos en el interior,  Todas nuestras frustraciones aquello que nunca queremos que pase y eso nos asusta

Tago.- pero yo nunca había soñado hasta que os conocí

Alynca.- porque el conocer la belleza del bien te hace reconocer la tristeza del mal, cuando en la balanza hay dos platos uno siempre se inclina más que el otro, eso siempre es así

Tago.- me alegro de haber reconocido el bien aunque no me agrada conocer el mal

Luna.- pero tú fuiste capaz de gritar mi nombre desde lo alto de la tapia.

Tago.- sí, porque yo sabía que irías a ayudarme

Alynka.- venga ahora a dormir y a soñar cosas bonitas

Luna.- vale

Alynka.- ¿Cómo se dice?

Tago.- buenos días

Luna.- buenos días

Alynka.- buenos días y felices sueños.

 

 


 

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